Jaime de Portugal

Escudo de Armas de Jaime de Portugal.

Su tumba hecha por Antonio del Rossellino.

Jaime de Coimbra (Avis) y Urgell (Aragón) (17 de septiembre de 1433 - Florencia, 27 de agosto de 1459) Infante de Portugal, era hijo del Infante Pedro, Duque de Coímbra, y de su esposa Isabel de Urgel, siendo como tal, era nieto de Juan I, el de Buena Memoria. Fue Arzobispo de Lisboa y de Arras.

Después de la Batalla de Alfarrobeira (1449), en la cual su padre fue derrotado y muerto, Jaime, contando con apenas catorce años, fue aprisionado por las huestes de Alfonso V el Aficano, conseguiendo fugar después, con sus hermanos Juan y Beatriz, para Flandes, donde obtuvo el apoyo de su tía Isabel, Duquesa de Borgoña.

Allí, fue designado Arzobispo de Arras, habiendo, con apoyo de su tía, partido para Roma. Al llegar allí, el Papa Nicolás V, conocedor de la tragédia de Alfarrobeira y del vejame a que fuera sometido el cuerpo del Duque de Coimbra, decide recompensar a su hijo, atribuyéndole, el 30 de abril de 1453, la administración perpetua de la arquidiocesis lisboeta, que quedo vacante por la muerte del arzobispo Luís Coutinho. No obstante, por no tener aun la edad necesaria para prover el cargo, no se le conferió el título arquiepiscopal.

Governo siempre la arquidiocesis a partir de Itália, por medio de su vicário general, Luís Anes.

Entretanto, muriendo Nicolás V y subiendo al trono de San Pedro el Papa Calixto III, Jaime figuró cardenal-diácono en el primer consistório convocado por el nuevo pontífice, el 20 de febrero de 1456, com el título de Santa María in porticu, luego después substituido por el de San Eustáquio (esto, mismo no teniendo aún la edad de treinta años necesaria para la atribuición del barrete cardenalício).

Por sua mediación, conseguió del Papa la emisión de la bula de cruzada para su primo Alfonso V de Portugal (1457), destinada para la conquista de Alcácer Ceguer.

Participó en el conclave que elegió a Eneias Sílvio Piccolomini como Papa Pío II (Agosto de 1458); como el nuevo Papa que quiso proseguir el deseo de su predecesor en hacer la guerra de cruzada al Imperio otomano, mandó reunir el colégio de los cardenales en Mantua, a comienzos de 1459. En el camino que mediaba Roma y Mantua, Jaime se detuvo en la ciudad de Florencia, donde viviría hasta su muerte.