Pedro Fiorito

Pedro Fiorito

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Pedro V. Fiorito, es uno de los personajes más cuestionados en la historia Argentina. El mismo arribó al país (para ese entonces conocido como Virreinato del Río de la Plata, en la expedición de Alvarez Nuñez "Cabeza de Vaca", que zarpó de Barcelona. A lo largo del viaje, ocurrió un desperfecto en el galeón que los transportaba, "Rafael", a causa de una tormenta en alta mar. Ante este evento, los tripulantes por lo que se vieron obligados, amen de salvar sus vidas, a deshacerse de gran parte de las mercancias y suplementos para el viaje que recién se iniciaba. A medida que pasaban los días, la comida comenzaba a disminuir y esto se veía acrecentado por el hecho de la falta de conservación de los bienes comestibles que se llevaban. Fue allí que Pedro V. Fiorito, un simple trapeador dentro del barco, tuvo la brillante idea de procesar la comida, creándose así el pastrami, que luego constituíria su apodo: Pedro "el pastra" Fiorito.

Vida

Pedro "el pastra" Fiorito, era hijo de Mariana Moore y de Ricardo Fiorito, una familia judía asentada al sudoeste de Italia. Pedro, de jóven era un asiduo comedor de jamón (a pesar de su religión) y de patatas, convirtiéndose por lo tanto en un personaje de gran volúmen. A pesar de su declarada afinidad por la comida (dentro de sus frases más célebres se observa: "La buena comida es el gustito del paraíso"), la familia se vio obligada a limitar el afán desenfrenado de Pedro por comer dado que les resultaba un costo insostenible. Es por ello que el padre, Ricardo Fiorito, lo envió a explorar tierras nuevas, prometiéndole, como luego Pedro admitiría dentro de sus escritos "Viviendo a lo pastra", que hallaría el "paraíso" y podría allí comer todo lo que quisiera, pues no hay límites allí. Embarcado en la expedición de Alvarez Nuñez, el mismo fue situado en el puesto de trapeador para mantenerlo lejos de la cocina como opina el mismo en el escrito mencionado supra, y es dentro de esta expedición que el "gordito", demuestra su habilidad para con la comida.

Descubrimiento

En el ya mencionado desperfecto del galeón, que debió desprenderse de una importante cuota de sus bienes, Pedro "el pastra" Fiorito, se ingenió un mecanismo para poder conservar por más tiempo la comida y asimismo, volverla más sabrosa. Pedro, dejó las carnes que se transportaban secar junto con las hiervas por lo que las mismas disminuían de peso y adquirían un sabor único. Es, a través de este método que las carnes lograban conservarse por más tiempo y alejaban a las moscas que acompañaban la expedición así también como las ratas. Ante este descubrimiento, Alvarez Nuñez se vio perplejó por la capacidad y amor por la comida de Pedro, nombrándolo segundo contramaestre de la expedición, ascendiendoló así de su bajo puesto de trapeador y al hacerlo lo hizo llamándolo: Pedro "el pastra" Fiorito.

Vida después de la expedición

Pedro, "el pastra" Fiorito, al llegar a América del Sur, se vio enormemente frustrado ante la ausencia de comidas como las que se preparaban en Europa, particularmente las pastas de su venerada Italia. Es por ello, que comenzó a deambular por América del Sur, hasta llegar a América del Norte, donde encantado con la carne de búfalo (dice Pedro que los pieles rojas lo acusaban de que los búfalos los escondía en su "gran panza"), abrió un local que servía [pastramis][1]. Se casó a la edad de 24 con la hija de una tribu de América del Norte (no hay grandes datos al respecto) y murió a los 33 de un ataque al corazón a causa del elevado nivel de grasas y calorías que consumía a diario.

Obtenido de "Pedro Fiorito"