El Trasfondo de Los Cantos de Hyperion

El Trasfondo de Los Cantos de Hyperion

El Trasfondo de Los Cantos de Hyperion

Space Opera de dimensiones cósmicas dentro de la gran tradición anglosajona, Los Cantos de Hyperion del autor norteamericano Dan Simmons constituyen un catálogo de los ánimos y los temas de la ciencia ficción[1] (CF). La temática, altamente referencial, nutre sus raíces en los años de literatura de Ciencia Ficción que le preceden: desde el primer volumen, cada personaje tiene la ocasión de abordar, no sin humor, una nuevo aspecto del género: CF militar, cyberpunk, etc.

El mundo de Hyperion explota temas bien conocidos de la conquista espacial y de los sucesivos intentos de colonización; de la criogenización durante los viajes interestelares, de las paradojas del viaje por el tiempo y por el espacio; de las matrices cyberpunk de información, de los simuladores de realidad virtual; del desarrollo autónomo de las inteligencias artificiales, la creación de los androides sensitivos, de la recreación de una personaje histórico a partir de sus memorias y sus obras; de la prolongación médico-asistencial de la vida, del declive de los valores espirituales, morales y culturales; de la confrontación de los humanos con las máquinas, del teletransporte, etc.

Sin embargo, en esta obra Dan Simmons pretende abarcar una nueva dimensión. Como confiesa él mismo, "lo que de verdad pretendía expresar en toda la obra es una idea de lo Sagrado y no precisamente algo espiritual".[2] Simmons no duda en utilizar el género de la Ciencia Ficción para este fin.

El propio autor reflexiona sobre esta idea que explora las posibilidades del género y también sus limitaciones por las exigencias de la industria:

"La ciencia-ficción es un campo tan atractivo para escribir que tarde o temprano cualquier escritor "serio" hace algo que de algún modo es una novela de ciencia-ficción. Los así llamados escritores "serios" pueden entrar en la ciencia-ficción (...) sin que su reputación se vea dañada. Pero la mayoría de escritores habituales de ciencia-ficción, aquellos que empezaron en el género, pueden escribir (...) novelas mejores sin ningún tema, y simplemente no serán tenidos en cuenta por la literatura establecida. Simplemente no ocurrirá. Los editores lo convertirán en una cubierta barata de ciencia-ficción, las librerías lo abandonarán en los perdidos estantes de ciencia-ficción, y los lectores nunca lo descubrirán." Dan Simmons, en una entrevista[3]

Más allá de la propia historia de aventuras, plagada de todos los elementos del género y narrada con un estilo especulativo brillante, Simmons pretende con Los Cantos de Hyperion trascenderlo y ahondar en las posibilidades reales de la Ciencia Ficción, en su más amplio sentido, al plantear esta noción de lo Sagrado. Gran conocedor de sus clásicos, no sólo de la literatura de CF, sino la anlgosajona en general y la clásica en particular, el autor bucea en la tradición literaria y mitológica para articular unos planos temáticos que sirven de soporte a esa idea original.

Así, en las dos primeras obras que constituyen Los Cantos, son tres los planos temáticos principales que inspiran a Simmons para abordar esa idea de lo sagrado: la mitología griega, la mitología judeo-cristiana y la obra literaria del poeta inglés John Keats. Sobre ellos imbricará una explosión y una marea de referencias literarias, filosóficas y científicas, que cristalizarán en el desarrollo de las historias de cada personaje, aportando al final, no tanto una noción individual, como una visión caleidoscópica de lo que tal vez, pueda llegar a ser considerado como sagrado.

Como vuelve a explicar el propio autor:

"Hay una gran afinidad entre escribir poesía y CF. Como en la poesía, la cualidad especulativa de la ficción demanda grandes habilidades con el lenguaje e invita a una invención lingüística. Como en la poesía, la buena CF investiga profundamente en la metáfora, mientras se desliza ligeramente en la superficie de su propio goce narrativo. Como en la poesía, la CF de calidad demanda una colaboración mucho mayor por parte del lector - una mayor sensibilidad del detalle, el significado, la textura y el matiz, así como una participación mayor en el descubrimiento del significado"[4]

Contenido

Genealogía Literaria de Hyperion

Por su propio nombre, Los Cantos de Hyperion de Dan Simmons reivindican una herencia literaria que atraviesa el tiempo, desde el mundo griego antiguo hasta el romanticismo europeo, con la Teogonía de Hesíodo, la novela epistolar del alemán Friedrich Hölderlin escrita entre 1797 y 1799 y el poema del inglés John Keats, compuesto en 1818 y publicado en 1820.

La Mitología Griega describe la Titanomaquia, en donde los Titanes luchan por su supervivencia contra la fuerza emergente de la segunda generación de dioses surgida del Monte Olimpo, guiados por Zeus. Los titanes pierden la batalla y son enviados al Tártaro, siendo Hiperión el último Titán en caer.[5]

Hyperion es pues, sinónimo de declive, de caída, el anuncio del fin de un mundo, la necesidad de encontrar un relevo a una generación que ha perdido su oportunidad y su tiempo.

En la época romántica, el poeta alemán Friedrich Hölderlin sustrae la temática de Hyperion al contexto mitológico original para desarrollar una reflexión filosófica sobre el sentido de la Historia.[6] En 1797, en el ambiente de las convulsiones políticas y los cuestionamientos filosóficos provocados por la Revolución Francesa, el poeta alemán imprime a su héroe Hyperion, el sueño de una nueva manera de ser y estar en el mundo, de una nueva humanidad. Pero el sueño de Hyperion se trunca ante la visión de Alabanda, que predice un cambio en la sociedad, pero no mediante la educación como deseaba Hyperion, sino por el uso de la fuerza y la violencia. A la muerte de Alabanda, Hyperion se retira finamente a la isla de Salamis convirtiéndose en un ermitaño.

En 1818, reemprendiendo la temática mitológica desde un punto de vista simbólico, John Keats desarrolla una profunda reflexión en su obra del mismo nombre, sobre la naturaleza de la poesía y la función del poeta en el marco de un mundo moderno sujeto a violentos cambios.[7] En La Caída de Hyperion, por intermediación del personaje del segundo Johnny Keats, Dan Simmons resume de esta manera el poema de Keats: “ El tema versa sobre la muerte de los dioses y de su dificultad para aceptarlo.”

Dan Simmons retoma la temática del Declive, y hace de Los Cantos de Hyperion un himno trágico al fin de la Humanidad. Como resumen de la temática de la obra, Martin Silenus, el poeta y una suerte de alter ego literario del autor, dice de sus propios Cantos de Hyperion: “He titulado mi poema Los Cantos de Hyperion. No hablaba del planeta sino de la extinción de esos presuntos Titanes que eran los humanos. Comentaba la irreflexiva soberbia de una especie que se atrevió a destruir su mundo natal por mera negligencia y luego llevó esa peligrosa arrogancia a las estrellas, sólo para toparse con la ira de un dios que la humanidad había contribuido a engendrar” en referencia a las IAs del TecnoNúcleo. Así, la idea de una Caída inexorable y de un Relevo necesario, constituye el eje temático fundamental de Los Cantos de Hyperion, planteando la cuestión de quién sucederá a una sociedad humana moribunda.

Referencias al Mundo Clásico

Dan Simmons visita de diversas maneras el mundo clásico en Los Cantos de Hyperion de una manera que en principio no parece evidente más allá de lo anecdótico, pero tras el análisis, su incursión se revela fundamental para la estructuración y el desarrollo de los personajes y el de la propia trama de la obra.

El Título

La más evidente de todas es el título. Hiperion es el nombre del último Titán en caer en la batalla por mantener la hegemonía de su extirpe frente a los usurpadores dioses olímpicos, tal y como se narra en la Teogonía de Hesíodo. El símil que busca Simmons es el de la Caída, que no es otra que la caída de la raza y sociedad humana, tal y como se explica en la Genealogía Literaria de la obra. La propia palabra “Cantos”, sugiere además un tipo de estructura literaria muy vinculada al mundo clásico.

Temática

Desde un punto de vista temático y más allá del tema principal de la Caída, es innegable que Los Cantos están escritos a modo de epopeya épica, con elementos muy en sintonía con los del mundo clásico: los avatares de los seres humanos imperfectos sumidos en la guerra y la mediocridad, frente a unos dioses omnipotentes que gobiernan el universo a su antojo y capricho; en este caso encarnados de una manera evidente en las IAs del TecnoNúcleo, que como los inmortales Olímpicos, están inmersos en constantes disputas entre ellos. Y al igual que el Olimpo griego, el TecnoNúcleo de Simmons es un lugar inaccesible e ignoto para los mortales.

Pero también en la urdimbre de la obra encontramos las numerosas disquisiciones teológicas que plantean los personajes, al igual que los héroes griegos, siempre zozobrando en un intento de comprender el destino que le imprimen los dioses. Así por ejemplo, Sol Weintraub se debate entre la obediencia y la rebeldía al Dios de Abraham, mientras que Paul Duré aspira frustradamente a encontrar la fusión con la divinidad, planteada en el Punto Omega de Teilhard de Chardin.

Al margen de sus propias problemáticas filosóficas, el denominador común de las historias de los personajes, se basa en el concepto de hibris, genuino de los héroes de las tragedias clásicas, en donde el papel del Alcaudón no es otro que el de catalizador más o menos divino de su castigo natural, la némesis (véase La Problemática de los Peregrinos de Hyperion).

E igual que en los héroes helénicos, en las causas y motivaciones de algunos personajes de la obra se advierte cierta noción de Areté, la búsqueda de la excelencia de todas los actos. Así, el poeta Martin Silenus anhela convertirse en un dios al escribir la poesía suprema; el coronel Kassad busca limpiar su honor mediante la acción moral más sublime: la propia historia del soldado es una tragedia heroica en sí misma, con muerte gloriosa incluida. Las acciones del personaje conocido como El Cónsul están motivadas en todo momento por el triunfo de un ideal sagrado, la libertad. Por su parte, Brawne Lamia, consagra su vida a la búsqueda de la verdad, mientras que el templario Het Masteen se abandona hasta tal punto a la terrible misión que le fue encomendada, que no duda en anteponer la obediencia a su propia vida. El contrapunto de la Areté de los héroes está marcada en la obra por la debilidad encarnada en la figura del padre Lenar Hoyt.

El Mito de Troya

Desde cierto punto de vista, Los Cantos suponen también una suerte de revisión simbólica del tema de la Ilíada de Homero en clave de ciencia ficción, en donde la imagen de la Caída de Troya, actúa en la obra de Simmons como un símbolo de la Caída de la sociedad humana y el inicio de un Tiempo de Expiación, tal y como supuso la entrada en una Edad Oscura de la humanidad el final de Ilión para el mundo clásico.

Esta idea simbólica se corrobora en el siguiente Ciclo de Endymion, donde se dice que los hechos narrados en Los Cantos perduran a lo largo de los siglos como un poema épico en gran medida gracias a la tradición oral,[8] tal y como la historia de Troya perduró en el mundo antiguo antes de ser codificada por Homero en los 24 “Cantos” que conforman la Ilíada. Y desde este punto de vista, el Ciclo de Endymion actúa como colofón de la simbología del Mito de Troya, al entenderse como un guiño a la Eneida del poeta latino Virgilio: no por casualidad Dan Simmons denomina con el nombre de Aenea[9] al personaje principal del Ciclo, en una clara referencia a Eneas (en latín, Aeneas). Y así como Virgilio nos narra la huida del héroe de una Troya moribunda, la Aenea de Simmons abandona también la época de la Caída a través de las Tumbas de Tiempo. Finalmente, tras una serie de azarosos viajes y aventuras, ambos plantan la semilla de una nueva sociedad que conlleva el triunfo final de lo que significó Troya. En el caso de Eneas, se trata de Roma, el inicio de una nueva Edad Dorada y gloriosa para el mundo antiguo,[10] mientas que en la Aenea de Simmons, se trata de una nueva Era para la especie humana en un universo en constante evolución.[11]

El papel de los Sueños

Los sueños juegan un papel fundamental en Los Cantos de Hyperion. Dan Simmons trata la noción del sueño, no tanto en su acepción psicoanalítica[12] como manifestación de un deseo no sublimado, sino en todo su sentido mitológico tal y como se entendía en el mundo clásico: el sueño es un mensaje enviado por los dioses.

Así, Fedmahn Kassad encuentra en sus sueños a su gran amor, Moneta; Sol Weintraub sueña durante años con una Voz que le exige a su hija en sacrificio, mientras que es ésta la que a través de los sueños, le pide al padre que acepte la expiación. El sacerdote Duré es inspirado en sueños para volver al planeta Pacem y ser proclamado Papa. El segundo Johnny Keats observa los avatares de los peregrinos a través de sus propios sueños y es a gracias ellos como la FEM Gladstone toma decisiones vitales para el destino de la humanidad en los instantes finales de la Hegemonía. De hecho, es el propio Johnny Keats segundo quien se le aparece en sueños a este última y le revela la ubicación real del TecnoNúcleo, precipitando de una manera imprevista la Caída de la Hegemonía.

Dan Simmons en fin, refuerza esta noción de comunicación onírica con una trascendencia al dotar, dentro de un contexto cibernético, la capacidad de que una IA de la metaesfera pueda iteractuar en los sueños de los hombres.

Otros

Existen en la obra otros guiños al mundo clásico: así, el río que atraviesa varios mundos de la Hegemonía a través de los Portales Teleyectores, se llama Tetis, en homenaje a la diosa marina del mismo nombre. Tetis, por cierto era la madre de Aquiles, el héroe aqueo de la Ilíada. El poeta Martin Silenus es una referencia en sí mismo al mundo clásico. Su apellido hace alusión al Silene griego, padre de Dionisios. Su propia actitud dionisíaca, su devoción por la Musa e incluso su transformación temporal en sátiro corroboran dicha referencia. La llamada Fortaleza de Cronos de las Tumbas de Tiempo en el planeta Hyperion, hace alusión al nombre del patriarca de los Titanes.

El bar más emblemático de Keats, la capital del planeta Hyperion y regentado por Stan Leweski, se llama Cícero.[13] La conocida como Entidad Suma, en la Hegemonía, actúa como una suerte de Oráculo de Delfos al revelar a los hombres parcelas del futuro. Nótese que así como la Entidad está controlada por el TecnoNúcleo, el Oráculo está dominado por el dios Apolo, precisamente el dios olímpico que sustituye de su trono solar a Hiperion tras la Titanomaquia, en otra velada alusión al Relevo tras la Caída.

La misteriosa mujer que se convierte en amante de Kassad se hace llamar Moneta o Mnemosyne, divinidad griega de la memoria, como también es Mnemosyne el nombre mitológico del río del Hades cuyas aguas concedían la memoria a los iniciados. En la mitología griega, se nombra así mismo a su opuesto, el otro río del Hades conocido como Leteo o Letos, que provocaba la enfermedad del Olvido a quienes bebían sus amargas aguas.

La historia en donde Sol Weintraub cuenta la enfermedad de su hija, se titula precisamente “El Río Leteo Sabe Amargo”,[14] y el mito de los dos ríos se convierte así en una bella alegoría de la historia Rachel - identidad real de Moneta- quien en un principio pierde la memoria en su primera vida (Leteo/Rachel) para alcanzar después cierta omnisciencia en la segunda (Mnemosyne/Moneta).

La propia inclusión de la figura de John Keats, en fin, es un último guiño indirecto en sí mismo al mundo helénico, pues el poeta fue un ferviente admirador de la cultura clásica.

La Sombra de John Keats

Los Cantos de Hyperion constituyen también un grandioso homenaje a poeta inglés John Keats, nacido en 1795 y muerto en 1821. John Keats es un elemnto narrativo cuasi obsesivo: más que una sombra, pareciera que la obra está completamente impregnada de la vida y la obra del poeta, quien interviene en la misma de manera formal o informal, de manera implícita o explítica, bien las alusiones a su biografía, bien en las largas citas de sus poemas y textos, o bien en la encarnación literaria de los dos cíbridos creados por las IAs que llevan incorporado la figura del poeta en su matriz de personalidad.

La inclusión de la figura de Keats, proporciona el trasfondo de todo un nuevo plano temático paralelo desarrollado a lo largo de la obra, que al igual que las referencias al mundo clásico, se acaba revelando fundamental para la estructuración y desarrollo de la misma.

Desde el punto de vista formal

La referencia más obvia de la sombra de Keats se encuentra ya en el título de la obra. Como se explica en la Genealogía Literaria de la novela, “Hyperion” es también el título del gran poema inconcluso de John Keats y es también el nombre de la primera novela de Los Cantos. Y Dan Simmons nombra a la segunda “La Caída de Hyperion” en una clara referencia al siguiente poema de Keats con la misma temática, “La Caída de Hyperion: un Sueño” (The Fall of Hyperion: A Dream). Simmons llega incluso a dedicar su segunda novela a la memoria del poeta inglés e incluso cita en la presentación de la misma dos extractos de su correspondencia privada.

Dan Simmons utiliza igualmente los personajes históricos del entorno de John Keats en la creación de los patronímicos de sus protagonistas: Leigh Hunt, el asesor especial de la FEM Gladstone, es una alusión directa al amigo homónimo y primer editor de Keats. Joseph Severn, el nombre que recibía el segundo cíbrido Johnny Keats, es una alusión explícita al artista del mismo nombre, gran amigo de John Keats. El propio Severn acompañará al poeta en su viaje hasta Roma y lo asistirá junto con el Doctor Clark -también citado en Los Cantos- en su lecho de muerte en la Piazza di Spagna. El propio personaje Johhny Keats 2, llamado Severn, muere de tuberculosis en Los Cantos en una réplica de la Ciudad Eterna. En la actualidad, tanto Severn como Keats permanecen sepultados en el cementerio protestante de Roma.

Por último, el nombre de Brawne Lamia, detective privada y peregrina del Alcaudón, proviene de una astuta combinación de “Fanny Brawne”, el gran amor del poeta inglés durante toda su vida y “Lamia”, poema escrito por el mismo en 1819. No es causalidad, pues, que Simmons denominara Brawne a la amante del primer cíbrido Keats.

Desde el punto de vista narrativo

Desde el punto de vista narrativo, Dan Simmons hace intervenir a John Keats y su obra de dos maneras diferentes: mediante la figura del poeta Martin Silenus, autor de un largo poema igualmente titulado Cantos de Hyperion y presentado como un ferviente admirador de Keats, y en las figuras de los dos cíbridos Jonnhy Keats, creados por las IAs para reconstruir la personalidad del poeta inglés, que permite la existencia real del poeta a lo largo de la obra. Martin Silenus y los cíbridos mantienen a los largo de Los Cantos numerosas reflexiones paralelas, pero complementarias sobre el papel del poeta, la poesía y el sufrimiento en la creación literaria y en la humanidad.

Mitología judeo-cristiana

La intriga y el universo de Los Cantos de Hyperion descansan también en gran medida en un tercer plano temático de trasfondo, la sustancia de la tradición judeo-cristiana que ha nutrido la civilización occidental.

Así, se observa el las especulaciones sobre la existencia de una divinidad, o Dios, según la tradición judeo-cristiana, fundamentalmente en las historias de Sol Weintraub y Paul Duré. El primero confiesa que “lleva toda la vida esperando para creer” y se debate entre la rebeldía y la obediencia al Dios de Abraham; la historia de Sol y el tratamiento general que hace Simmons del pueblo judío en su universo -incluido el planeta Hebrón y la actitud de sus habitantes tras la Caída- es una metáfora lúcida sobre la relación de Dios con este pueblo, que sigue aceptando con resignación las inflexibilidades de Su voluntad incluso en una Diáspora eterna.

El padre Duré representa la eterna dualidad entra la razón y la fe, tan presente en toda la tradición cristiana. Duré, un erudito admirador de Teilhard de Chardin que falsificó datos arqueológicos para probar racionalmente la existencia de una divinidad, explora después el vacío que le produce la inmortalidad física y comprueba horrorizado la ausencia de cualquier presencia divina tras la muerte, en contra de lo que dictan sus dogmas religiosos. Sin embargo, cuando parece que los postulados de la razón a cerca de la naturaleza humana son inevitables, Duré descubre que a pesar de todo, no queda más remedio que aferrarse a la fe -a cualquier tipo de fe- para dar un sentido a un universo despiadado. El padre Duré comprende al final, que paradójicamente, la fe es una llave que naturaliza al ser humano en un mundo marcado por la ausencia real y objetiva de Dios.

Existen otros elementos de la dimensión judeo-cristiana que sirven como hilos conductores de la obra:

  • La noción de Trinidad: el dios humano del futuro es también uno y trino, formado por Intelecto, Vacío que Vincula y Empatía.
  • El mito de la encarnación: la parte conocida como empatía del dios trino humano viaja desde el futuro para encarnase en un ser humano producto de la unión de Lamia, hija del hombre y Keats, hijo de la máquina/dios, que provocará la redención de la humanidad.
  • El mesianismo: el segundo cíbrido Johnny Keats se revela como “Aquél Que Viene Antes”, una suerte de Juan Bautista que precederá a “Aquél Que Enseña”, verdadero mesías encarnado.
  • La noción de redención mediante el sufrimiento, encarnado en el personaje de Martin Silenus.
  • La noción del Amor (caritas), como parte fundamental del universo.
  • El Símbolo de la Cruz, representado por los parásitos cruciformes.
  • Sarai, la mujer de Weintraub, denomina Gólem al Alcaudón, en una alusión clara al viejo mito judío.

Una explosión de Referencias

Científicas y de ciencia ficción

Dan Simmons integra explícitamente las aportaciones de la teoría cuántica de Max Planck,[15] informáticas de Alan Mathison Turing y de Gordon E. Moore;[16] relativistas de Albert Einstein[17] o dimensionales de Erwin Schrödinger y de Werner Heisenberg. El autor rinde un homenaje evidente a Stephen Hawking con su homónimo literatrio de los motores de Propulsión Hawking, que jugará un papel crucial al final de la novela La Caída de Hyperion.

Dan Simmons rinde así mismo un homenaje a cada uno de sus prestigiosos predecesores en el género de la ciencia ficción, como Jack Vance,[18] George Orwell,[19] [20] William Gibson,[21] [22] [23] [24] Philip Kindred Dick[25] [26] o H. G. Wells.[27]

Literatura Anglosajona, Clásica y Otras.

De la misma manera, el autor no pierde ocasión para revisar a los escritores clásicos de la literatura anglófona. Al margen de la inclusión en escena del poeta inglés John Keats, Simmons no se olvida de evocar a William Shakespeare,[28] a Jonathan Swift;[29] el drama fáustico de Christopher Marlowe[30] o el Paraíso Perdido[31] de John Milton.[32]

Igualmente, se rinde un homenaje a los poemas románticos de William Butler Yeats[33] e incluye referencias explícitas a celebrados autores y obras: Robert Frost,[34] Mark Twain,[35] Ezra Pound,[36] T. S. Eliot,[37] William Gass,[38] Chaucer y Bocaccio,[39] [40] Ovidio[41] o a la Divina Comedia de Dante Alighieri;[42] [43] dentro de la tradición popular anglosajona, encontramos referencias al cuento de Peter Pan,[44] la leyenda del Mago de Oz[45] [46] o el poema medieval anglosajón Beowulf.[47]

El pensamiento filosófico occidental encuentra referencias directas tanto en la figura de Kierkegaard[48] como en la ya referida de Teilhard de Chardin,[49] e indirectas en las de Kant y Nietzsche.[50] La mitología nórdica está referenciada con la inclusión de Yggdrasil, el nombre de la nave arbórea de Het Masteen, mientras que las referencias al mundo budista descansan en el nombre de la IA llamada Ummon[51] y la estructura de su discurso, circunspecto a mondos y koans. Igualmente, en la obra se hace referencia en varias ocasiones a una suerte de religión llamada Gnosticismo Zen o Cristianismo Zen, en un guiño claro a la corriente japonesa del budismo mahayana. Las referencias a la mitografía budista se verán muchísimo más ampliadas en las obras del Ciclo de Endymion[52] Dan Simmons, en fin, se nutre entonces para escribir su obra de varios siglos de literatura y tradición de los que impregna a sus personajes,[53] para alimentar la intriga de la obra y dotarla de una dimensión histórica y filosófica.

Cuestiones Fundamentales abordadas en la Obra

La propia historia y aventuras de los personajes sería el primer plano completo de lectura de Los Cantos de Hyperion . Sin embargo, apoyándose en los planos temáticos de trasfondo antes descritos, su temática desarrolla diversas cuestiones filosóficas y morales que, a modo de islas temáticas, van aflorando mientras se avanza en la obra. Dan Simmons se encarga de introducirlas de tal manera, que para el lector que sólo desee explorar el plano narrativo superficial no constituyan un obstáculo en la lectura. El lector que desee abordarlas, no obstante, encontrará en esta problemática una dimensión más profunda de los personajes y de la propia trama. Algunas de estas cuestiones son respondidas ampliamente por los propios personajes y al hacerlo de esta manera, nunca pretende Simmons aleccionar ni dar la idea de Verdad Absoluta en su respuesta, sino solamente una opción; otras cuestiones en cambio, parecen parcialmente abordadas, como si Dan Simmons dejara que el lector avezado saque sus propias conclusiones.

Algunas de estas cuestiones son:

  • ¿Cuál es el papel de la humanidad en el Universo?
  • ¿Es la Inmortalidad una bendición o una maldición?
  • ¿Dónde buscar a Dios? ¿Existe Dios?
  • ¿Debemos resignarnos o revelarnos ante los sacrificios que exige Dios?
  • ¿Cuál es la condición del poeta y de la poesía? ¿Se puede aprehender la realidad mediante la palabra?
  • ¿Cuál es la actitud a adoptar frente al dolor?
  • ¿Cuál es el papel real de los muertos?
  • ¿De qué está hecho el Universo? ¿Tiene el amor como summun del sentimiento humano cabida en un universo que sólo se rige por inflexibles leyes físicas?
  • ¿Cuál es el sentido de la Evolución?
  • ¿Es posible la reconciliación del hombre y la máquina?
  • En la Sociedad de la información y manipulación, ¿son las acciones humanas integralmente predecibles y modelizadas? ¿Queda espacio para la improvisación y el libre albedrío?


Citas

  1. La cita es de Roland C. Wagner, autor francés de Ciencia Ficción: Hyperion es un "verdadero catálogo de los temas y los ciclos de la Ciencia Ficción"
  2. Véase Prólogo de Miquel Barceló de El Ascenso de Endymion de Ediciones B/Nova Ciencia Ficción nº120; Barcelona 1998. ISBN: 84-406-8930-6
  3. Entrevista a Dan Simmons en 1990: http://www.geocities.com/SoHo/Den/7839/cyber4.htm
  4. Interview with Dan Simmons, 2003 http://www.sfsite.com/09b/ds160.htm
  5. Hesíodo, Teogonía
  6. Hiperion o el eremita en Grecia de Friedrich Hölderlin , publicada entre 1797 y 1799
  7. Véanse los poemas Hyperion y The Fall of Hyperion: A Dream de John Keats
  8. Véase Endymion de Dan Simmons
  9. Véase Endymion de Dan Simmons.
  10. Véase la Eneida de Virgilio.
  11. Véase El Ascenso de Endymion, de Dan Simmons.
  12. La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud.
  13. Un guiño al pensador latino Cicerón.
  14. Véase Hyperion.
  15. El Tiempo y Espacio Plank es donde evoluciona y se oculta la IM humana.
  16. Pionero y adalidad, respectivamente de la Teoría de la Computación y las Esferas de Datos.
  17. Fundamentalmente por las paradojas temporales en los viajes interestelares.
  18. La serie Tierra Moribunda de la historia de Silenus, toma el nombre homónimo de la saga de Vance
  19. El papel controlador y predictor del TencnoNúcleo tiene claras influencias del Big Brother orwelliano en 1984
  20. La propia lucha y derrota por el libre albedrío de personajes como El Cónsul, evoca el papel del Winston orwelliano de 1984
  21. Dan Simmons habla de un hacker legendario llamado CowBoy Gibson
  22. Simmons habla igualmente de las matrices gibsonianas, en un claro homenaje a la obra Neuromancer de Gibson.
  23. El planeta llamado Lusus, es un guiño claro al planeta distópico Neuromante creado por Gibson.
  24. La propia inclusión del universo cibernético de IAs que constituye el TecnoNúcleo, es una clara referencia a la Matrix gibsoniana de Neuromancer.
  25. Existen claras referencias cyberpunk de la novela de Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
  26. Existe también una referencia a dicha novela en el concepto de la incapacidad de mensurar la empatía: en la obra de Dick por parte de los androides y en la de Simmons, por parte de la IM del Núcleo.
  27. Simmons cita explícitamente a los morlocks de la obra La máquina del Tiempo
  28. Dan Simmons cita explícitamente piezas de Romeo y Julieta y de Hamlet
  29. Cuando Lamia está en la Esfera de Datos, evoca la obra de Swift Los viajes de Gulliver
  30. Martin Silenus evoca la idea del infierno de Marlowe cuando está empalado en el Árbol del Dolor
  31. Por la propia temática en sí misma, su influencia en la obra de Keats y por ende, en la revisión de Simmons
  32. La IA Ummon cita explicítiamente al "ciego Milton" en su diálogo con Lamia y Johnny Keats
  33. Citados ampliamente varios poemas suyos en la obra
  34. Referido en la historia de Martin Silnus.
  35. Citado igualmente su personaje "Huck" Finn en la historia de Silenus.
  36. En la novela se cuenta que el primer intento de recreación de una personalidad cíbrida se hizo sobre la figura de Pound.
  37. La obra Tierra Moribunda de Silenus, si bien toma el nombre de la saga de Vance, en la temática es similar -y también en el nombre- a The Waste Land (La tierra baldía), de Eliot.
  38. Citado por Simmons en la historia de Silenus como "el mejor escritor del siglo XX".
  39. La propia estructura de Hyperion es un homenaje a Los Cuentos de Canterbury de Chaucer
  40. La obra de Chaucer está inspirada en el Decaemerón de Bocaccio.
  41. El preceptor de Silenus, Balthazar, le obligaba a memorizar textos de Ovidio.
  42. Sol Weintraub analiza una reflexión del papel de Beatriz para Dante en su historia
  43. Paul Duré le refiere en su viaje final por el laberinto descender "a los infiernos sin mi Virgilio" junto con el Alcaudon.
  44. Lamia evoca este cuento al viajar a la Esfera de Datos con su amante
  45. Hyperion termina con los peregrinos cantando la canción Over the Rainbow del fim de Victor Fleming
  46. Del mismo film está sacada la expresión Leones y Tigres y Osos evocados por Ummon
  47. Martin Silenus suele referirse al Alcaudón como Grendel, el monstruo del poema medieval Beowulf.
  48. El filósofo danés fue el primero en plantaerase el dilema de Abraham que tanto obsesionó al peronaje Sol Weintraub.
  49. Véase la Historia de Paul Duré.
  50. Véase en La Problemática de los Peregrinos de Hyperion las alusiones de Kassad y Silenus, respectivamente.
  51. Ummon es el nombre de un maestro zen clásico
  52. Véase Endymion y El Ascenso de Endymion
  53. El Cónsul por ejemplo parece vivir la misma situación que el Romeo de Shakespeare, dividido sus sentimientos entre dos " Casas " enemigas

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