Clima de España

Clima de España
Mapa de los climas de España y Potugal de acuerdo a la clasificación climática de Köppen. Agencia Estatal de Meteorología de España y Instituto de Meteorología de Portugal.[1]      BWh: Clima desértico cálido      BWk: Clima desértico frío      BSh: Clima semidesértico cálido      BSk: Clima semidesértico frío      Csa: Clima mediterráneo subtropical      Csb: Clima mediterráneo templado      Cfa: Clima subtropical húmedo      Cfb: Clima templado húmedo      Dsb: Clima continental templado      Dsc: Clima continental frío      Dfb: Clima continental húmedo      Dfc: Clima subártico      ET: Clima de la tundra
Climas de España tradicionales.[2]

El clima de España es muy variado debido a su posición latitudinal, su situación estratégica y por el relieve tan diverso del territorio. La Península Ibérica está ubicada en un lugar destacado dentro de la circulación general atmosférica que no permanece estática sino que existen diferentes movimientos de Norte a Sur, según la estación climática. La península se encuentra en una zona templada, no teniendo características climáticas homogéneas al ser zonas de mezcla entre zonas de aire cálido y zonas de aire frío (subtropicales y polares).

La variada orografía de España, así como su situación geográfica, en latitudes medias de la zona templada del hemisferio Norte, hace que el país tenga una notable diversidad climática. Así pasamos de lugares con suaves temperaturas, en torno a los 15 °C, a otros que superan los 40 °C, sobre todo en verano, y de sitios donde las precipitaciones no superan los 150 mm, a otros que registran más de 2500 mm anuales.

Sin embargo, hay una serie de rasgos generales que pueden resumirse en los siguientes puntos:

  • Las temperaturas disminuyen progresivamente desde los litorales hacia el interior. Por ejemplo, las temperaturas medias del valle del Guadalquivir oscilan en torno a los 17-18 °C, y en las tierras del Ebro, sobre los 14 °C.
  • En las tierras del interior, los valores descienden de Poniente a Levante.
  • Las temperaturas aumentan de norte a sur. La parte septentrional de la Meseta presenta valores entre los 10 °C y 15,5 °C, y la zona meridional, entre 12,5 °C y 15 °C.
  • Enero suele ser el mes con la temperatura media más baja, mientras que agosto es el mes con el promedio más alto.
  • Las temperaturas de las aguas del Mediterráneo son más altas que las del Cantábrico. En el primero, la media se sitúa entre los 15 °C y los 18 °C, mientras que en el segundo, ronda los 14 °C.
  • La amplitud térmica es mayor en el interior de la Meseta, donde en ocasiones alcanza los 20 °C, mientras en lugares como Canarias esa amplitud es menor, y entre el mes más cálido y el más frío apenas hay variación de 5 °C.

Contenido

Los distintos climas en España

Tradicionalmente, se han clasificado cuatro grandes climas en España: oceánico, mediterráneo (con algunas variaciones), subtropical y de montaña. Cada uno influye en un área geográfica claramente delimitada:

  • El clima atlántico: este clima se extiende por todo el norte y noroeste de la Península, desde los Pirineos hasta Galicia. Se caracteriza por la abundancia de lluvias, que suelen superar los 1000 mm, repartidas de manera regular a lo largo del año. Por esa razón, el paisaje es muy verde. Las temperaturas suelen ser suaves debido a la cercanía del mar: en invierno oscilan entre oscilan los 12 °C y los 15 °C y en verano rondan los 20-25 °C. Actualmente este clima en Galicia se ha vuelto mucho más caluroso entrando la primavera y por el verano, pudiendo llegar hasta los 35-40 °C. La temperatura récord de Galicia fue captada en Ourense, 46 °C (Julio) (una de las más altas de España). Y en invierno las temperaturas suelen rondar los 4-15 °C en las ciudades costeras (ejemplo Vigo), en las ciudades del interior estas temperaturas bajan a unos números bastnates bajos, rondando los -5 °C-8 °C en las ciudades (ejemplo Ourense) y los -10 °C-5 °C en los pueblos y aldeas.


  • El clima mediterráneo: este clima es el que predomina en España, ya que extiende a lo largo de todo el litoral mediterráneo, el interior de la Península y el archipiélago balear. Sin embargo, existen considerables diferencias entre unas zonas y otras, lo que da lugar a tres subdivisiones:
- El clima mediterráneo típico. Abarca gran parte de la costa del mismo nombre, alguna zonas del interior, Ceuta, Melilla y Baleares.Las lluvias son irregulares, entre los 400 mm y los 700 mm anuales, y se concentran especialmente en otoño y primavera. Los inviernos son cortos y suaves mientras que los veranos son largos y calurosos. La temperatura media anual ronda entre los 15 °C y los 18 °C.
- El clima mediterráneo con invierno frío (Erróneamente denominado "mediterráneo continentalizado"). Se localiza en la Meseta, la depresión del Ebro y parte del Guadalquivir. Se caracteriza por tener unas temperaturas muy extremas, entre 25 °C y los -13 °C. Los inviernos son largos y muy fríos, y los veranos muy calurosos. Además, las precipitaciones son escasas, en torno a los 400 mm, y aparecen en forma de tormenta en los meses de julio y agosto.
- El clima mediterráneo seco. Aparece sobre todo en el sureste del territorio, en las zonas de Murcia, Alicante y Almería. Las lluvias son extremadamente escasas, menos de 300 mm al año, lo que convierte estas zonas en áreas muy áridas, y son frecuentes los períodos largos de sequía. Las temperaturas son semejantes a las del mediterráneo típico, aunque el calor en verano suele ser más intenso.
  • El clima subtropical: este clima solo aparece en el archipiélago canario debido a su cercanía con el trópico de Cáncer y la costa árida de África. Se caracteriza por la presencia de los vientos alisios y las corrientes de agua fría. Las temperaturas son cálidas durante todo el año, entre los 22 °C y los 28 °C de media, mientras que las precipitaciones son escasas, menos de 250 mm, y se concentran en invierno. Pos esa razón, no hay ríos en Canarias y cuando llueve se forman torrentes.
  • El clima de alta montaña: aparece en los grandes sistemas montañosos como los Pirineos, el Sistema Central, el Sistema Ibérico, la cordillera Penibética y la cordillera Cantábrica. Los inviernos son muy fríos, y los veranos frescos. Las precipitaciones son muy abundantes a medida que aumenta la altitud y, en general, en forma de nieve. Las vertientes de las montañas que miran al norte son más frías.


Destaca su propia situación entre el Atlántico y el Mediterráneo, en este contexto el Atlántico tiene el principal papel porque es el responsable de la entrada de viento del oeste. El Mediterráneo influye bastante poco en la diversidad climática, tan solo incide en las costas y creación de gotas frías.

Destaca también la dualidad de comportamiento entre costa e interior, dándose fenómenos en las costas como brisas, humedad y amplitud térmica reducida. En el interior hay más amplitud térmica y menos humedad que se debe a la continentalidad. También influye el relieve y su disposición que impide el libre paso de masas de aire, aquí se da el efecto Föehn.

La ciudad de Murcia, posee el récord de temperatura de España, con 47,2 °C en el observatorio de Alfonso X, el 4 de julio de 1994 atendiendo a datos oficiales. Sin embargo la ciudad con mayor temperatura media anual es Almería con 18,9 °C y las que cuentan con medias más elevadas en verano son Sevilla y Córdoba con 27,4 °C.[3]

En 2009, la temperatura media del mes de agosto en España ha sido de 25,2 °C, es decir 1,9 °C por encima de la media del periodo de referencia (1971-2000), convirtiendo al octavo mes de 2009 en el segundo agosto más cálido del siglo XXI y en el tercero más cálido desde 1961, por detrás de 2003 y 1991, que tuvieron anomalías positivas de 2,8 y 2 °C respectivamente, según informa la Agencia Estatal de Meteorología. En Baleares y Canarias agosto fue "muy cálido", aunque las temperaturas fueron 0,8 y 1,2 °C, respectivamente, superiores a los valores globales del periodo de referencia. En 2003 hubo una anomalía de 2,8 °C y 2009 se ha quedado a sólo una décima del segundo año más cálido (1991), que registró una temperatura media superior en 2 °C a la media del periodo, es decir que agosto de 2009 por poco no se convirtió en el segundo más cálido entre 1971 y 2000. Ciudad Real tuvo 0,6 °C por encima de los 28 °C de 2003; Albacete superior en 0,2 décimas y Teruel 0,5 décimas más. Los archipiélagos registraron 0,8 °C por encima de los 25,2 °C de la Península, lo que evidencia una tendencia positiva, algo más atenuada por la influencia marítima. Por el contrario, ciudades mediterráneas como Valencia y Murcia así como en zonas del noroeste peninsular tuvieron una temperatura media en agosto un grado centígrado menor que el resto. La segunda quincena de agosto fue la más cálida en los últimos 50 años en Extremadura, centro peninsular, oeste de Castilla-La Mancha y noroeste de Andalucía. El 3 de septiembre de 2009 se registraron máximas muy cálidas en toda la zona mediterránea, llegando Murcia hasta los 38,7 °C y en Tortosa los termómetros subieron hasta los 38 °C, su temperatura máxima para septiembre en todos los registros. El récord anterior en esta localidad fueron 37 °C el 25 de agosto de 1983. Por su parte, Santander batió su máxima absoluta para agosto con un valor de casi 36 °C.

Factores

Centros de acción que repercuten en el clima de España.
Pluviosidad media anual por ciudades (1971-2000)

Factores dinámicos

Son los que originan las precipitaciones, humedad y vientos. Dentro de la dinaminación existen varios elementos:

  • Dentro de la circulación atmosférica está la corriente de Jet Stream o corriente en chorro, que es un flujo de aire que se sitúa en torno a 50º de latitud norte con una velocidad de 250 km/h y se encuentra en torno a 10000 m de altura. Sufre un traslado de norte a sur según sea verano o invierno. En verano propicia que la Península ibérica esté influida por masas de aire tropical. En invierno desciende de latiud y las masas de aire tropical descienden y deja influir en la península vientos fríos.
  • El segundo elemento dinámico son los centros de acción que se refiere a los centros de alta y baja presión.

En las zonas de altas presiones (anticiclones), el aire gira en el sentido de las agujas del reloj y el aire está por encima de los 1013 hPa. Entre ellas destacan:

  • El Anticiclón de las Azores que es el que más afecta a la península, tiene sus orígenes en las altas presiones subtropicales que se desplazan hacia el norte y hacia el sur. Cuando se sitúan al norte provoca tiempo estable en la península, normalmente ocurre en verano, en otoño e invierno desciende más al sur y se produce un tiempo inestable. Es el causante de la entrada de vientos cálidos en la Península Ibérica.
  • Anticiclones polares atlánticos que son una prolongación del de las Azores en su parte septentrional y ejercen su influencia en invierno, arrastrando aire polar marítimo y provocando situaciones del Norte.
  • El anticiclón Siberiano, que se forma en Siberia a partir de masas de aire frío polar continental, al discurrir por zonas continentales este anticiclón tendrá vientos secos y proporcionará la creación de fuertes heladas en el interior y nevadas en las costas si se asocia a una borrasca Mediterránea en invierno.

La borrasca más importantes es la de Islandia que se localiza entre el Anticiclón de las Azores y el Polar Atlántico. Esta borrasca lanza masas de aire frío polar que al llegar al mar se cargan de humedad y provocan una fuerte inestabilidad.

La depresión de Génova o la Baja Balear

Se constituye en los meses de otoño, el proceso de formación surge a partir de masas de aire frío continentales que al llegar al mar se cargan de humedad y provocan una fuerte inestabilidad y creará la gota fría. En los meses de invierno expulsa por su borde trasero la masa de aire polar continental hacia la Península y Baleares, ocasionando fuerte mala mar en el mar Balear y nevadas en las costas de Cataluña, Baleares y el Cantábrico Oriental.

La depresión de las Azores

Se provoca por el choque con la masa de aire frío polar con masas más calientes creando inestabilidad, estas borrascas son muy comunes en la formación de las borrascas que entran por el golfo de Cádiz que tendrá su origen en esta depresión.

La depresión sahariana

Originada por el fuerte calor que provoca que el aire caliente ascienda y contacte con zonas más frías y provoque inestabilidad, un anticiclón en altura dará lugar a olas de calor. El mismo origen que esta depresión sahariana tendrá alguna depresión en el interior de la península hispánica. sobre todo en verano, estas depresiones son de origen térmico.

La depresión Atlántica

Se asocia al aire polar marítimo sobre todo en invierno, otoño y primavera provocando lluvias en la península. Las temperaturas van a ser más suaves que los vientos de la depresión de Islandia al estar en latitudes más bajas

Masa de aire

La influencia mayor o menor de estas borrascas está en función con la existencia de masas de aire que están influidas por centros de acción y tiene características propias, cuando sea frío se llamará polar o ártico, cuando sea cálido será tropical, si es húmeda será marítima y si es seca será continental.

Masa de aire ártico-marítima

Es fría y húmeda, se origina en la cuenca ártica, afecta en muy raras ocasiones a la Península Hispánica. Al proceder del Ártico en el recorrido de esta masa hacia el sur se llena de aire húmedo y cuando llega a la península traerá temperaturas muy bajas y precipitaciones en forma de nieve en el norte de Españ

Masa de aire polar marítima

Procede del Atlántico norte tras recorrer un largo trecho de océano es menos fría que la ártica, conforme atraviesa el océano se llena de humedad, al entrar en la Península hispánica da como consecuencia un aire húmedo y fresco y cuando en su influencia se da una borrasca da lugar a un tiempo lluvioso, cuando está asociado a un anticiclón da lugar a un tiempo fresco y despejado. Cuando estas masas de aire descienden y se pasea por el mar de las Azores se calienta y produce una alta inestabilidad que hace que pierda sus propiedades y evoluciones hacia otro tipo de masas de aire.

Masa de aire polar-continental

Es fría y seca, proviene de Centroeuropa y Rusia, el origen se sitúa en una masa de aire polar o ártica que se ha quedado estancada en las zonas continentales de Europa si a esta masa de aire se le une el anticiclón siberiano se puede llegar a un frío bastante gélido, el hecho de que esté estancado en una zona continental condiciona que no sea tan húmedo. Cuando llega al Mediterráneo se invade de humedad y después se introduce en la península provocando una ola de frío y en la meseta da lugar a copiosas nevadas, tiene su máxima influencia en invierno.

Masa de aire es la tropical-marítima

Tiene influencia en verano otorgando una fuerte estabilidad.

Masa de aire tropical-continental

Es caliente, seca y sofocante, es la ola de calor, llega a producir lluvias de barro, su mayor afluencia es el verano.

Frentes

Son zonas de contacto entre dos masas de aire con características distintas. En la península hispánica destaca el frente polar que pone en contacto la masa de aire tropical con la polar. Este frente polar cuando transcurre en la península da lugar a precipitaciones y se irá poco a poco debilitando. Está muy condicionado a la propia dinámica de los centros de acción (anticiclón y borrasca). Las borrascas son el principal factor de que este frente atraviese la península de oeste a este, lo normal es que pase de noroeste a sudeste pero también puede hacerlo por el sureste por la depresión de las Azores. Existen otros frentes pero son menos importantes, de estos destacan el Mediterráneo que da lugar a una discusión sobre si es una prolongación del polar o un frente en si, ahora se acepta que es una prolongación del polar ocasionado por el contacto del aire frío de la península hispánica con el aire caliente del Mediterráneo. Este frente será muy importante en la gota fría. El tercer frente es el de los Alisios formado a partir del contacto de la masa tropical marítima de las Azores con la tropical continental, está localizado en el Norte de África influye en las Canarias y en la península hispánica a la mitad occidental de Andalucía. El último frente será el Ártico que surge por el contacto de la masa polar marítima y la ártica, de manera muy excepcional influirá en la península hispánica.

Factores geográficos

Destacan la presencia del Mediterráneo y el Atlántico, la disposición periférica del relieve. El principal factor geográfico es la continentalidad. Estos factores tienen mucho que ver con la latitud de la península hispánica que al estar en la zona templada da lugar a una fuerte heterogeneidad en cuanto al clima.

La propia disposición del relieve determina que los conjuntos montañosos sirvan de barrera a la introducción de diferentes masas de aire. Estas barreras montañosas provocan el efecto Föhn que favorece a la continentalidad de la península hispánica que viene causada por la relativa lejanía del mar. La continentalidad provoca una gran amplitud térmica.

Tipos de clima

El clima atmosférico es el estado de la atmósfera que resulta de la combinación de varios factores como la humedad, presión y temperatura en un momento preciso. Los tipos de clima es la reiteración de unas similares situaciones atmosféricas.

Los tipos de clima van a estar determinados por los tipos de situaciones como las convectivas y adventivas. Las situaciones convectivas son aquellas donde predominan los movimientos verticales del aire, en las situaciones anticiclóncias el aire será descendente y en las borrascas ascendente. Este movimiento vertical produce en ocasiones fenómenos tormentosos, el aire caliente que se encuentra en la superficie asciende y por el contacto con una masa de aire frío se produce la condensación del agua lo que dará lugar a las lluvias convectivas. Las situaciones adventivas se definen por el movimiento horizontal del aire que procede de diferentes sitios.

En España se van a dar situaciones predominantes:

Situación del norte

Viene determinada a partir de la localización de un anticiclón en el Atlántico norte y una borrasca en la Europa occidental. El anticiclón lo que hace es impedir la llegada de borrascas del oeste. La borrasca lo que hace es introducir aire frío en la Península Hispánica de norte a sur.

Situación del Noreste

Es muy parecida a la anterior, también existe un anticiclón noratlántico pero este invade parte de Europa. También se situará una borrasca en el Mediterráneo que condicionará que la península se vea afectada por aire polar continental que se encuentra en el interior de Europa. El tipo de tiempo que va a predominar será frío y seco y provocará heladas.

Situación del este o Levante

Nube formada por el viento de Levante en Gibraltar.

Va a dar lugar a diferentes localizaciones. Hay un anticiclón que se extiende desde el Atlántico hasta el interior de Europa. La borrasca se localizará en el Norte de África. Esto se dará en primavera y otoño y la consecuencia más importante es que la península hispánica será invadida por una masa de aire mediterráneo que, en general, es cálida y húmeda lo que causa precipitaciones aunque de poca intensidad. Si esta masa de aire cálido se encuentra en altura dará lugar a fenómenos muy tormentosos o de gota fría. Se tendrá que tener el cuenta el viento en el estrecho.

Situación del sur

Siempre estará favorecida por la localización de una borrasca en las costas occidentales españolas y en el Mediterráneo se va a instalar un anticiclón. Entre estos dos centros de acción la consecuencia principal es la ascensión de vientos secos del norte de África (tropicales continentales), esto en verano se traduce en olas de calor. Si en altura se encuentra una vaguada o masa de aire frío se producirán fuertes aguaceros en el sur.

Situación del oeste

Se caracteriza por la localización de una borrasca muy fuerte en el Atlántico. Esta depresión va a lanzar masas de aire polar a la península hispánica. Esta borrasca va a acompañar al frente frío que va a barrer la península de oeste a este. El tipo de tiempo que va a predominar son precipitaciones con una alta humedad y temperatura suaves. Este tipo de tiempo será muy importante en otoño e invierno.

Situación del noroeste

Se va a caracterizar por la presencia de un anticiclón en el Atlántico que va a estar muy cerca del suroeste de la península y se va a situar un centro de bajas presiones en las Islas Británicas. Esto acompañado por frentes fríos que atravesarán la península hispánica y puede venir acompañado por frentes fríos que atravesarán la península. Estos frentes pueden pasar de una manera más intensa o menos según se sitúe el anticiclón, esto hará que la zona más afectada se la cornisa cantábrica. El frente frío será empujado por un anticiclón hacia arriba lo que provocará precipitaciones en la cornisa cantábrica.

Situación del Suroeste

Se caracteriza por la localización de una borrasca en el suroeste de la península. En la mayoría de los casos esta borrasca va a llevar aparejado un frente frío y también le acompaña en altura una vaguada de la corriente en chorro. Esta situación es temporal hay lluvias generalizadas en la península hispánica. El frente frío también atraviesa de oeste a este la península hispánica. Va a predominar en invierno.

Elementos del clima

Son las condiciones que unidas a los factores climáticos definen los tipos de tiempo (temperatura, presión, precipitaciones, humedad, insolación...).

Temperatura

La principal característica es su dispar comportamiento, muy relacionado con la circulación atmosférica y a los factores geográficos.

Temperatura media anual

En la desigual distribución de estas temperatura medias inciden varios factores:

  • Presencia del mar que suaviza las temperaturas, conforme nos alejamos de la costa se endurecen, los veranos serán más secos y los inviernos más fríos. La meseta Norte es más fría que la sur ya que está cerrada por macizos montañosos y la sur está influida por el Atlántico.
  • La latitud está muy relacionada con la insolación, cuanto más cercano a la zona tropical la temperatura media anual crece. Andalucía recibe más calor que Asturias, en algunos casos la diferencia anual llega a ser de 4 °C.
  • La altura, a mayor altitud hace más frío en una relación de 0,65 °C por cada 100 m de subida.

Distribución de las temperaturas medias en la península hispánica:

  1. Menos de 10 °C de temperatura media anual: es muy limitado, tan solo se localiza en aquellas partes de más altura en puntos montañosos, el factor que influye es el relieve. Se da en la zona central del Pirineo, parte de la cornisa cantábrica, sistema central que la mayor parte del año están cubiertas por nieve.
  2. Entre 10 y 14 °C de temperatura media anual: su localización se asienta en la parte norte de la Península Hispánica con una prolongación por el Sistema Ibérico, los factores que destacan son la latitud y la continentalidad.
  3. Entre 14 y 17 °C de temperatura media anual: es el más extendido y se relaciona con el sur de la península afectando a la submeseta sur, Andalucía oriental, gran parte del Mediterráneo norte y una pequeña franja en las rías gallegas y en la desembocadura del Guadiana. En el norte la influencia es del Mediterráneo y en el sur del Atlántico y los veranos serán más acusados.
  4. Entre 17 y 19 °C de temperatura media anual: está muy relacionado con el anterior, se da en la desembocadura del Guadalquivir y todo el Mediterráneo central y sur. El factor que más influye es la latitud y la presencia del mar.
  5. Más de 19º C de temperatura media anual: tiene escasa relevancia y solo se da en una pequeña parte del valle del Guadalquivir, en zonas de Córdoba, Jaén y Sevilla. Está muy relacionado con la creación de masas de aire caliente que se establecen en esta zona.

Temperatura media mensual

El mes más frío es enero, las bajas temperaturas están relacionadas con que el día dura menos y las masas de aire polar tienen más influencia. Las principales características son el descenso de temperaturas de norte a sur y de la periferia al interior. En la zona oriental peninsular es donde se dan los cambios más bruscos de temperaturas relacionados con la propia orografía (Mediterráneo y montaña): La zona más cercana al Mediterráneo es más cálida que la costa atlántica, esta diferencia de temperaturas se equilibra cuando nos desplazamos hacia el norte. La submeseta norte es más fría que la sur. La última característica es el fuerte contraste entre la depresión del Ebro (de 4 a 6 °C) y la del Guadalquivir (de 8 a 12 °C) debido a que la del Ebro está encajada por varios conjuntos montañosos y la continentalidad es superior, también influye la latitud. La del Guadalquivir recibe influencia de masas de aire cálido al no estar encerrada.

El mes más cálido es julio, tiene especial importancia el anticiclón de las Azores, también se introducirán por el sur masas de aire tropical-continental. Características:

  1. La característica más destacable es que en la mitad sur las temperaturas aumentan desde la costa al interior lo que contrasta con lo que ocurre en el norte.
  2. El influjo del anticiclón de las Azores es de diferente magnitud, en la Cornisa Cantábrica la influencia es restringida, en el centro y sur aumenta más y las temperaturas ascienden de norte a sur.
  3. La costa mediterránea es más cálida que la atlántica, la submeseta norte queda por debajo de los 22 °C de media y en el sur se superan los 28 °C.
  4. En el valle del Guadalquivir se dan las temperaturas más altas superando los 28 °C de media. En los valles del Segura y Guadiana se superan los 26 °C.

Precipitaciones

Existen tres tipos de lluvia:

  • Consecutivas: originadas por los movimientos verticales del aire, el aire cálido se eleva y entra en contacto con aire frío y crea nubes de forma algodonosa muy relacionadas con las tormentas de fin de verano. Son tormentosas y suceden en verano porque es cuando las masas de aire frío comienzan a entrar en la Península Hispánica.
  • Orográficas: es el relacionado con el efecto Föhn.
  • Frontales: Son las más comunes producidas a partir del contacto con una masa de aire caliente con otra de aire frío, están asociadas a borrascas. Se dan en otoño e invierno.

La confluencia de estas precipitaciones explica las lluvias dadas en la Península Hispánica. Con los factores geográficos podemos citar unos aspectos que influyen sobre las precipitaciones:

  • Latitud: La Península Hispánica se ubica en el en el extremo sur del desplazamiento del frente polar, las precipitaciones van a tener una gradación que varía de norte a sur y de este a oeste, dependiendo por donde entre el frente polar. En la Península existen dos ámbitos de influencia, el Mediterráneo y el Atlántico que explica la creación del clima.
  • Emplazamiento de la Península Hispánica: está dentro de la circulación atmosférica general del oeste y las borrascas influyen en que lloverá más en el oeste que en el este.
  • Relieve periférico: produce que las masas de aire húmedo se queden en las montañas y en el interior se manifieste un cierto grado de aridez.
  • Relieve: se produce lluvia o nieve a partir de lluvias orográficas.

Dominios pluviométricos:

  1. España húmeda (por encima de los 800 mm/año): no tiene mes seco. Se extiende por el norte y noroeste de la Península Hispánica y en los grandes conjuntos montañosos. Las zonas con más precipitaciones son el País Vasco y Galicia. Esto se debe a la introducción atlántica y la incidencia del efecto Föhn.
  2. España semihúmeda (entre los 600 y 800 mm/año): es una envoltura del dominio de la España húmeda y en montañas de media altura (montes de Toledo, Sierra Morena), está causada por el paso de frentes fríos y borrascas atlánticas asociadas.
  3. España seca (menos de 600 mm/año): se da en el valle del Ebro y Duero y gran parte de la submeseta sur. Aparecen periodos de sequía sobre todo en verano. Las precipitaciones se dan en invierno y otoño y existen diversos comportamientos en cuanto a los días lluviosos, en la submeseta sur llueve menos que en la norte. Dentro de este dominio de precipitaciones destaca cuando hay menos de 300 mm/año que es la España árida, que se sitúa en determinadas área el sur de la Península Hispánica como Almería, Murcia y zonas a sotavento de la Cordillera Bética, zonas del valle del Ebro y espacios puntuales de Alicante y Albacete. El número de días de lluvia oscila en torno a 40 y 70 días al año.

Clasificación de climas

La clasificación climática de Köppen es una combinación de tres letras, en la Península Hispánica se utilizan mayúsculas para la primera letra "C" para climas templados., "D" para fríos (montaña), "E" para hielo permanente en zonas del Pirineo. La segunda letra se escribe en minúscula y puede ser "s" para clima seco, "f" para húmedo todo el año y "w" que es casi inexistente. La tercera depende de la temperatura pudiendo ser "a" (mayor temperatura media) o "b" (menos temperatura media).

En la Península Hispánica domina el clima templado mediterráneo que tiene 2 subtipos y se continentaliza conforme nos adentramos en la Península. También hay otros dominios de menor importancia como la franja del norte de clima oceánico (templado húmedo). En zonas montañosas se da la "D" y también hay zonas áridas como el valle del Ebro y Zamora.

Templado húmedo, oceánico o atlántico

Artículo principal: Clima atlántico en España

Se da en la franja costera del norte con influencia cantábrica y atlántica con precipitaciones todo el año "Cf", el mes más cálido no supera los 22 °C "Cfb". Está muy expuesto a los centros de acción fríos o polares del Atlántico con tiempo muy variable y elevada nubosidad (65 %) y gran humedad relativa (75-80 %) con más de 1000 mm/año de lluvias que son regulares al tener más de 150 días lluviosos al año con máximo en invierno.

Las temperaturas en invierno están suavizadas por el mar (entre 8 y 10 °C) y en verano son frescas en torno a 18 °C de media, hay una amplitud térmica muy reducida. Conforme nos alejamos de la costa el invierno se endurece bajando en enero de a 6 °C en Vitoria y Pamplona. En la montaña, las precipitaciones ascienden (1500-2000) mm/año en áreas de barlovento de la Cornisa Cantábrica, si alcanza gran altitud pasamos al domino "D" y con regularidad en las lluvias "Df". Se da en el Pirineo axial y Picos de Europa. Conforme nos desplazamos al este llueve más. es muy importante desde octubre a enero lo que contrasta con zonas de Galicia con periodo seco en verano. Conforme nos desplazamos al sur nos encontramos con veranos secos "Cs" y temperaturas superiores a 22 °C "Csa" como Orense. En zonas muy reducidas de los Pirineos se encuentra el clima "E" y son circos glaciares de reducida extensión. En las costas catalanas desplazándonos al sur se superan los 22 °C pero sin estación seca "Cfa" com por ejemplo Gerona.

Templado mediterráneo

Día soleado en Benidorm.

Es el más extendido. Según la temperatura media de verano hay dos subtipos: el Mediterráneo de invierno suave o marítimo y el Mediterráneo de invierno frío o continental. La submeseta norte es "Csb" y la sur "Csa".

Mediterráneo suave de invierno suave o marítimo

Se da a lo largo de la costa mediterránea y Baleares, hasta donde empiezan las montañas (sistema Ibérico). Hay una amplitud térmica más amplia que en el oceánico de 11 a 18 °C, con temperaturas superiores todo el año (de 6º a 12 °C, incluso más) y en verano más de 22 °C ("Csa") y humedad relativa superior que invierno. Cielo despejado, lluvia irregular (400-600 mm/año) con mínimos en verano y máximo en otoño.

En las montañas las precipitaciones son más abundantes; así mismo llueve más en el norte que en el sur. La estación seca tiene más duración en el norte que en el sur, donde además las temperaturas son mucho mayores. En la zona interior los invierno son fríos. Las lluvias vienen por borrascas de las Baleares, habrá lluvias torrenciales a fines de verano y se dará el fenómeno conocido como "Gota Fría". En la costa andaluza las lluvias aumentan de este a oeste por las borrascas del Golfo de Cádiz.

Mediterráneo de invierno frío o continental

Edificio del Ejército del Aire en Madrid en un día nevado.

Predomina en el interior de la Península Ibérica producido por la continentalidad del marítimo con agravamiento de las condiciones de invierno suave. hay una gran amplitud térmica (20 °C). Las temperaturas de invierno son acusadas sobre todo en Castilla y León con menos de 6 °C y durante 4 ó 5 meses menos de 10 °C, con mínimos de - 8º C en enero. En la sumbeseta sur en verano hay temperaturas mayores de 22 °C ("Csa"), pero en el norte es "Csb". Las precipitaciones son entre 300 y 650 mm/año por borrascas atlánticas con mínimos en verano. Varía por el relieve, latitud y cercanía al mar. El elemento de división es el Sistema Central, con Castilla y León al norte con 11,5 °C y la Mancha al sur con 15 °C. La nieve en la Mancha es más escasa que en Castilla y León. El mes más caluroso de la Mancha supera los 25 °C y los de Castilla y León son inferiores a 22 °C y con veranos más cortos. En la submeseta norte algunas montañas alcanzan el dominio "D". Dentro del Mediterráneo continental hay climas áridos como en la depresión del Ebro y zonas de la del Duero con rasgos de continentalidad más agravados y mayor amplitud térmica.

Clima seco

Cabo de Gata (Almería), debido a su clima, la vegetación es muy pobre.

Es una degradación por sequía del Mediterráneo, es de tipo "B". Es mucho más reducido que el Mediterráneo húmedo. Tiene dos variantes: continental y costera.

  • Clima seco continental: se da en el interior de la Península Hispánica, en tres zonas: un pequeño territorio del área oriental de Zamora, sector oriental manchego (Albacete) y el Valle del Ebro. Hay mucha escasez de precipitaciones que van a oscilar entre 230 y 320 mm/año. La principal diferencia es que las temperaturas medias anuales serán menores a loas 18 °C. Puede ser de tipo "K" que significa estepario frío.
  • Clima seco costero: se localiza en la costa de Alicante hasta ocupar las latitudes más meridionales de Almería, existe una degradación de las precipitaciones, al Norte será mayor pasando de 330 mm/año en Alicante, 230 mm/año en Almería y 120 mm/año en Cabo de Gata, cuando es inferior a 150 mm/año se considera clima desértico. Tiene estación seca en verano, es del tipo "Bs", algunos serán "Bsh" y "Bwh" si es desértico. La "h" es que la temperatura media anual es mayor a 18º C, ene el norte será "Bsh", son esteparios ya que no llegan a ser tan secos, en el sur mientras tanto será desértico, con más de 9 meses secos. Las lluvias están asociadas a la gota fría y también a alguna borrasca debilitada que se introduce por el Atlántico. En invierno las temperaturas son templadas (10 °C) y los veranos muy calurosos con más de 26º C.
Vegetación muy escasa en el pico Yordas, en León.

Clima de montaña

Artículo principal: Climas de montaña en España

El relieve entraña discontinuidad y contraste. La simplicidad de este aserto es engañosa porque al desentrañarlo aparecen tal cantidad de matices que con razón hablamos de climas de montaña, en plural, sin pretender abarcarlos a todos. Los factores más importantes que intervienen o pueden intervenir en la definición de un clima de montaña: altitud, latitud, orientación, macicez y continentalidad.

Es cierto, que unos pocos cientos de metros llegan a desencadenar una serie de contrastes, pero se pueden establecer los climas de montaña sólo a partir de los 1.000 m y en ellos distinguir tres pisos o niveles: subalpino (1000-1500 m), alpino (1.500-2.500 m) y nival (>2.500 m).

Islas Canarias

Isla de La Palma en las Islas Canarias debido a su clima templado y a su altitud crea un tipo de microclima subtropical.

Caracterizado por la influencia de las Azores que emite vientos alisios y también existe una corriente marina fría del Noreste. El viento alisio es estable debido a las influencias del anticiclón, va a estar determinado por una masa de aire muy estable en la que predomina el calor y humedad a pesar de la pobreza de lluvias. Se recogen precipitaciones sobre todo en las zonas montañosas y forestales. A los 1300 msnm ya no hay nubes. Predomina el tiempo seco, este piso más alto está despejado y se da la sequía. Las temperaturas en invierno son suaves llegando a ser tropicales (17º C), los veranos están muy suavizados de clima "B", pero por altitud y relieve existen microclimas que nos permiten hablar de una fuerte heterogeneización: en las montañas habrá de 500 a 1000 mm/año, también influye la latitud con la invasión del aire subsahariano bastante frecuente entre julio y octubre y son secos y calurosos. Otro elemento importante son las tormentas tropicales que provienen de África y cuando afecta a las Canarias producen lluvias abundantes. Dentro del clima canario destacan:

  • Clima desértico: "Bw" en Lanzarote y Fuerteventura con déficit hídrico, las causas son su situación y la ausencia de relieve que incide mucho más sobre su sequía por estar cerca de África.
  • Clima estepario: "Bsh" se da sobre las islas occidentales, sobre todo en las sierras bajas de Tenerife y Gran Canaria.
  • Clima templado: "Csb" el verano es seco con menos de 22 °C, se da en zonas de montaña del norte.
  • Clima templado mediterráneo: "Csa" tiene estación seca y verano con más de 22º C y entre 400 y 600 mm/año de precipitaciones.

El clima urbano

Al contrario que otros climas, el clima urbano,[4] es un clima creado: "la isla de calor", a partir de la intervención humana a consecuencia a su actividad en las grandes ciudades: contaminación atmosférica, grandes rascacielos, etc. Este clima está considerado como un microclima por el tamaño de la superficie afectada, no así por sus repercusiones, que en muchos casos atañen a la mayoría de los habitantes de una región concentrados en uno o varios municipios. Nadie puede negar el interés que tiene el conocimiento de las condiciones climáticas de la alta montaña, del somontano ibérico o de las estepas cerealistas meseteñas, pero el cada día climático lo disfrutamos o lo padecemos la mayoría de nosotros en un entorno urbano.

Que el ambiente de las grandes ciudades se está deteriorando y es motivo de inquietud general es tan obvio que hasta ha entrado a formar parte del discurso político. Pero, haciendo justicia con el pasado, la luz roja encendida ha de ser más una advertencia sobre el descenso del nivel de vida que una intimidación por la supervivencia. Los malos olores, el ruido, las enfermedades de todo tipo y la peste han sido los desechos inevitables del desarrollo urbano desde sus orígenes. Porquería, crímenes, hacinamiento y catástrofes son el envés de la higiene, el respeto por la convivencia y la calidad de vida alcanzados desde una cultura urbana.

Las referencias a la insalubridad de las ciudades aparece ya en los textos clásicos, pero sólo a partir del siglo XIX se establecen criterios científicos para evaluar los efectos de la contaminación sobre el clima urbano. Howard, en su libro sobre el clima de Londres deducido de observaciones meteorológicas (1818) vincula la niebla (fog city) con la emisión de contaminantes por la combustión y destaca, por primera vez, los contrastes térmicos entre la ciudad y el campo. Pero es Chandler (1967) quien escribe, también sobre Londres, el primer estudio riguroso sobre la climatología urbana.

Decíamos que desde sus orígenes la ciudad siempre ha tenido unas condiciones físicas de vida distintas, un clima diferenciado del entorno rural. Pero es a partir de la industrialización cuando los contrastes se han agudizado hasta el punto de ser perfectamente mensurables en los siguientes aspectos: niebla, humedad, vientos, precipitaciones y temperaturas.

  • La niebla urbana no es sólo un horizonte de gotitas de agua en suspensión que reduce la visibilidad sino que en ella son parte decisiva otros contaminantes como el humo, ollines, aerosoles nocivos, gases varios, etc. Incluso puede haber niebla sin humedad y entonces recibe el nombre de smog (humo y niebla), palabra admitida ya internacionalmente como sinónimo de atmósfera espesa y muy contaminada. Ésta es frecuente en las grandes ciudades durante el invierno, con el viento en calma y bajo el dominio del anticiclón. Los efectos sobre quienes padecen dolencias respiratorias pueden ser letales, como ocurrió en el emblemático caso de Londres (5-9 de diciembre de 1952), periodo en el que murieron casi 5.000 personas por causa del smog. Desde entonces se han tomado medidas rigurosas en la emisión de contaminantes a la atmósfera: alejando del casco urbano numerosas industrias, reduciendo por decreto el horario de las calefacciones o regulando la circulación de los automóviles por matrículas pares e impares según los días. La expansión de las áreas peatonales en los casos históricos es una muestra más de esta preocupación ambiental.

Madrid y Barajas son un buen ejemplo de la influencia del casco urbano en la formación de nieblas: la ciudad registra 38 días por año y el aeropuerto 17. Los cinco días de niebla en Valencia, a principios de siglo, han pasado a 16 en las últimas décadas debido, sin duda, a su fuerte industrialización.

En resumen, y con respecto al medio rural, el urbano sufre un 100% más de niebla en invierno y un 30% en verano.

  • La humedad. Parece ser que no hay todavía estudios concluyentes sobre los valores de la humedad relativa en la ciudad y su entorno. Según Sukopp (1989) éste es un 2% más húmedo en invierno y un 8-10% en verano. Las causas hay que buscarlas en la ausencia dentro del perímetro urbano de extensas masas de agua y de vegetación, a pesar de los grandes volúmenes de vapor aportados por las calefacciones y la combustión por tráfico, pues el agua es un subproducto de los hidrocarburos.
  • La velocidad del viento en la ciudad es entre un 10-20% más débil que en el campo debido a la fricción constante con los edificios y a la interposición en su recorrido de calles perpendiculares. También es cierto que, en algunas ocasiones, el viento puede adquirir mayor velocidad si se enfila por una vía larga y estrecha. Como norma general, los vientos fuertes son más rápidos en la campiña y los débiles (3-5 m/s) ganan velocidad dentro del casco urbano. En éste se da un fenómeno que, a pequeña escala, nos recuerda a la famosa chimenea ecuatorial: desde el centro asciende una corriente convectiva que al enfriarse desciende por ambos extrarradios .

También se establece con el campo un intercambio eólico semejante al que existe entre el mar y la costa: durante el día fluye la brisa desde la ciudad hacia el exterior, más caldeado por la mayor cantidad de radiación recibida, y durante la noche el fenómeno se invierte al enfriarse el campo más rápidamente que la ciudad.

  • Las precipitaciones urbanas son más cuantiosas que las rurales en un 5-10%, llegando hasta el 30%. Según López Gómez es posible que la mayor turbulencia térmica y mecánica sea más efectiva que la contaminación (1993:27) a la hora de atraer las precipitaciones sobre el centro urbano. Entre las causas que explican este fenómeno están las siguientes:
  • Las corrientes convectivas ascendentes originadas en la isla de calor.
  • La presencia de numerosos núcleos de condensación que alimentan la formación de nieblas y nubes.
  • La aportación de abundante vapor de agua por las calefacciones y usos industriales.

Como resumen, se ha comprobado aquí y en otros países que las grandes ciudades reciben más precipitaciones que su entorno, que disfrutan de más días de lluvia, que las tormentas veraniegas (algunas acompañadas de granizo) son algo más frecuentes y que, por el contrario, la nieve hace menos acto de presencia debido al calor que envuelve a la ciudad como un hongo nocivamente protector.

  • La temperatura anual de la ciudad es algo más elevada (1-3°) que a extramuros, pero este valor no es relevante. Las diferencias verdaderas se establecen durante la noche: 4-6° son habituales y se han registrado hasta 11°. El centro ha recibido el nombre de isla de calor (u oasis artificial) porque como tal se comporta. Numerosos factores colaboran en el desarrollo de este fenómeno:
  • La ciudad, por el enrarecimiento de su atmósfera, recibe una menor radiación que el campo, pero esta misma capa contaminada se comporta como una boina protectora e impide durante la noche que el calor escape.
  • A lo largo del día los edificios y calles van atesorando calor que irradian durante la noche, fenómeno inexistente en el campo.
El interior de las ciudades como Madrid (en la imagen) tiene un microclima debido principalmente a la barrera que forman sus edificios frente a los agentes atmosféricos.
  • Cuando llueve el agua permanece mucho tiempo sobre las superficies urbanas por ser impermeables en su mayoría. Al desaparecer rápidamente por los sumideros, una parte muy pequeña del líquido es susceptible de evaporación, proceso en el que la atmósfera consume 600 calorías por gramo, lo que conllevaría un importante enfriamiento del ambiente.

La isla de calor adquiere su máximo desarrollo con tiempo anticiclónico y viento en calma. Si éste sopla o llega el ciclón cargado de lluvia, ambos borran los contornos de aquélla.

Finalmente, la presencia de un relieve destacado o de un ancho río rompen la continuidad de la isla de calor a la baja, del mismo modo que los grandes edificios aumentan positivamente su curvatura, de ahí que el cenit térmico se identifique con el núcleo más denso y se adelgace hacia la periferia.

Además de todas las repercusiones concretas sobre la calidad de vida de los ciudadanos, la intensificación de la "isla de calor" está afectando cada vez más a las Estaciones Meteorológicas, que están quedando "encerradas" en esta isla de calor, no reflejando el clima regional, sino solo el urbano. Existen procedimientos de la matemática que podrían ayudar a quitar de los valores de tempoeratura, la deriva por el "calor urbano".

Véase también

Referencias

Bibliografía

  • Javier Martín Vide y Jorge Olcina (2001): Climas y tiempos de España, Madrid, Alianza Editorial, 258 pp.

Notas

  1. «Atlas Climático Ibérico.» (PDF) (2011). Agencia Estatal de Meteorología © (España). Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino © (España). Instituto de Meteorología de Portugal ©.
  2. No respetan la clasificación de Köppen
  3. www.aemet.es Agencia Estatal de Meteorología
  4. Geografía física de España. Tomás Franco Aliaga. UNED pág. 194 - 198; ISBN 84-362-3362-X

Enlaces externos


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