Criónica

Criónica
Un vaso Dewar para la criopreservación humana utilizado por Alcor Life Extension Foundation. Está diseñado específicamente para albergar cuatro cuerpos completos de pacientes y seis neuropacientes sumergidos en nitrógeno líquido a –196 °C. El vaso Dewar es un recipiente aislado que no consume energía eléctrica. Periódicamente se añade nitrógeno líquido para reemplazar la pequeña cantidad que se evapora

La criónica (a menudo denominada erróneamente criogenia, ambas palabras comparten la etimología griega: κρύος [kryos]: frío, helado) es una práctica que consiste en conservar mediante frio humanos o animales a quienes la medicina actual ya no puede mantener con vida, hasta que su reanimación sea posible en un futuro. Se denomina a este proceso criopreservar.

Actualmente el proceso no es reversible y, por ley, sólo puede llevarse a cabo en humanos después de que se produzca la muerte legal, con la expectativa de que en el futuro los primeros estados de la muerte clínica sean reversibles.

Gran parte de los científicos y médicos ven la criónica con escepticismo. Sin embargo, entre los crionicistas hay una elevada representación de científicos.[1] El apoyo científico se basa en proyecciones de tecnología futura, especialmente nanotecnología molecular y nanomedicina. Algunos científicos creen que la medicina,[2] dentro de algunas décadas o siglos, permitirá la reparación y regeneración a nivel molecular de los órganos y tejidos dañados. Se prevé que la enfermedad y el envejecimiento también serán reversibles.[cita requerida]

La premisa principal de la criónica es que la memoria, la personalidad y la identidad se encuentran almacenadas en la estructura y la química cerebrales. Aunque este punto de vista es ampliamente aceptado en medicina, y se sabe que la actividad cerebral puede detenerse y después reactivarse bajo determinadas circunstancias, como regla general no se acepta que los métodos actuales preserven el cerebro lo suficientemente bien como para permitir la reanimación en el futuro. Los crionicistas señalan estudios que muestran que la circulación de grandes concentraciones de crioprotectores por el cerebro antes del enfriamiento puede prevenir la mayoría de las lesiones producidas por la congelación, preservando las delicadas estructuras celulares del cerebro en las que presumiblemente residen la memoria y la identidad.[3]

Para sus detractores la justificación de la práctica actual de la criónica no está clara, dadas las limitaciones actuales de la tecnología de preservación. Actualmente las células, tejidos, vasos sanguíneos y algunos órganos de animales pequeños se pueden criopreservar de forma reversible. Algunas ranas pueden sobrevivir durante unos pocos meses en un estado parcialmente congelado unos grados por encima de la congelación pero no se trata de auténtica criopreservación. Los crionicistas responden que la demostración de la reversibilidad de la preservación no es necesaria para alcanzar el objetivo actual de la criónica que es la preservación de la información básica del cerebro, que codifica la memoria y la identidad personal. Se supone que la preservación de esta información será suficiente para prevenir la muerte teórica de información hasta que sea posible repararla en el futuro.

Probablemente el paciente criopreservado más famoso es Ted Williams. La popular leyenda urbana de que Walt Disney fue criopreservado es falsa; fue incinerado y está enterrado en el Forest Lawn Memorial Park Cementery.

Contenido

Obstáculos

Daños por la formación de hielo e isquemia

La criónica ha sido tradicionalmente rechazada por la corriente principal de la criobiología, de la que podría decirse que forma parte. La razón que suelen dar para este rechazo es que el proceso de congelación crea cristales de hielo. Algunos científicos han alegado que estos cristales de hielo producen daños en las células y en las estructuras celulares hasta el punto de hacer que cualquier reparación futura sea imposible. Los crionicistas llevan años defendiendo que el alcance de este daño ha sido enormemente exagerado por los detractores, teniendo en cuenta que se hace un intento de perfusión del cuerpo con crioprotectores químicos (habitualmente glicerol) que inhibe la formación de cristales de hielo.

De acuerdo con los crionicistas, la objeción al daño producido por la formación de cristales de hielo se viene discutiendo desde el cambio de milenio, cuando los criobiólogos Greg Fahy y Brian Wowk, del Twenty-First Century Medicine, desarrollaron grandes mejoras en la tecnología de la criopreservación, incluyendo nuevos crioprotectores y nuevas combinaciones crioprotectoras, mejorando notablemente la viabilidad de la vitrificación y dando como resultado la práctica eliminación de la formación de cristales de hielo en el cerebro. La vitrificación preserva los tejidos en estado vítreo en lugar de en estado congelado. En el vidrio, las moléculas no se reconfiguran en gruesos cristales cuando se enfrían, pero en cambio se acercan y se inmovilizan mientras aún están organizadas aleatoriamente como en un fluido, formando un "sólido líquido" mientras la temperatura cae por debajo de la temperatura de transición vítrea. La Alcor Life Extension Foundation ha estado investigando el uso de estos crioprotectores junto con un nuevo método de enfriamiento más rápido para la vitrificación de cerebros humanos (neurovitrificación). Para la vitrificación el Cryonics Institute (CI), utiliza una solución desarrollada por su criobiólogo el Dr. Yuri Pichugin. El CI ha desarrollado cápsulas de enfriamiento controladas por ordenador para asegurar que el enfriamiento es rápido por encima de la Tg (temperatura de transición vítrea) y lento por debajo de la Tg (para reducir las fracturas debidas a la tensión térmica).

Las soluciones que se usan actualmente para la vitrificación son suficientemente estables como para evitar la cristalización incluso cuando se recupera térmicamente un cerebro vitrificado. Esto ha permitido vitrificar cerebros, recuperarlos térmicamente, y examinarlos en busca de posibles daños con la ayuda de microscopios ópticos y electrónicos. No se encontraron daños por cristales de hielo.[4] [5] [6] No obstante si la circulación en el cerebro se pone en peligro los protectores químicos pueden no ser capaces de llegar a todas las partes del mismo, y la congelación puede ocurrir tanto durante el enfriamiento como en la recuperación térmica. Los crionicistas exponen, sin embargo, que las lesiones causadas durante el enfriamiento pueden ser reparadas en el futuro antes de recuperar térmicamente al cerebro vitrificado, y que los daños producidos durante dicha recuperación térmica podrán prevenirse añadiendo más crioprotectores en la etapa sólida, o mejorando los métodos de recuperación térmica. Pero incluso proporcionando la mejor vitrificación que la actual tecnología permite, la recuperación térmica sigue sin permitir la resucitación, incluso si se evita la cristalización, debido a los efectos tóxicos de los crioprotectores. De nuevo los crionicistas cuentan con que la futura tecnología será capaz de superar esta dificultad y encontrará una forma de combatir la toxicidad después de la recuperación térmica. Por ejemplo, si la toxicidad se debe a proteínas desnaturalizadas, esas proteínas podrán ser reparadas o reemplazadas.

Algunas voces en contra han especulado con el hecho de que los pacientes criónicos han sido declarados legalmente muertos y, por lo tanto, sus órganos deben estar muertos, lo que haría que los crioprotectores no llegaran a la mayoría de las células. Los crionicistas responden que ha sido empíricamente demostrado que, mientras que el proceso de criopreservación comience inmediatamente después de que se haya declarado la muerte legal, los órganos individuales (e incluso quizás el paciente como un todo) permanecen biológicamente vivos, y la vitrificación (especialmente la del cerebro) es factible. Este principio es el que permite que se transplanten órganos, como el corazón, a pesar de que provienen de donantes muertos.

No se puede comenzar el proceso criónico mientras no se haya declarado la muerte legal, y habitualmente este dictamen suele basarse en el paro cardíaco (sólo en contadas ocasiones se basa en mediciones de actividad cerebral). Cuando el corazón deja de bombear y cesa el riego sanguíneo comienzan los daños isquémicos. La privación de oxígeno y nutrientes hace que células, tejidos y órganos comiencen a deteriorarse. Si el corazón se vuelve a poner en marcha después de que haya pasado demasiado tiempo, el restablecimiento de oxígeno puede causar incluso más daños por stress oxidativo, fenómeno que recibe el nombre de lesión por reperfusión. Los crionicistas tratan de minimizar los daños por isquemia y reperfusión comenzando la ayuda cardiopulmonar (muy parecida a la resucitación cardiopulmonar) y enfriando tan pronto como sea posible tras la declaración de muerte. Deben administrarse agentes anticoagulantes como la heparina y antioxidantes. Suspended Animation, Inc es una compañía de Florida especializada en investigación e implementación de los procedimientos óptimos para minimizar los daños por isquemia cuando se lleva a cabo el rescate criónico.

Reanimación

Científicos y crionicistas están de acuerdo en que invertir la criopreservación humana no es posible con "ninguna tecnología a corto plazo".[7] Aquellos que creen que la reanimación puede ser posible algún día generalmente ven como tecnologías clave la bioingeniería avanzada, la nanotecnología molecular o la nanomedicina. La reanimación requiere la reparación de los daños producidos por la falta de oxígeno, la toxicidad de los crioprotectores, la tensión térmica (fracturas) y la congelación de tejidos que no se hayan vitrificado satisfactoriamente. En muchos casos será necesaria una regeneración exhaustiva de tejidos. Las perspectivas de una hipotética reanimación prevén que las reparaciones las realizarán una cantidad inmensa de organismos o dispositivos microscópicos.[8] [9] [10] [11] Estos dispositivos restablecerían de forma saludable la estructura celular y química a nivel molecular, preferiblemente antes de la recuperación térmica. Más radicalmente, también se ha sugerido como una posible aproximación a la reanimación la transferencia mental, en caso de que la tecnología llegue algún día a desarrollar la forma de escanear los contenidos de la memoria de un cerebro preservado.

Se ha escrito con asiduidad que la reanimación criónica será un proceso “last-in-first-out” (los últimos serán los primeros, o LIFO por sus siglas en inglés). Desde este punto de vista, los métodos de preservación irán mejorando paulatinamente hasta que se demuestre que son reversibles, después de lo cual la medicina empezará a recuperar y reanimar a los pacientes criopreservados por métodos más primitivos. La reanimación de personas criopreservadas por la combinación actual de neurovitrificación y congelación (técnicamente no hay "congelación" por la acción de los crioprotectores que inhiben la formación de hielo) puede llevar siglos, si es que llega a ser posible.

Se ha alegado que si las tecnologías para el análisis molecular general y la reparación no llegan a desarrollarse, entonces teóricamente ningún cuerpo dañado podría ser reanimado. Sobrevivir dependerá entonces de si la información preservada en el cerebro es suficiente para permitir la restauración completa o parcial de la identidad de la persona original, siendo finalmente la amnesia la línea divisoria entre la vida y la muerte.

Obstáculos sociales

Incluso si la criónica llegara científicamente a funcionar, existen obstáculos sociales que no garantizarían su éxito. Uno de los más notables radica en la creencia predominante de que la criónica no puede funcionar y de que los cuerpos criopreservados están muertos. Pese a que la medicina actual exige una declaración de muerte legal para poner en práctica la criónica, esta declaración raya en lo inútil. Por costumbre y por ley los cadáveres son objetos, no personas con derechos o protección. Esta eliminación de la humanidad de la persona es un obstáculo cultural al que los vivos no se enfrentan ni siquiera cuando su prognosis es irreversible. Por esta razón los crionicistas llaman a los cuerpos criopreservados “pacientes” y argumentan que moralmente no pueden ser considerados muertos, ni siquiera sabiendo que ese es su estado según las leyes actuales.

Una pregunta relacionada con el tema es por qué la futura sociedad querría hacerse cargo o revivir a gente “muerta”. Los crionicistas apuntan que un subconjunto de la sociedad ya se preocupa por los pacientes criónicos y que lo ha hecho durante décadas. Se asume que, si la resucitación es posible algún día, ese mismo subconjunto de la sociedad (los partidarios, que mantendrían a los pacientes el tiempo suficiente) aplicaría la reanimación a los pacientes. También creen que una sociedad futura, con tecnología lo suficientemente avanzada como para invertir la criopreservación, necesariamente tendrá puntos de vista distintos a los actuales sobre la vida y la muerte. Generalmente rechazan la idea de que están tratando de “resucitar a los muertos", viendo a la criónica como un procedimiento médico altamente experimental. También se ha sugerido que una sociedad futura puede interesarse por reanimar a los pacientes criónicos por su valor intelectual o histórico, aunque los crionicistas tienden a opinar que la curación y recuperación de pacientes enfermos es un imperativo ético a pesar del valor que puedan tener para la sociedad en general.

Neuropreservación

La neuropreservación es la criopreservación del cerebro, habitualmente dentro de la cabeza, y separada quirúrgicamente del resto del cuerpo. La neuropreservación, en ocasiones denominada “neuro”, es una de las dos formas de preservación criónica; la otra es la preservación del cuerpo completo.

La neuropreservación viene motivada por la corriente principal de la medicina de que el cerebro es el depósito principal de la memoria y la identidad personal (por ejemplo, las víctimas de daños en la médula espinal, los pacientes trasplantados y los amputados parecen mantener su identidad personal). También está motivada por la creencia de que la inversión de cualquier tipo de preservación criónica es tan sumamente compleja que cualquier tecnología futura que sea capaz de ello también será capaz de regenerar tejidos, incluyendo la regeneración de un nuevo cuerpo alrededor del cerebro reparado. Algunos argumentos sugeridos para revivir a los pacientes completos suponen deshacerse del cuerpo original y regenerar uno nuevo por el mal estado en que se encontrarán los tejidos debido al proceso de preservación. Estas consideraciones, junto con costes más bajos, la facilidad de traslado en emergencias, y la importancia que se le ha dado a la calidad de la preservación de cerebro, han hecho que muchos crionicistas opten por la neuropreservación.

Los crionicistas debaten a menudo sobre las ventajas y los inconvenientes de la neuropreservación. Los detractores de la neuropreservación apuntan que el cuerpo es un registro de experiencia vital e incluyen el aprendizaje de las habilidades motoras. Mientras un sector de los crionicistas duda que un neuropaciente reanimado pueda ser la misma persona, se cuestiona ampliamente cómo un cuerpo regenerado puede sentirse diferente que el cuerpo original.[12] En parte por estas razones (así como por una mejora en la imagen), el Cryonics Institute preserva sólo cuerpos completos. Algunos defensores de la neuropreservación están de acuerdo con esta preocupación, pero siguen opinando que el abaratamiento de los costes y la mejor preservación del cerebro justifican la neuropreservación. Alrededor de tres cuartas partes de los pacientes de Alcor son “neuros”.

Aunque los medios de comunicación digan en ocasiones que se espera que la clonación sea capaz de generar cuerpos nuevos, los expertos en criónica descartan la clonación por ser una tecnología primitiva que devendrá obsoleta mucho antes de que sea posible cualquier tipo de reanimación. De forma similar, aunque el neurocirujano Robert J. White demostró[13] que los trasplantes de cuerpo eran posibles en primates, el trasplante se descarta en favor de la regeneración de tejidos como método más elegante para tratar la neuropreservación y otro tipo de traumas en el futuro.

Servicio en la actualidad

Actualmente la práctica criónica se limita a algunas compañías pioneras en EEUU y otra más reciente en Rusia.

Los costes de la criónica varían enormemente, oscilando desde los 28.000 dólares por una preservación completa en el Cryonics Institute (Michigan) hasta los 80.000 dólares de la neuropreservación en Alcor (Arizona) o los 150.000 dólares por la preservación completa en Alcor o la American Cryonics Society (California). Hasta cierto punto las diferencias en los costes reflejan diferencias en el modo en que cotizan los honorarios por los servicios. Los honorarios del Cryonics Institute no incluyen el "standby" (un equipo que permanece cerca de la cama del paciente para iniciar el protocolo criónico lo antes posible), los costes de transporte o los gastos derivados de la funeraria fuera del estado de Michigan, que ha de valorarse como "extras". Los miembros del CI que desean los servicios de Standby y transporte profesionales pueden contratarlos con un pago adicional en la Suspended Animation, Inc, compañía situada en Florida.

Mientras que a veces la criónica es sospechosa de resultar extremadamente rentable, los altos costes están adecuadamente documentados.[14] Los costes son comparables a los de la cirugía de trasplantes. El mayor gasto, especialmente para los casos de preservación completa, es el dinero que debe invertirse en generar intereses para pagar en perpetuidad el mantenimiento y conservación del cuerpo.

El método de pago más común es un seguro de vida, que cubre los gastos a lo largo de varios años. Los defensores de la criónica se apresuran a señalar que tal seguro es especialmente asequible para la gente joven. También se dice que la criónica es "asequible para la inmensa mayoría" de personas que viven en el mundo industrializado y que realmente desean y planifican su criopreservación.

Filosofía y ética

La criónica considera a la muerte como un proceso que puede detenerse en los minutos, o quizás horas, posteriores a la muerte clínica. Si la muerte no es un evento que ocurre repentinamente cuando se para el corazón, esto suscita cuestiones filosóficas sobre qué es exactamente la muerte. En 2005 un debate ético que tuvo lugar en el diario médico Critical Care, decía: "… muy pocos o quizás ningún paciente que haya sido declarado muerto por los médicos actuales, está en realidad muerto bajo ningún criterio rigurosamente científico".[15] Thomas Donaldson, defensor de la criónica, ha argumentado que la "muerte" basada en la parada cardiaca o en el fracaso en la reanimación es una interpretación puramente social para justificar el cese de los cuidados en pacientes moribundos.[16] Desde este punto de vista, la muerte legal y sus consecuencias son una forma de eutanasia en la cual se abandona a las personas enfermas. El filósofo Max More propuso una diferenciación entre la muerte asociada a las circunstancias y la intencionalidad, y la muerte absolutamente irreversible.[17] La muerte absolutamente irreversible también recibe el nombre de muerte teórica de información. El bioético James Hughes ha escrito acerca de los derechos que corresponderán a los pacientes criónicos a la hora de la reanimación, dado que la recuperación de una persona legalmente muerta tiene precedentes en la aparición de personas desaparecidas.[18]

Las opiniones éticas y teológicas sobre la criónica tienden a girar en torno al asunto de si se ve como entierro o como medicina. Si la criónica es un entierro deben tenerse en consideración las creencias religiosas sobre la muerte y la vida después de la muerte. La resucitación se considera imposible porque el alma se ha ido y, de acuerdo con la mayoría de las religiones, sólo Dios puede resucitar a los muertos. Un entierro caro se ve como un desperdicio de recursos. Si la criónica se ve como medicina con la muerte legal como único mecanismo autorizante, entonces la criónica es un largo coma de prognosis incierta. Es la continuación de los cuidados ofrecidos a enfermos cuando otros han abandonado, y un uso legítimo de recursos para mantener la vida humana. Los partidarios se quejan de que el rechazo teológico hacia la criónica por ser un entierro, es un argumento circular ya que denominar “entierro” a la criónica es como decir que no puede funcionar.[19] Creen que los futuros avances técnicos darán validez a su punto de vista, según el cual los pacientes criónicos son recuperables y, por lo tanto, nunca han estado muertos.

Alcor ha publicado una rotunda defensa cristiana de la criónica,[20] incluyendo extractos de un sermón del reverendo luterano Kay Glaesner. John Warwick Montgomery, renombrado apologista católico, ha defendido la criónica.[21] En 1969 un sacerdote católico consagró la cápsula criónica de Ann DeBlasio, uno de los primeros pacientes criónicos. En el año 2002 un clérigo musulmán señaló en una entrevista para un medio de comunicación que la criónica podría ser compatible con el Islam si se considerara medicina.[cita requerida]

Historia

En 1773, Benjamin Franklin insinuó en una carta[22] que podría ser posible conservar la vida humana en estado suspendido durante siglos. Sin embargo, la era moderna de la criónica no surgió hasta 1962 cuando el profesor de física Robert Ettinger de la Universidad de Michigan, propuso en un libro que él mismo financió, The Prospect of Inmortality,[23] que la congelación de personas sería un modo de llegar hasta futuras tecnologías médicas. Aunque congelar a una persona parezca mortal, Ettinger alega que lo que hoy puede parecer mortal, mañana puede ser reversible. Aplica el mismo argumento al proceso mismo de morir, diciendo que los primeros estadios de la muerte clínica pueden ser reversibles en el futuro. Combinando estas dos ideas, sugirió que la congelación de personas recientemente fallecidas podría ser un modo de salvar vidas.

Un poco antes de que Ettinger terminara su libro, Evan Cooper[24] (con el seudónimo de Nathan Duhring) financió la publicación de su libro Inmortality: Physically, Scientifically, Now que sugería la misma idea de forma independiente. Cooper fundó la Life Extension Society en 1965 para promover la congelación de personas. A Ettinger se le consideró el padre de la criónica, quizás porque su libro fue reeditado por Doubleday en 1964 con las recomendaciones de Isaac Asimov y Fred Pohl, recibiendo así más publicidad. Ettinger también se mantuvo con el movimiento durante mucho tiempo. Sin embargo, el historiador especialista en criónica R. Michael Perry ha escrito de Evan Cooper que "merece el mayor reconocimiento por crear un movimiento criónico organizado".[25]

La palabra actual “criónica” (cryonics en inglés) fue inventada por Karl Werner en 1965 junto con Curtis Henderson y Saul Kent cuando estos últimos fundaron la Cryonics Society de Nueva York (CSNY). A esto siguieron la fundación de la Cryonics Society de Michigan (CSM) y de la Cryonics Society de California (CSC) en 1966 y, en 1969, se fundó la Bay Area Cryonics Society (BACS) a la que se le cambió el nombre en 1985 por el de American Cryonics Society o ACS. La CSM finalmente se convirtió en la Inmortalist Society, una sociedad sin ánimo de lucro y afiliada al Cryonics Institute, que es una organización que ofrece servicios criónicos fundada por Robert Ettinger en 1976 y que ahora es la segunda a nivel mundial.

A principios de los años setenta del siglo pasado la Cryonics Society of Michigan poseía una ambulancia con los suministros y la equipamiento necesario para los pacientes criónicos que incluía un “Iron Heart” de la Westinghouse que usaba un cilindro para suministrar oxígeno e impulsar un pistón que presiona el esternón con una fuerza y frecuencia ajustable, para obligar al corazón a bombear sangre. Actualmente el Cryonics Institute emplea un modelo más avanzado creado por el Michigan Instruments. El suministro de sangre bien oxigenada no sólo reduce la velocidad de degeneración, sino que además ayuda a distribuir el anticoagulante, y hace que el proceso de enfriamiento sea más rápido si el paciente o la cabeza están sumergidos en hielo o parcialmente inmersos en un baño con frío circulante como el que el CI está usando.

Aunque hay, al menos, un intento frustrado anterior, generalmente se acepta que la primera persona congelada con intenciones de una próxima resucitación fue el Dr. James Bedford, un profesor de psicología de 73 años que fue congelado de forma rudimentaria por el CSC el 12 de enero de 1967. Este caso se convirtió en portada de una edición limitada del "Life Magazine" antes de que las imprentas se pararan para informar de la muerte de tres astronautas en el incendio del Apollo I.

La criónica sufrió un gran revés en 1979 cuando en un cementerio de Chatsworth (California) se descubrieron nueve cuerpos almacenados por la CSC, descongelados por la reducción de fondos.[26] Al parecer algunos de los cuerpos habían sido descongelados hacía años sin haberlo notificado. El director de la CSC fue demandado y la publicidad negativa ralentizó el crecimiento de la criónica durante años. De los diecisiete casos criónicos documentados entre 1967 y 1973, solamente James Bedford permanece criopreservado en la actualidad. Los estrictos controles de financiación y los requisitos adoptados en respuesta al escándalo de Chatsworth han dado como resultado el mantenimiento correcto de prácticamente todos los casos criónicos después de aquello.

En 1972 Fred y Linda Chamberlain fundaron la que hoy es la más importante organización proveedora de servicios criónicos con el nombre de Alcor Society for Solid State Hypothermia (ALCOR). En 1977 se le cambió el nombre por el de Alcor Life Extension Foundation. En 1982 se fusiona con el Institute for Advanced Biological Studies (IABS) fundado por Mike Darwin y Steve Bridge en Indiana. Por medio de la combinación de las habilidades técnicas y comunicativas de Darwin con las del médico científico Jerry Leaf, esta fusión se ve como la llave que permitió a Alcor atraer a una gran cantidad de entendidos, que finalmente impulsaron a Alcor hasta una posición de liderazgo en el sector.

Durante los años ochenta, Darwin y Jerry Leaf, investigador de cirugía cardiotorácica de la UCLA, trabajaron juntos en Alcor para desarrollar un modelo médico para los procedimientos criónicos. Antes de Leaf y Darwin, las disposiciones criónicas eran poco más que un depósito de cadáveres en los que, en lugar de crioprotectores químicos, se utilizaba líquido de embalsamar. Leaf y Darwin mostraron que la resucitación cardiopulmonar y la medicación aplicada inmediatamente después de la parada cardiaca seguida de cirugía torácica para acceder a los vasos sanguíneos principales, podría reducir drásticamente los daños isquémicos (daños producidos por la falta de riego) en los pacientes criónicos. Crearon procedimientos criónicos que actualmente se conocen con el nombre de “standby”, durante los cuales un equipo de estabilización permanece junto a la cama del paciente criónico para iniciar el sistema de respiración artificial tan pronto como sea posible tras la parada cardiaca.

En los años ochenta los crionicistas recibieron un nuevo impulso cuando el ingeniero del MIT Eric Drexler comenzó a publicar libros y documentos previendo el nuevo campo de la nanotecnología molecular. En su libro Engines of Creation, publlicado en 1986, se incluía un capítulo entero dedicado a las aplicaciones criónicas.[27] Los crionicistas vieron al incipiente campo de la nanotecnología como confirmación de su punto de vista, mantenido durante tanto tiempo, de que la reparación molecular de los tejidos dañados era teóricamente posible.[28]

La nanotecnología ha sido también causa de controversia dentro del campo de la criónica, con parte de los crionicistas argumentando que no son necesarios los métodos sofisticados de preservación porque la "nanotecnología es necesaria y suficiente" para que la criónica funcione. Los críticos apuntaron que creer que la nanotecnología es necesaria y suficiente sin tener en cuenta la calidad de la preservación es más religión que ciencia. La llegada simultánea del modelo criónico de Leaf y Darwin, y del paradigma de la reparación nanotecnológica, creó un cisma en dos escuelas de pensamiento que aún existen en la actualidad.[29] Una de las escuelas tiende a la creencia de que los procedimientos simples y baratos administrados por expertos funerarios son suficientes, mientras que la otra aboga por la viabilidad del mantenimiento y monitorización con los métodos médicos actuales tanto como se pueda, teniendo la reversibilidad de la animación suspendida como objetivo final.

A finales de los años ochenta una maraña de circunstancias favorables, incluyendo el progreso técnico, el apoyo a la nanotecnología y las eficaces comunicaciones, condujeron a un periodo de rápido crecimiento, especialmente para Alcor. Los miembros de Alcor se multiplicaron por diez en una década, con un ritmo de crecimiento del 30% anual entre 1988 y 1992.

La agitación política de 1993 le creó problemas a Alcor cuando un grupo de activistas abandonaron la institución para fundar la CryoCare Foundation,[30] y las compañías afiliadas con fines lucrativos como CryoSpan, Inc (dirigida por Paul Wafker) y BioPreservation, Inc.[31] (encabezada por Mike Darwin). Darwin y sus colaboradores llevaron a cabo muchos adelantos técnicos durante este período, incluyendo un estudio que hizo época documentando la alta calidad de la preservación cerebral congelando con altas concentraciones de glicerol.[32] CryoCare cesó sus operaciones en 1999 cuando fueron incapaces de renovar su contrato de servicios con BrioPreservation. Los dos pacientes de CryoCare que estaban almacenados en CryoSpan fueron trasladados a Alcor, y varios pacientes de la ACS que se encontraban en las instalaciones de CryoSpan fueron transferidos al CI.

Ha habido numerosas compañías, a menudo fugaces, con ánimo de lucro relacionadas con la criónica. Las compañías comerciales solían estar emparejadas o afiliadas a grupos sin ánimo de lucro a los que servían. Algunas de estas compañías fueron la Cryonic Interment, Inc (CSC), Cryo-Span Corporation (CSNY), Cryo-Care Equipment Corporation (CSC y CSNY), Manrise Corporation (Alcor), CryoVita, Inc (Alcor), BioTransport, Inc (Alcor), Trans Time, Inc.[33] (BACS), Soma, Inc (IABS), CryoSpan, Inc (CryoCare y la ACS), BioPreservation, Inc (CryoCare y la ACS), Kryos, Inc (ACS), Suspended Animation, Inc.[34] (CI, ACS y ALCOR). Tan sólo siguen existiendo Trans Time y Suspended Animation. Al parecer ninguna de las compañías ha sido rentable. El campo de la criónica parece haberse consolidado firmemente en torno a tres grupos no lucrativos: Alcor, Cryonics Institute (CI) y la American Cryonics Society (ACS), cuyos ingresos provienen de legados y donaciones.

Una investigación de los años noventa que revelaba con gran detalle los efectos dañinos de la congelación indujo a usar mayores concentraciones de glicerol crioprotector para prevenir las lesiones por congelación. En 2001 Alcor comenzó a utilizar la vitrificación (una tecnología tomada de la corriente principal en la investigación de la preservación de órganos) en un intento de evitar completamente la formación de hielo durante la preservación en frío. Puesto que en ese momento la tecnología de vitrificación sólo se podía aplicar a cerebros, estos eran en ocasiones separados del cuerpo para optimizar la preservación, lo que causó gran confusión pública.

En 2005 Alcor comenzó a aplicar (o a intentarlo)[35] el tratamiento de vitrificación a todo el cuerpo de forma simultánea y sin separar la cabeza del mismo. Ese mismo año, el Cryonics Institute comenzó a utilizar un nuevo procedimiento por el cual la cabeza era vitrificada mientras aún estaba unida al cuerpo, que era congelado sin crioprotectores.[36] Un año después, el Cryonics Institute comenzó a perfundir el cuerpo con glicol de etileno.[37]

Cuando en 2002 Alcor criopreservó a la estrella de béisbol Ted Williams, comenzó una disputa familiar sobre el método por el cual quería ser criopreservado el deportista. Tras la publicación de un artículo en Sport Illustrated en junio de 2003 que denunciaba que Alcor había tratado de manera incorrecta a Ted Williams,[38] [39] [40] Alcor tuvo que luchar por su existencia bajo las leyes de Arizona.[41] Como mínimo, Alcor podía haber desmentido el uso de la Uniform Anatomical Gift Act, lo que podría haber perjudicado su capacidad para conseguir el acceso rápido a los pacientes criónicos. A pesar de no ser responsables de Ted Williams, el bombardeo mediático dio como resultado una orden del Estado de Michigan sobre el Cryonics Institute de “cese y abstención” con una duración de seis meses. Al final el gobierno de Michigan decidió regular al CI como a un cementerio.

Actualmente Alcor mantiene en torno a 70 pacientes criónicos en Scottsdale, Arizona; el Cryonics Institute mantenía, a fecha de 22 de mayo de 2006, a 74 pacientes humanos y alrededor de 40 mascotas (perros, gatos y pájaros) en Clinton Township, Michigan. No hay proveedores de servicios criónicos fuera de Estados Unidos, aunque existen grupos de apoyo en Europa, Canadá, Australia y Reino Unido.

Cultura

La criónica en la cultura de masas

En la ciencia ficción se han recreado procedimientos muy parecidos a la criónica para los viajes espaciales, o para trasladar a un personaje al futuro. Además, para llevar a cabo cualquier tarea en el futuro, el protagonista tenía que hacer frente a la rareza de un nuevo mundo, en el que sólo se podía encontrar apenas indicios del anterior. Esta perspectiva de alienación se cita a menudo como razón principal de la falta de popularidad de la criónica.

Relativamente se han publicado pocas novelas que se centren, en el objetivo primario, en la definición de la criónica, que es el viaje médico en el tiempo. Entre las novelas que abrazan esta temática se incluyen los best-seller estadounidenses The First Immortal de James Halperin, The Age of Pussyfoot de Frederik Pohl, Tomorrow and Tomorrow de Charles Sheffield, Chiller de Sterling Blake (alias Gregory Benford), Ralph’s Journey de David Pizer, y Formerly Brandewyne de Jude Liebemann. La novela Fiasco de Stanisław Lem toca el tema de si una persona criopreservada durante siglos que es reanimada y sufre amnesia sigue siendo la misma persona. Una historieta de Neil R. Jones de 1931 titulada The Jameson Satellite tuvo su repercusión por ser considerada la semilla que germinó en la mente de Robert Ettinger la idea de la criónica cuando no era más que un adolescente. El comic postcyberpunk Transmetropolitan representa "reanimados", personas que han sido reanimadas tras la criopreservación, casi siempre con resultados negativos.

Entre las películas que presentan a la criónica con fines médicos encontramos la comedia de Woody Allen El dormilón (Sleeper), y otras como Late for dinner y la española Abre los ojos (y su remake estadounidense Vanilla Sky). Una de las más conocidas que presenta a la criónica (y sus errores potenciales) es la película de 1992 Eternamente joven (Forever Young) protagonizada por Mel Gibson. A pesar de no tratar directamente la temática criónica, la película de Ron Howard Cocoon ha sido la mejor considerada por los defensores de la criónica por expresar los valores que la motivan mucho mejor que cualquier otra.[42] En Demolition Man, la criónica se emplea como castigo para los criminales.

Para la pequeña pantalla, el productor David E. Kelley escribió representaciones con base real y especialmente precisas de la criónica para series como L.A. Law (temporada de 1990[43] ), Picket Fences (temporada de 1994[44] ), y Boston Legal (temporada de 2005[45] ). En cada caso, había un demandante, enfermo terminal, que pedía ante el juez el derecho a la criopreservación. El episodio The Neutral Zone de la primera temporada de Star Trek: La Nueva Generación también presentaba tres personas criopreservadas en una antigua nave espacial. Legalmente habían muerto en el siglo XX pero se volvían viables y recuperables en el siglo XXIV gracias a la tecnología del momento. En un episodio de la serie Miami Vice emitido en 1987 y titulado The Big Thaw aparecía un cantante de reggae suspendido cuya esposa quería que se detuviera el proceso de reanimación para poder heredar sus propiedades. En el capítulo When We Dead Awaken de la serie seaQuest DSV aparece la madre del teniente James Brody en un proceso de stasis criónica tras sufrir una infección fatal.

La criónica también ha sido objeto de bromas en series de animación como Futurama, en la que el protagonista, Philip J. Fry, es criopreservado accidentalmente el 31 de diciembre de 1999 y reanimado el mismo día pero mil años más tarde, en 2999. Eoin Colfer, en su colección de libros Arteimis Fowl, incluyó un breve periodo de criopreservación para uno de los personajes que había recibido un disparo en el pecho. Austin Powers y el Dr. Evil se congelaron durante 30 años en la película Austin Powers: International Man of Mistery. En el Stargate SG-1, SG-1 se congela debido al Hathor Goa'uld en el tercer episodio de la tercera temporada Smalls Victories. En la película demolition man, el protagonista (interpretado por Sylvester Stallone) también es criopreservado y en el futuro es reanimado para capturar a un delincuente de su siglo.

Los comics también presentan personajes que han pasado por la criónica. Sr. Frío, un personaje malvado de Batman se mantiene vivo gracias a ella a la vez que se mantiene físicamente activo. Jean Grey, una superheroína de Uncanny X-Men, ha sido reanimada después de que su cuerpo fuera preservado criónicamente tras un ataque mortal de los Sentinels.

Muchos juegos de ordenador han presentado también la criónica como "sueño frío" (cryosleep) como parte integral de la historia en los viajes espaciales. Dos ejemplos de ello son el experimento ATLAS de StarCraft y los cryo trays de Homeworld. Igualmente Jefe Maestro se encuentra en un criotubo antes de comenzar su campaña en Halo Combat Evolved, y en Halo 3 ingresa nuevamente a un criotubo hasta que lo encuentren con su nave perdida en el espacio.

La criónica aparece en El Imperio contraataca de La Guerra de las Galaxias cuando Darth Vader, sus tropas y Boba Fett congelan a Han Solo en carbonita para que Fett pueda entregar a Jabba the Hutt.

La comunidad criónica

Los crionicistas forman una subcultura por sus intereses comunes y su salida radical de las normas culturales estándar. Optar por la criónica suele requerir un aprecio por la ciencia y la tecnología (tecnofilia), amor por la vida (un deseo de extensión de la vida), pensamiento independiente y una capacidad para resistir a las presiones y desaprobaciones sociales. El número de varones involucrados es tres y hasta cuatro veces superior al de mujeres.

Los crionicistas son normalmente informáticos, libertarios, lectores de ciencia ficción y gente que tiene en baja consideración a la religión convencional. A menudo los crionicistas eligen la criónica sin el apoyo o interés de sus familiares y amigos, y participan en la comunidad criónica via e-mail o por encuentros ocasionales. Aunque la alienación de los crionicistas desde la cultura de masas podría hacer de ellos una comunidad hermética, su independencia y pasión les ha convertido en personajes hostiles para los demás.

Los crionicistas han conseguido formar sociedades criónicas en áreas densamente pobladas (ver la sección de historia), celebran reuniones regulares, publican revistas y celebran congresos y conferencias. Saul Kent y Evan Cooper así como Fred y Linda Chamberlain fueron miembros muy activos que organizaban congresos criónicos en los primeros años. Los magazines de las organizaciones criónicas han ayudado también a que los miembros de la comunidad se mantengan informados de los eventos y problemas comunes. El 24 de julio de 1988 el doctor en informática Kevin Brown inició una lista de correo electrónico denominada CryoNet[46] que se convirtió en una herramienta de comunicación muy potente para la comunidad criónica. Aunque la lista se completa con reflexiones filosóficas sobre el sentido de la identidad personal, sigue siendo el punto central de contacto para los crionicistas.

Los crionicistas también poseen una jerga común que incluye el uso específico de las palabras paciente, muerte, desanimación y suspensión. Al igual que en otras subculturas, algunos miembros de la comunidad tienen un fuerte sentido sobre el uso de un lenguaje criónico "políticamente correcto".

Véase también

Notas

  1. Scientists' Open Letter on Cryonics. Retrieved on 2007-08-18
  2. Donaldson, Thomas (1988) 24th Century Medicine. Davis Publications. Retrieved on 2006-03-17
  3. Platt, Charles (1995). Effect of Human Cryopreservation Protocol on the Ultrastucture of the Canine Brain, 4, Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  4. Lemler J, Harris SB, Platt C, Huffman TM (2004). The arrest of biological time as a bridge to engineered negligible senescence, 1019:559-63, Annals of New York Academy of Sciences. Retrieved on 2006-03-31
  5. Lemler J, Harris SB, Platt C, Huffman TM (2004). The Arrest of Biological Time as a Bridge to Engineered Negligible Senescence. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-31
  6. Lemler J, Harris SB, Platt C, Huffman TM (2004). Alcor Presentation at Cambridge University. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-31
  7. Scientists’ Cryonics FAQ. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-04-03
  8. Merkle, R (1994). Molecular Repair of the Brain. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-04-04.
  9. (1991) “Realistic” Scenario for Nanotechnological Repair of the Frozen Human Brain. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-04-04
  10. Drexler, E (1986). Engines of Creation. Ancor Press/Doubleday. Retrieved on 2006-04-04
  11. Darwin, M (1988). Resuscitation: A Speculative Scenario for Recovery. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-04-04
  12. O’Neal, Michael B (1990). The Case for Whole Body Suspension. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-16
  13. White, Robert J. Head Transplants. Retrieved on 2006-03-18
  14. Darwin, Mike (1990). The Cost of Cryonics. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  15. Whetstine, Leslie; Stephen Streat, Mike Darwin, and David Crippen (2005-10-31). Pro/con ethics debate: When is dead really dead?. Critical Care Forum. Retrieved on 2006-03-17
  16. Donaldson (1990). Prospects of a Cure for “Death”. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  17. More, Max (1995). The Terminus of the Self. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  18. Hughes, James J (2001). The Future of Death: Cryonics and the Telos of Liberal Individualism, Volume 6, Jet Press. Retrieved on 2006-03-17
  19. He’s Dead, Jim, The Irreversibility of Death as a Circular Argument. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  20. Christianity and Cryonics. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  21. Montgomery, John Warwick (1968-05-10). Cryonics and Orthodoxy, 12, 816, Christianity Today. Retrieved on 2006-03-17
  22. Franklin, Benjamin (1773). Letter to Jacques Duborg. Foresight Nanotech Institute. Retrieved on 2006-03-17
  23. Ettinger, Robert C.W (1964). The Prospect of Immortality, First, Doubleday
  24. Ev Cooper. Retrieved on 2006-03-17
  25. Cryonics. Retrieved on 2006-03-17
  26. Perry, R. Michael (1992). Suspension Failures: Lessons from the Early Years. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  27. Drexler, K. Eric (1986). Engines of Creation, “A Door to the Future”. Foresight Nanotech Institute. Retrieved on 2006-03-17
  28. Drexler, K. Eric (1986). Engines of Creation, The Coming Age of Nanotechnology. Foresight Nanotech Institute. Retrieved on 2006-03-17
  29. Darwin, Mike (1986). The Myth of the Golden Scalpel. Cryonics. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  30. CryoCare Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  31. BioPreservation, Inc. - Cryopreservation Services. Retrieved on 2006-03-17
  32. Platt, Charles (1995). Effect of Human Cryopreservation Protocol on the Ultrastructure of the Canine Brain. Cryocare. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  33. Trans Time, Inc. Retrieved on 2006-03-17
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  35. New Cryopreservation Technology. Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  36. Ben Best. The Cryonics Institute’s 69th Patient. Retrieved on 2006-06-07
  37. Ben Best. The Cryonics Institute’s 74th Patient. Retrieved on 2006-06-07
  38. (2003). “What happened to Ted?”. Sports Illustrated
  39. (2003). “Ted’s tragedy unfolds”. Sports Illustrated
  40. (2003). “Renewed Ted Williams Controversy: An Interim Response”. Alcor News Bulletin Number (15)
  41. Chronology of Attempted 2004 Cryonics Legislation in Arizona. Alcor Life Extension Foundation: (2004)
  42. (1985) Cryonics, Volume 6 Issue 61, Alcor Life Extension Foundation. Retrieved on 2006-03-17
  43. “L.A. Law” The Good Human Bar (1990). IMDb. Retrieved on 2006-03-17
  44. “Picket Fences” Frosted Flakes (1994). IMDb. Retrieved on 2006-03-17
  45. “Boston Legal” Let Sales Ring (2005). IMDb. Retrieved on 2006-03-17
  46. CryoNet. Retrieved on 2006-03-17

Enlaces externos

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