Cultura Chimú

Cultura Chimú
Chimor
Señorío chimú

Cultura precolombina peruana

Bandera
Bandera

1100–1470

Bandera

Ubicación de
Capital Chan Chan
Idioma principal quingnam, mochica
Religión Politeísta
Gobierno Señorío
reyes chimú
 • ~900 - ~960 Tacaynamo
 • ~960 - ~1020 Guacricur
 • ~1020 - ~1080 Ñancempinco
 • ~1440 - 1470 Minchansaman
Período histórico América precolombina
 • Tacaynamo funda el reino Chimor 1100
 • Túpac Yupanqui conquista el reino Chimor y lo anexa al creciente Imperio inca. 1470
Gentilicio: chimú
Atuendo ceremonial de oro de la cultura chimú; Museo Larco (Lima).
Botella chimú; Museo Larco (Lima).

Chimú o Chimor es una cultura del Antiguo Perú surgida en la costa norte tras el decaimiento del Imperio wari entre los años 1000 y 1200 dC. Ocuparon los territorios que antes habitaron los mochicas, llegando a expandir sus dominios, en su etapa de mayor desarrollo, por toda una extensa franja del norte del Perú, desde Tumbes hasta el valle de Huarmey.

En su desarrollo se distinguen dos etapas; en la primera se trataba de un reducido grupo localizado en el antiguo valle Moche y zonas aledañas (900-1300); y en la segunda ya habían conquistado un vasto territorio y eran un reino en constante expansión (1100-1270). Diversos historiadores sostienen que, hacia mediados del siglo XI, los chimúes habrían sido derrotados por el Imperio incaico.

Los chimúes se destacaron en el plano urbanístico gracias a sus formidables construcciones. Muestra de ello son edificaciones como la ciudadela de Chan Chan, la muralla chimú, la fortaleza de Paramonga, entre otras. Así también se destacaron por sus adornos y objetos fabricados, en los que utilizaron una diversidad de técnicas y metales para su elaboración.

Contenido

Historia

Ubicación

La cultura chimú se desarrolló en el mismo territorio donde siglos antes existió la cultura mochica. Al igual que los mochicas, la cultura chimú fue una cultura costeña, se desarrolló en el valle de Moche (al norte de Lima), al noreste de Huarmey acabando en Trujillo central.En el departamento de La Libertad.Limitaba por el sur con: Pativilca o Carabayllo(lima)y por el norte con: Olmos(Piura) y Tumbes.

Orígenes de los chimúes

Los chimúes aparecen en el año 900. Se cree que el llamado “reino del Chimor” tuvo diez gobernantes, pero sólo se conocen los nombres de cuatro de ellos: Tacaynamo, Guacricur, Naucempinco y Minchancaman.

Los gobernantes eran tratados como dioses y vivían en un elegante palacio de Chan Chan. Había clases sociales regidas por un estado imperial que había conquistado al reino Sicán de Lambayeque.

Justamente las leyendas de Naylamp en Sicán y Tacayanamo en chimú transmitían fantásticamente las guerras iniciales por esas tierras. El pueblo pagaba tributo a los gobernantes (en productos o en trabajo). Se afirma que hacia 1470, los chimúes fueron derrotados por los incas del Cusco. Además de trasladar al Cusco a Minchansaman, los incas trasladaron oro y plata para adornar el Templo del Sol.

Conquista del imperio Chimu por los incas

En el libro Comentarios Reales de los Incas, "Inca" Garcilaso de la Vega, Capítulo XXXII Van a conquistar al rey Chimú, y la guerra cruel que se hacen" y Capítulo XXXIII Penitencia y aflicciones del Gran Chimú, y comos se rinde este se narra la conquista incaica del reino chimú:

En los ejercicios que hemos dicho gastó el Inca pachacutec seis años, los cuales pasados, viendo sus reinos prósperos y descansados, mandó apercibir un ejército de treinta mil hombres de guerra para conquistar los valles que hubiese en la costa, hasta el paraje de Cassamarca, donde quedaban los términos de su imperio por el camino de la sierra. Aprestada su gente, nombró seis incas de los más esperimentados, que fuesen coroneles o maeses de campo del ejército y consejeros del príncipe Inca Yupanqui, su hijo. Al cual mandó que fuese general de aquella conquista , porque como discípulo de tan buen maestro y soldado de tan gran capitán como su tío Cápac Yupanqui, había salido tan práctico en la milicia que se le podía fiar cualquiera empresa, por grande que fuese; y a su hermano, a quien por sus hazañas llamaba mi brazo derecho, mandó que se quedase con él a descansar de los trabajos pasados. En remuneración de los cuales, y en testimonio de sus reales virtude, le nombró por su lugarteniente, segunda, personasuya en la paz y en la guerra, y le dio absoluto poder y mando en todo su imperio. Apercibido el ejército, caminó con el primer tercio el príncipe Inca Yupanqui por el camino de la sierra, hasta ponerse en la provincia Yauyu, que está en el paraje de la Ciudad de los Reyes, y allí esperó a que se juntasetodo su ejército, y habiéndolo juntadocaminó hasta Rímac, donde estaba el oráculo hablador. a este príncipe heredero Inca Yupanqui dan los indios la honra y fama de haber sido el primero de los Reyes Incas que vio la Mar delSur y que fue el que más provincias ganó en aquella costa, como se verá en el discursdo de su vida. El curaca de Pachacamac, llamado Cuismancu, y el de Runahuánac, que había por nombre Chuquimancu, salieron a recibir al príncipe con gente de guerra, para le servir en aquella conquista. El príncipe les agradeció su buen ánimo, y les hizo mercedes y grandes favores. Del valle del Rímac fue a visitar el templo de Pachacámac; entró en el, sin murmullo de oraciones ni sacrificios más de con las ostentaciones que hemos dicho hacían los incas al Pachacámac en su adoración mental. luego visitó el templo del Sol, donde hubo muchos sacrificios y grandes ofrendas de oro y plata, visitó el ídolo Rímac, por favorecer a los yuncas, y por cumplir con las capitulaciones pasadas, mandó ofrecerle sacrificios y que los sacerdotes le consultasen el suceso de aquella jornada, y habiendo tenido respuestaque sería próspera, caminó hasta el valle que llaman los indios Huamán y los españoles la Barranca, y de allí envió los recaudos acostumbrados , de paz o guerra, a un gran señor llamado Chimu, que era señor de los valles que hay pasada la Barranca hasta la ciudad que llaman trujillo, que los más principales son cinco y han por nombre parmunca, Huallmi, Santa, Huanapu y Chimu, que es donde está agora Trujillo, todos cinco hermosísimos valles, muy fértiles y poblados de mucha gente, y el curaca principal se llamaba el poderoso Chimu, del nombre de la provincia donde tenía su corte. Este se trataba como Rey, y era temido de todos los que por las tres partes confinaban con sus tierras, es a saber, al levante, al norte y al sur, porque el poniente dellas está en la mar. El grande y poderoso Chimu, habiendo oído el requerimiento del Inca, respondió diciendo que estaba aprestado, con las armas en las manos, para morir en defensa de su patria, leyes y costumbres, y que no quería nuevos dioses, que el Inca se enterase desta respuesta, que no daría otra jamás. Oída la determinación del Chimu, caminó el príncipe Inca Yupanqui hasta el valle de parmunca, donde el enemigo le esperaba. El cual salió con un buen escuadrón de gente a escaramuzar y tentar las fuerzas de los incas; peleó con ellos mucho espacio de tiempo, por les defender la entrada del valle, más no pudo hacer tanto que los enemigos no le ganasen la entrada y el sitio donde se alojaron, aunque con muchas muertes y heridas de ambas partes. el príncipe, viendo la resistencia de los yuncas, por quer no tomasen ánimo por ver poca gente de su ejército, envió mensajeros al inca, su padre, dándole cuenta de lo hasta allí sucedido y suplicándole mandase enviarle veinte mil hombres de guerra, no para los trocar con los del ejército, como se había hecho con las conquistas pasadas, sino para abreviar la guerra con todos ellos, porque no pensaba dar tanto espacio a los enemigos como se había hecho con los pasados, y menos con aquellos, porque se mostraban más soberbios. Despachados los mensajeros, aprietó la guerra por todas partes el inca, en la cual se mostraban muy enemigos del poderoso Chimu los dos curacas, el de Pachacámac y el de Runahuánac, porque en tiempos atrás, antes de los incas, tuvo guerra cruel con ellos sobre los términos y los pastos y sobre hacerse esclavos unos a otros, y los traía avasallados. Y al presente, con el poder del inca, querían vengarse de los agravios y ventajas recibidas, lo cual sentía el gran Chimú más que otra cosa alguna, y hacía por defenderse todo lo que podía. La guerra anduvo muy sangrienta entre los yuncas, que por la enemistad antigua hacían en serviciode los Incas más que otra nación de las otras; de manera que en pocos días ganaron todo el valle de parmunca y echaron los naturales dél al de Huallmi, donde también hubo reencuentros y peleas, más también poco pudieron defenderloy se retiraron al valle que llaman Santa, hermosísimo en aquel tiempo entre todos los de la costa, aunque en éste casi desierto, por haberse consumido sus naturales como en todos los demás valles. los de Santa se mostraron más belicosos que los de Huallmi y Parmunca: salieron a defender su tierra; pelearon con mucho ánimo y esfuerzo todas las veces que se ofreció pelear; resistieron muchos días la pujanza de los contrarios, sin reconocerles ventaja, hicieron tan buenos hechos que ganaron honra y fama con sus propios enemigos; esforzaron y aumentaron las esperanzas de su curaca, el gran Chimu. El cual, confiado en la valentía que los suyos mostraban y en ciertas imaginaciones que publicaba, diciendo que el príncipe, como hombre regalado y delicado se cansaría presto de los trabajos de la guerra y que los deseos de amores de su corte le volvieran aína de regalos della, y que lo mismo haría de la gente de guerra el deseo de ver sus casas, mujeres, y hijos; cuando ellos no quisiesen irse, el calor de su tierra los echaría della, o los consumiría, si porfiasen a estarse quedos. Con estas vanas imaginaciones porfiaba obstinadamente el soberbio Chimu en seguir la guerra, sin aceptar ni oír los partidos que el Inca le enviaba a sus tiempos. Antes, para descubrir por entero su pertinecia, hizo llamamiento de la gente que tenía en los otros valles de su estado, y como iban llegando los suyos, así iba esforzando la guerra, más y más cruel de día en día. Hubo muchos muertos y heridos en ambas partes, cada cual dellos hacía por salir con la victoria; fue la guerra más reñida que los incas tuvieron hasta entonces. Más con todo eso, los capitanes y la gente principal de ´Chimu, mirándolo desapasionadamente, holgaron que su curaca abrazara los ofrecimientos de paz y amistad que hacía el Inca , cuya pujanza entendían que a la corta o a la larga no se podían resistir. Empero, por acudir a la voluntad de su señor, sufrían con esfuerzo y paciencia los trabajos de la guerra, hasta ver llevar por esclavos sus parientes, hijos, mujeres y no osaban decirle lo que sentían della.
Cap. XXXII
Entre tanto que la guerra se hacía tan cruel y porfiada, llegaron los veinte mil soldados que el príncipe pidió de socorro; con los cuales reforzó su ejército y reprimió la soberbia y altivez de Chimu, trocada ya en tristeza y melancolía por ver trocadas en contra sus imaginadas esperanzas, porque vio, por una parte, doblado el poder de los incvas, cuando pensaba que iba faltando, por otra, sintió la flaqueza de ánimo que lossuyos mostraron de ver el nuevo ejército del enemigo, que como mantenían la guerra días había, más por condescender con la pertinencia de su señor que por esperanza que hubiesen tenido de resistir al inca, viendo ahora sus fuerzas tan aumentadas desmayaron de golpe, y los más principales de sus parientes se fueron a Chimú (Chanchán) y le dijeron que no durase la obstinación hasta la total destruición delos suyos, sino que mirase que era ya razón aceptar los ofrecimientosdel Inca, siquiera porque sus émulos y enemigos antiguos no enriqueciesen tanto con los despojos que cada día les ganaban, llevándose sus mujeres y hijos para hacellos esclavos; lo cual se debía remediar con toda brevedad, antes que el daño que fuese mayor y antes que el príncipe, por su dureza y rebeldía, cerrase las puertas de su clemencia y mansedumbre y los llevase a fuego y a sangre. Con esta plática de los suyos (que más le apareció amenaza y reprehensión que buen consejo ni aviso), quedó del todo perdido el bravo Chimu, sin saber dónde acudir a buscar remedio ni a quien pedir socorro; porque sus vecinos antes estaban ofendidos con su altivez y soberbia que no obligados a ayudarle, su gente acobardada y el enemigo pujante. Viéndose pues, tan alcanzado de todas partes, propuso en sí de admitir los primeros partidos que el príncipe le enviase a ofrecer, más mo pedirlos él, por no mostrar tanta flaqueza de ánimo y falta de fuerzas. Así, encubriendo a los suyos esta intención, les dijo que no faltaban esperanzas y poder para resistir al Incay salir con honra y fama de aquella guerra mediante el valor de los suyos. Que se animasen para defender su patria, por cuya salud y libertad estaban obligados a morir peleando, y no mostrasen pusilanimidad , que las guerras tenían de suyo ganar unos días y perder otros, que si al presente les llevaban algunas de sus mujeres por esclavas, se acordasen cuántas más habían traído ellos de las de sus enemigos, y que él esperaba ponerlas presto en libertad; que tuviesen ánimo y no mostrasen flaqueza pues nunca sus enemigos en lo pasado se la habían sentido, ni era razón que al presente la sintiesen; que se fuesen en paz y estuviesen satisfechos, que cuidaba más de la salud de los suyos que de la suya propia. Con estos flacos consuelos y esperanzas tristes, que consistían más en las palabras que en el hecho, despidió el gran Chimú a los suyos, quedando harto afligido por verles caídos de ánimo; más, con todo el mejor semblante que pudo mostrar, entretuvo la guerra hasta que llevaron los recaudos acostumbrados del Inca, ofreciéndole perdón, paz y amistad, según que otras muchas veces se había hecho con él. Oído el recaudo, po mostrarse todavía entero en su dureza, aunque ya la tenía trocada en blandura, respondió que él no tenía propósito de aceptar partido alguno.; más que por mirar por la salud de los suyos, se aconsejaría con ellos y haría lo que bien las estuviese. Luego mandó llamar sus capitanes y parientes y les refirió el ofrecimiento del Inca y les dijo mirasen en aquel caso lo que a todos ellos conviniese, que, aunque fuese contra su voluntad, obedecería al Inca por la salud dellos. Los capitanes holgaron mucho de sentir a su curaca en alguna manera apartado de la dureza y pertinencia pasada, por lo cual, con más ánimo y libertad, le osaron decir resolutamente que era muy justoobedecer y tener por señor a un príncipetan piadoso y clemente como el Inca, que, aún teniéndolos casi rendidos, los convidaba con su amistad. Con este resoluto parecer, dado más con atrevimiento y osadía de hombres libres que con humildad de vasallos, se dio el ppoderoso Chimúpor convencido en su rebeldía, y mostrandoestar ya fuera della , envió sus embajadores al Príncipe Inca Yupanqui, diciendo suplicaba a su alteza no faltase para los suyos y para él la misericordia y clemencia que los Incas, hijos del Sol, habían usado en todas las cuatro partes del mundo que habían sujetado, pues a todos los culpados y pertinaces como él los había perdonado; que se conocía en su delicto y pedía perdón, confiado en la esperiencia larga que da la clemencia de todos los incas, sus antepasados, se tenía; que Su Alteza no se lo negaría, pues se preciaba tanto del renombre amador y bienhechor de pobres, y que suplicaba por el mismo perdón para todos los suyos, que tenían menos culpa que no él, porque habían resistido a su alteza más por obstinación de su curaca que por voluntad propia. Con la embajada holgó mucho el Príncipe, por haber acabado aquella conquista sin derramar la sangre que se temía; recibió con mucha afabilidad los embajadores; mandólos regalar y decir que volviesen por su curaca y lo llevasen consigo para que oyese el perdón del Inca de su misma boca y recibiese las mercedes de su propia mano , para mayor satisfacción suya. El bravo Chimu, domado ya de su altivez y soberbia, pareció ante el Príncipe con otra tanta humildad y sumisión, y, derribándose por tierra, le adoró y repitió la misma súplica quecon su embajadorhabía enviado. El príncipe, por sacarle de su aflicción que mostraba, lo recibió amorosamente; mandó a dos capitanesque lo levantasen del suelo, y, habiéndole oído, le dijo que le perdonaba todo lo pasado y mucho más que hubiera hecho, que no había ido a su tierra a quitarle su estado y señorío, sino a mejorarle en su idolatría, leyes y costumbres, y que en confirmación de lo que decía, si Chimu temía haber perdido su estado, le hacía merced y gracia del, para que lo poseyese con toda seguridad, con que echados por tierra sus ídolos, figuras de peces y animales, adorasen al Sol y sirviesen al inca, su padre. Chimú, alentado y esforzado con la afabilidad y buen semblante que el Príncipe le mostró y con las palabras tan favorables que le dijo, le adoró de nuevo y respondió diciendo que el mayor dolor que tenía era no haber obedecido la palabra de tal señor luego que la oyó. Que esta maldad, aunque ya Su Alteza se la tenía perdonada, la lloraría en su corazón toda su vida, y en lo demás cumpliría con mucho amor y voluntad lo que el Inca le mandase, así en la religión como en las costumbres. Con esto se asentaron las paces y el vasallaje de Chimú, a quien el Inca hizo mercedes de ropa de vestir para él y para sus nobles; visitó los valles de su estado, mandólos ampliar e ilustrar con edificios reales y grandes acequias que de nuevo se sacaron, para regar y ensanchar las tierras de labor, en mucha más cantidad que las que tenía antes, y se hicieron pósitos, así para las rentas del Sol y del Inca como para socorrer los naturales en años de esterilidad, todo lo cual era de costumbre antigua mandarlo hacer los Incas. Particularmente en el valle de Parmunca, mandó el Príncipe se hiciese una fortaleza en memoria y trofeo de la victoria que tuvo contra el Rey Chimú, que la estimó en mucho, por haber sido la guerra muy reñida de ambas partes y porque la guerra se empezó en aquel valle, mandó se hiciese la fortaleza en él. Hiciéronla fuerte y admirable en el edificio y muy galana en pinturas y otras curiosidades reales. Más los estranjeros no respectaron lo uno ni lo otro, para no derribarla por el suelo; todavía quedaron algunos pedazos que sobrepujaron a la iñorancia de los que la derribaron, para muestra de cuán grande fue. Dada la orden y traza de lo que se ha dicho, y dejado los ministros necesarios para el gobierno de la justicia y de la hacienda y la gente de guarnición ordinaria , dejó el Príncipe a Chimú muy favorecido y contento en su estado , y el se volvió al Cozco, donde fue recibido con la solenidad de triunfo y fiestas que de otras jornadas hemos dicho, las cuales duraron un mes.
Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales de los incas, Cap. XXXIII

El idioma quingnam

Artículo principal: idioma quingnam

El idioma que predominó entre los chimúes fue el idioma quingnam (emparentado con el idioma mochica) como lo denominara el sacerdote Calancha. Como lengua franca hablaban el idioma mochica y un dialecto propio de los pescadores llamado "lengua pescadora" por los misioneros españoles.

El idioma quingnam es un idioma peruano prehispánico desaparecido que en su inicio (antes de la creación del Imperio chimú) fue hablado por la etnia chimú, correspondiente a los antiguos territorios de los mochicas del sur: desde el valle del río Chicama por el norte hasta el valle del río Chao por el sur. En su momento de mayor auge (gracias a las conquistas chimúes) se habló masivamente desde el río Jequetepeque (por el Norte), hasta Carabayllo, cerca a Lima (por el Sur).

El idioma quingnam se extinguió al poco tiempo de la llegada de los conquistadores básicamente debido a:

  • Que el núcleo chimú, Chanchán, estuvo en las cercanías de la nueva ciudad española de Trujillo;
  • Debido también a que su zona de difusión era mucho menor al área de influencia del idioma mochica: el quignam sólo era hablado por las élites chimúes en territorios pertenecientes al Imperio chimú pero en donde no se hablaba quingnam como Tumbes, Piura y la mayor parte de Lambayeque, que era mochicahablante.

El quingnam se hablaba masivamente en la faja costera desde río Jequetepeque hasta Huaral o Ancón y, según los más optimistas, hasta el río Chillón (Carabayllo);

  • La mayor parte de sus hablantes murieron por las epidemias traídas por los españoles;
  • Muchos lo dejaron de hablar por complejos sembrados por los españoles, ya que si la lengua mochica era gutural, el quingnam era muchísimo más gutural y escabrosa;
  • Los hablantes de quingnam que sobrevivieron fueron desarraigados de sus lugares nativos llevados a reducciones indígenas (pueblos) creados por los españoles para cobrarles de una manera más fácil el tributo y explotarlos en las haciendas y obrajes de una forma "más eficiente", y;
  • El "corazón" del idioma quingnam (donde era más hablado) estaba en la capital del que fue el Imperio chimú: Chanchán (literalmente: ‘sol sol’, gran sol). Según los estudiosos tenía una población de 80.000 a 100.000 habitantes (según algunos cálculos, la población del reino entero habría sido de unos 500.000 habitantes). Al hecho de ser despoblado por las autoridades españolas, la castellanización de los pocos sobrevivientes quingnam-hablantes fue inmisericorde.

Organización social y economía

El fundador del reino chimor fue Tacaynamo. Los chimúes fueron un estado expansionista centralizado con claras divisiones de clases, herencia de cargos y una burocracia compleja; el poder lo tenía el gran señor llamado cie quich y los alaec, continuaba un grupo con cierto prestigio y poder económico llamado fixlla y al final se encontraban los campesinos, los artesanos y los sirvientes.

Organización

El sistema económico y social funcionaba por medio de una red de centros urbanos rurales que se encargaban de recibir y enviar a la capital los tributos obtenidos. El estado se administró en la ciudad capital Chan-Chan, desde allí se manejó, organizó y monopolizó la producción, el almacenamiento, la redistribución y el consumo de bienes y productos.

La gran mayoría, es decir el pueblo, se dedicaba a la pesca, a la agricultura, a tareas artesanales y al comercio. Además practicaron la pesca en canoas (caballitos de totora), la caza, el comercio usando monedas (hachitas de bronce). Los chimús igualmente destacaron por su metalurgia (trabajos en oro y plata) y sus tejidos (de algodón, lana de llama, alpaca y vicuña).

Industria textil

El hilado consiste en la práctica manual y elemental de unir un conjunto de hilos pequeños para poder lograr un hilo largo y continuo, en esta labor inicial de la textilería se utilizaron diversos instrumentos como el huso. El huso, es un instrumento manual confeccionado de una varita pequeña y delgada que generalmente se va adelgazando a ambos extremos; se lo emplea junto a un tortero o piruro que se inserta en la parte inferior para que haga contrapeso. Se empieza a hilar tomando de la rueca (donde se ha fijado la fibra que se va a hilar) algunas fibras que son fijadas en el huso que se lo hará girar rápidamente entre el pulgar, el cordial y el índice para lograr enrollar y torcer las fibras ininterrumpidas. Cuando ya se había obtenido los hilos necesarios se empezaba el tejido o sea el entrecruzamiento o combinación de los hilos para hacer las telas. Los chimúes confeccionaron telas, gasas, brocados, bordados, telas dobles, telas pintadas, etc.

Algunas veces los textiles fueron adornados con plumas y placas de oro y plata; los colorantes se obtuvieron de ciertas plantas que contenían tanino, del molle y del nogal; de minerales como la arcilla ferruginosa y el mordiente de aluminio y de animales como la cochinilla. Las prendas se confeccionaron de la lana de cuatro animales; el guanaco, la llama, la alpaca, y la vicuña y de la planta de algodón nativo que crece en forma natural en siete colores diferentes.

La vestimenta de los chimúes consistió en taparrabos, camisas sin mangas con o sin flecos, pequeños ponchos, túnicas, etc.

Industria ceramista

Vasija erótica. La tradición de la cerámica de motivos eróticos estuvo presente en la cultura Moche y Vicus con anterioridad a Chimú.
Cerámica chimú: Pescador en un caballito de totora (1100–1400 d. C.).

Los cerámicos chimúes cumplieron dos funciones, como recipientes para uso diario o doméstico y los cerámicos de uso ceremonial o para ofrendas de los entierros; los primeros fueron elaborados sin mayor acabado mientras los funerarios muestran bastante dedicación. Las principales características de las vasijas chimúes son una pequeña escultura en la unión del gollete con el arco, su fabricación moldeada para la cerámica ceremonial y modelada para uso diario, su coloración generalmente negro metálico con algunas variantes, su brillo característico se obtenía humeando la vasija que previamente había sido pulida. En pequeñas cantidades también se elaboraron cerámicos de colores claros. En la cerámica se han plasmado muchas representaciones realistas como animales, frutos y personajes, así como, escenas místicas.

Metalurgia

Los artesanos chimúes trabajaron los metales en talleres divididos en secciones para cada caso del tratamiento especializado de los metales; trabajaron el enchapado, el dorado, el estampado, el vaciado a la cera perdida, el perlado, la filigrana, el repujado sobre moldes de madera, etc. Con todas estas técnicas elaboraron gran cantidad de objetos como vasos, cuchillos, recipientes, figuras de animales sólidas o vacías, brazaletes, alfileres, coronas, etc. Para realizar las aleaciones recurrieron a combinaciones de ácidos que se encontraban naturalmente. Los minerales debieron ser obtenidos de minas atajo abierto, de los ríos y de socavones. Los metales más usados fueron el cobre, la plata, el oro y el estaño.

El mineral extraído se molía en batanes para poder separarlos de otros minerales o impurezas en seguida se fundían en un horno que tenía como combustible carbón vegetal y mineral; constantemente debieron avivar las brasas soplándolas con tubos largos para así elevar la temperatura.

Agricultura

Los chimúes desarrollaron principalmente la agricultura intensiva a través del trabajo y técnicas hidráulicas, uniendo valles formando complejos como:

  • Chicama-Moche: dos valles en La Libertad.
  • Lambayeque: unía los valles de La Leche, Lambayeque, Reque, Saña y Jequetepeque.
  • Fortaleza: unía los valles de Pativilca, Paramonga y Supe.

Desarrollaron excelentes técnicas agrícolas para ampliar la fortaleza de áreas cultivadas como:

  • Huachaques: chacras hundidas, terreno al que se le ha retirado la arena para trabajar la tierra húmeda.
  • Puquios: pozos grandes para extraer agua. Ejemplo: Kiriwac, Larrea, Alto y Bajo, Costa Rica.
  • Embalses: contención de agua de los ríos para aprovechar el líquido subterráneo.

Cultivaron frijoles, camote, papaya, algodón.

Aspectos inmateriales

Divinidades y religión

El culto principal estuvo dedicado a la luna porque consideraban que era más poderosa que el sol puesto que alumbraba de noche, por su influencia sobre el crecimiento de las plantas y su utilización como marcador del tiempo. Se le atribuía el alboroto del mar y las tempestades. Era la visitante del otro mundo y castigadora de los ladrones. Su principal templo se llamaba Si-An (Casa de la Luna) donde se realizaban ritos la primera noche de luna nueva.[1]

Sin embargo en cada poblado además se le rendía culto a otras divinidades.

  • Luna (Shi)
  • Mar (Ni)
  • Sol (Jiang)
  • Tierra (Ghis)

Según investigaciones realizadas por arqueólogos el trabajo con metales preciosos se remonta a épocas muy antiguas, encontrándose sus primeros vestigios en la llamada cultura Tolita perteneciente al período de Desarrollo Regional, ubicada en la isla Tolita bañada por el río Santiago. El material encontrado en dicha isla forma parte de la colección de pequeños fragmentos de oro y platino mezclados con tiestos y fragmentos de cerámica hallados en especial en la costa de Esmeraldas y Atacames. El arte metalúrgico de la Tolita, es destacable. El orfebre nativo local dominó las técnicas más diversas y complicadas, dígase fundido, forjado, laminaciones a base de martillo, fundición en moldes de cera, sueldas, trabajo de repujado, confección de hilo y de filigrana, así como la técnica de engrasar las joyas colocando diversas piedras preciosas y semipreciosas.

Arquitectura

Zona arqueológica de Chan Chan
UNESCO logo.svg Welterbe.svg
Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Coordenadas 8°6′31″S 79°4′30″O / -8.10861, -79.075
País Bandera del Perú Perú
Tipo Cultural
Criterios i y iii
N.° identificación 366
Región Latinoamérica y Caribe
Año de inscripción 1986 (X Sesión)
En peligro 1986

La arquitectura ha permitido definir que los gobernantes vivieron en los palacios y recintos monumentales, mientras el pueblo residió en viviendas de quincha con habitaciones pequeñas y fuera de la arquitectura monumental. La decoración de las paredes es en base a frisos modelados en relieve, y en algunos casos, pintada. Los diseños son de figuras zoomorfas, como peces y aves, así como de figuras geométricas.Era de forma policroma.

Algunos ejemplos:

  • Huaca pintada
  • Huaca dragón
  • La fortaleza de Paramonga
  • Apurlec o purgatorio.

Sacrificios humanos

En la Huaca de la Luna las tumbas 6 y 7 pertenecían a adolescentes de 13 ó 14 años de edad. La tumba 9 pertenece a un niño. Por eso muchos creen que la cultura mochica sacrificaba niños a sus dioses.[cita requerida]

Le ofrecían a la luna el sacrificio de niños menores de cinco años. Sus cuerpos eran envueltos en mantas de algodón de colores, los enterraban en las explanadas de los templos, acompañados con frutas y derramaban chicha sobre la tierra.[2]

Véase también

Referencia

Notas

  1. Historia del Perú Antiguo Tomo III - Luis E. Valcárcel
  2. Historia del Perú Antiguo, Tomo III, Edición 1985 - Luis E. Valcárcel

Enlaces externos


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