Carrera espacial

Carrera espacial

Carrera espacial

Los cohetes Titan II lanzaron 12 naves Géminis estadounidenses en los años 60.

La carrera espacial fue una competición informal entre Estados Unidos y la Unión Soviética que duró aproximadamente desde 1957 a 1975. Supuso el esfuerzo paralelo entre ambos países de explorar el espacio exterior con satélites artificiales, de enviar humanos al espacio y de posar a un ser humano en la Luna.

Aunque sus raíces están en las primeras tecnologías de cohetes y en las tensiones internacionales que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, la carrera espacial comenzó de hecho tras el lanzamiento soviético del Sputnik 1 el 4 de octubre de 1957. El término se originó como analogía de la carrera armamentística. La carrera espacial se convirtió en una parte importante de la rivalidad cultural y tecnológica entre la URSS y Estados Unidos durante la guerra fría. La tecnología espacial se convirtió en una arena particularmente importante en este conflicto, tanto por sus potenciales aplicaciones militares como por sus efectos psicológicos sobre la moral.

Contenido

Antecedentes de la carrera espacial

Influencias militares iniciales

Los cohetes han interesado a científicos y aficionados desde hace siglos. Los chinos los utilizaron como armas ya en el siglo XI. El científico ruso Konstantin Tsiolkovsky teorizó en la década de 1880 sobre cohetes multi-fase propulsados por combustible líquido que podrían llegar al espacio, pero no fue hasta 1926 que el estadounidense Robert Goddard diseñara un cohete de combustible líquido práctico.

Goddard realizó sus trabajos sobre cohetería en la oscuridad, ya que la comunidad científica, el público e incluso The New York Times se burlaban de él. Hizo falta una guerra para catapultar la cohetería a la notoriedad. Esto resultó ser un precursor del futuro, ya que cualquier "carrera espacial" quedaría inextricablemente vinculada a las ambiciones militares de las naciones implicadas, a pesar de su carácter mayoritariamente científico y de su retórica pacifista.

Contribuciones alemanas

A mediados de la década de los 20, científicos alemanes empezaron a experimentar con cohetes propulsados por combustibles líquidos que eran capaces de alcanzar altitudes y distancias relativamente altas. En 1932, el Reichswehr, predecesor de la Wehrmacht, adquirió interés en la cohetería como artillería de largo alcance. Wernher von Braun, un científico de cohetes en alza, se unió al esfuerzo y desarrolló armas así para su uso en la Segunda Guerra Mundial por parte de la Alemania nazi. Von Braun adoptó muchas ideas de la investigación original de Robert Goddard, estudiando y mejorando los cohetes de Goddard.

El cohete A4 alemán, lanzado en 1942, se convirtió en el primer proyectil en alcanzar el espacio[cita requerida]. En 1943, Alemania empezó la producción de su predecesor, el cohete V2, con un alcance de 300 km y portando una cabeza de guerra de 1000 kg. La Wehrmacht disparó miles de cohetes V-2 contra las naciones aliadas, causando daños y muertes masivas. Sin embargo, murieron más trabajadores en la producción de los V2 que en los ataques.

Raíces en la guerra fría

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética se embarcaron en una amarga Guerra Fría de espionaje y propaganda. La exploración espacial y la tecnología de satélites alimentaron la guerra fría en ambos frentes. El equipamiento a bordo de satélites podía espiar a otros países, mientras que los logros espaciales servían de propaganda para demostrar la capacidad científica y el potencial militar de un país. Los mismos cohetes que podían poner en órbita a un hombre o alcanzar algún punto de la Luna podían enviar una bomba atómica a una ciudad enemiga cualquiera. Gran parte del desarrollo tecnológico requerido para el viaje espacial se aplicaba igualmente a los cohetes de guerra como los misiles balísticos intercontinentales. Junto con otros aspectos de la carrera armamentística, el progreso en el espacio se mostraba como un indicador de la capacidad tecnológica y económica, demostrando la superioridad de la ideología del país. La investigación espacial tenía un doble propósito: podía servir a fines pacíficos, pero también podía contribuir en objetivos militares.

Las dos superpotencias trabajaron para ganarse una ventaja en la investigación espacial, sin saber quién daría el gran salto primero. Habían sentado las bases para una carrera hacia el espacio, y tan solo esperaban el disparo de salida.

Satélites artificiales

Sputnik

El 4 de octubre de 1957, la URSS lanzó con éxito el Sputnik 1, el primer satélite artificial en alcanzar la órbita, y comenzó la carrera espacial. Por sus implicaciones militares y económicas, el Sputnik causó miedo y provocó debate político en Estados Unidos. Al mismo tiempo, el lanzamiento del Sputnik se percibió en la Unión Soviética como una señal importante de las capacidades científicas e ingenieriles de la nación.

En la Unión Soviética, el lanzamiento del Sputnik y el subsiguiente programa de exploración espacial fueron vistos con gran interés por el público. Para un país que se había recuperado recientemente de una guerra devastadora, era importante y esperanzador ver una prueba de las capacidades técnicas de la nueva era.

Antes del Sputnik, el estadounidense medio asumía que Estados Unidos era superior en todos los campos de la tecnología. El homólogo de von Braun en la Unión Soviética, Sergei Korolev, el ingeniero jefe que diseñó el cohete R-7 que puso al Sputnik en órbita, diseñaría más tarde el N-1, cuyo objetivo era enviar cosmonautas a la Luna. En respuesta al Sputnik, Estados Unidos emplearía un enorme esfuerzo para recuperar la supremacía tecnológica, incluyendo la modernización de los planes de estudio con la esperanza de producir más von Brauns y Korolevs. Esta reacción se conoce hoy en día como crisis del Sputnik.

Lyndon B. Johnson, vicepresidente del presidente John F. Kennedy, expresó la motivación de los esfuerzos estadounidenses de la siguiente manera:

A los ojos del mundo, el primero en el espacio significa el primero, punto; el segundo en el espacio significa el segundo en todo.[1]

El público estadounidense, inicialmente desanimado y asustado con el Sputnik, quedó cautivado por los proyectos estadounidenses que siguieron. Los escolares seguían la sucesión de lanzamientos, y la construcción de réplicas de cohetes se convirtió en una afición popular. El presidente Kennedy pronunció discursos para animar a la gente a apoyar el programa espacial y para intentar superar el escepticismo de los muchos que pensaban que todos esos millones de dólares estarían mejor empleados en la construcción de armas probadas y existentes, o en la lucha contra la pobreza.

Modelo del Explorer I en una conferencia de prensa de la NASA.

Casi cuatro meses después del lanzamiento del Sputnik 1, Estados Unidos consiguió lanzar su primer satélite, el Explorer I. Durante ese tiempo se habían producido varios lanzamientos fallidos y publicitariamente embarazosos de cohetes Vanguard desde Cabo Cañaveral.

Los primeros satélites se utilizaron con fines científicos. Tanto el Sputnik como el Explorer I fueron lanzados como parte de la participación de ambos países en el Año Geofísico Internacional. El Sputnik ayudó a determinar la densidad de la atmósfera superior y los datos de vuelo del Explorer I llevaron al descubrimiento del cinturón de radiación de Van Allen por James Van Allen.

Satélites de comunicaciones

El primer satélite de comunicaciones, el Project SCORE, lanzado el 18 de diciembre de 1958, reenvió al mundo un mensaje de navidad del presidente Eisenhower. Otros ejemplos notables de satélites de comunicaciones durante (o engendrados por) la carrera espacial son:

1962: Telstar: el primer satélite de comunicaciones "activo" (transoceánico experimental)
1972: Anik 1: primer satélite de comunicaciones doméstico (Canadá)
1974: WESTAR: primer satélite de comunicaciones doméstico estadounidensese
1976: MARISAT: primer satélite de comunicación móvil

Otros satélites dignos de mencionar.

Estados Unidos lanzó el primer satélite geoestacionario, el Syncom-2, el 26 de julio de 1963. El éxito de este tipo de satélites significaba que una antena parabólica ya no necesitaba seguir la órbita del satélite, ya que la órbita permanecía geoestacionaria. Desde entonces, los ciudadanos de a pie podían hacer uso de las comunicaciones por satélite en las emisiones de televisión, tras una instalación inicial.

Seres vivos en el espacio

Animales en el espacio

Artículo principal: Animales en el espacio

Las moscas de la fruta que lanzaron los estadounidenses a bordo de cohetes V-2 capturados a los alemanes se convirtieron en los primeros animales enviados al espacio con fines científicos. El primer animal doméstico que se puso en órbita, la perra Laika, viajó a bordo de la nave soviética Sputnik 2 en 1957. En esa época no existía la tecnología para recuperar a Laika tras el vuelo, y murió de estrés y sobrecalentamiento poco después de llegar al espacio. En 1960, las perras rusas Belka y Strelka orbitaron la Tierra y regresaron con éxito. El programa espacial estadounidense importó chimpancés de África y envió al menos a dos al espacio antes de lanzar a su primer ser humano. En junio de 1997, las Fuerzas Aéreas anunciaron que se desharían de sus últimos chimpancés mediante una subasta pública autorizada por el Congreso. Dos meses después de su transferencia a la "Coulston Foundation", un laboratorio de investigación de Nuevo México, la "Save the Chimps Foundation" inició un pleito para liberarlos. En 1999, esta acción permitió finalmente su "liberación" en condiciones semisalvajes en un santuario del sur de Florida. Las tortugas que lanzaron los soviéticos a bordo de la Zond 5 se convirtieron en los primeros animales en volar alrededor de la Luna (septiembre de 1968).

Humanos en el espacio

Yuri Gagarin se convirtió en el primer cosmonauta con éxito cuando entró en órbita en la nave rusa Vostok 1 el 12 de abril de 1961, un día que hoy es fiesta en Rusia y muchos otros países. 23 días después, en la misión Freedom 7, Alan Shepard fue el primer estadounidense en entrar en el espacio. John Glenn, en la Friendship 7, se convirtió en el primer estadounidense en orbitar la Tierra, completando tres órbitas el 20 de febrero de 1962.

El primer vuelo con dos tripulantes también tuvo su origen en la URSS, entre el 11 y el 15 de agosto de 1962. La soviética Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer en el espacio el 16 de junio de 1963 en la Vostok 6. Korolev había planeado más misiones Vostok con duraciones mayores, pero tras el anuncio del Programa Apolo, el primer secretario Jrushchov demandó más primeros puestos. El primer vuelo con más de dos tripulantes, la Voskhod 1 de la URSS, una versión modificada de la Vostok, despegó el 12 de octubre de 1964 llevando a bordo a Komarov, Feoktistov y Yegorov. Este vuelo también marcó la primera vez que una tripulación no llevó trajes espaciales.

Alexei Leonov, en la Voskhod 2, lanzada por la URSS el 18 de marzo de 1965, llevó a cabo el primer paseo espacial. Esta misión casi termina en desastre; Leonov estuvo cerca de no poder regresar a la cápsula y, debido a una deficiencia en el retropropulsor, la nave aterrizó a 1600 km de su objetivo. Por aquel entonces Jrushchov había abandonado el cargo y el nuevo liderazgo soviético no se iba a comprometer a un esfuerzo completo.

Misiones lunares

Aunque los logros conseguidos por EEUU y la URSS proporcionaron mucho orgullo a sus respectivas naciones, el clima ideológico aseguró que la carrera espacial continuaría al menos hasta que el primer humano caminara sobre la Luna. Antes de este logro, hizo falta que naves sin tripular exploraran primero la Luna mediante fotografías y demostraran su habilidad para alunizar con seguridad.

Sondas no tripuladas

Tras el éxito sovietico de colocar el primer satélite en órbita, los estadounidenses centraron sus esfuerzos en enviar una sonda a la Luna. Llamaron programa Pioneer al primer intento de conseguir esto. El programa Luna soviético empezó a funcionar con el lanzamiento de la Luna 1 el 4 de enero de 1959, convirtiéndose en la primera sonda en llegar a la Luna. Además del programa Pioneer, había tres programas estadounidenses específicos: el programa Ranger, el programa Lunar Orbiter y el programa robótico Surveyor, con el objetivo de buscar lugares de alunizaje potenciales para el programa Apollo.

Alunizaje

Aunque los soviéticos ganaron a los estadounidenses en casi todos los hitos de la carrera espacial, no consiguieron ganar al programa Apollo estadounidense a la hora de posar un hombre en la Luna. Tras los primeros éxitos soviéticos, especialmente el vuelo de Gagarin, el presidente Kennedy y el vicepresidente Johnson buscaron un proyecto estadounidense que capturara la imaginación del público. El programa Apollo cumplía muchos de sus objetivos y prometía vencer a los argumentos tanto de la izquierda (que defendían programas sociales) y la derecha (que defendía un proyecto más militar). Las ventajas del programa Apollo incluían:

  • beneficios económicos en varios estados clave para la próxima legislatura;
  • cerrar la “brecha de misiles” reclamada por Kennedy durante las elecciones de 1960 mediante un uso doble de la tecnología;
  • beneficios técnicos y científicos derivados

En una conversación con el director de la NASA, James E. Webb, Kennedy dijo:

Todo lo que hagamos debería estar realmente vinculado a llegar a la Luna antes que los rusos... de otra manera no deberíamos gastar todo ese dinero, porque no estoy interesado en el espacio... La única justificación (para el coste) es porque esperamos ganar a la URSS para demostrar que en lugar de estar por detrás de ellos por un par de años, gracias a Dios, les hemos adelantado.[2]

Kennedy y Johnson consiguieron cambiar la opinión pública: en 1965, el 58% de los estadounidenses apoyaban el proyecto Apollo, en contraste con el 33% de 1963. Después de que Johnson se convirtiera en presidente en 1963, su apoyo continuo permitió el éxito del programa.

La URSS mostró una mayor ambivalencia sobre la visita humana a la Luna. El líder soviético Jrushchov no quería ni ser "vencido" por otra potencia ni los gastos de un proyecto así. En octubre de 1963, afirmó que la URSS "no planeaba en la actualidad ningún vuelo de cosmonautas a la Luna", al tiempo que añadía que no habían abandonado la carrera. Pasó un año antes de que la URSS se comprometiera a intentar un alunizaje.

Los cohetes soviéticos Soyuz como el de la fotografía se convirtieron en el primer medio fiable de transportar objetos a la órbita terrestre.

Kennedy propuso programas conjuntos, como el alunizaje de astronautas soviéticos y estadounidenses y una mejora de los satélites de monitorización del clima. Jrushchov, percibiendo un intento de robar la tecnología espacial superior de Rusia, rechazó estas ideas. Korolev, el diseñador jefe de la la agencia espacial rusa, había empezado a anunciar que sus naves Soyuz y el cohete de lanzamiento N-1 tenían la capacidad de hacer un alunizaje tripulado. Jrushchov ordenó a la oficina de diseño de Korolev que consiguiera nuevos primeros puestos en el espacio modificando la tecnología Vostok existente, mientras que un segundo equipo empezó a construir un lanzador y una nave completamente nuevos, el cohete Protón y el Zond, para un vuelo sublunar tripulado en 1966. En 1964, la nueva cúpula soviética le dio a Korolev el respaldo para el proyecto de alunizaje tripulado y pusieron todos los proyectos tripulados bajo su dirección. Con la muerte de Korolev y el fracaso del primer vuelo de la Soyuz en 1967, la coordinación del programa de alunizaje soviético se deshizo rápidamente. Los soviéticos construyeron un módulo de alunizaje y seleccionaron cosmonautas para la misión que habría colocado a Alexei Leonov sobre la superficie lunar, pero con los sucesivos fracasos de lanzamiento del cohete N1 en 1969, los planes para el alunizaje tripulado sufrieron primero retrasos y más tarde la cancelación.

Orto de la Tierra, desde el Apollo 8, 22 de diciembre de 1968 (NASA)

Aunque las sondas sin tripular soviéticas habían llegado a la Luna antes que cualquier nave estadounidense, el estadounidense Neil Armstrong se convirtió en la primera persona en poner el pie sobre la superficie lunar el 20 de julio de 1969, tras haber alunizado el día anterior. Como comandante de la misión Apollo 11, Armstrong recibió apoyo del piloto del módulo de mando Michael Collins y del piloto del módulo lunar Buzz Aldrin en un evento presenciado por 500 millones de personas de todo el mundo. Los cronistas sociales reconocen ampliamente al alunizaje como uno de los momentos clave del siglo XX, y las palabras de Armstrong al poner el primer pie sobre la superficie de la Luna se han hecho igualmente memorables:

Es un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad.
(escuchar el audio original, en formato OGG)

A diferencia de otras rivalidades internacionales, la carrera espacial no estaba motivada por el deseo de expansión territorial. Tras sus exitosos aterrizajes en la Luna, EEUU renunció explícitamente al derecho de propiedad de cualquier parte de la Luna.

Otros éxitos

Misiones a otros planetas

Venus fue el primer planeta por el que pasó una nave espacial el 14 de diciembre de 1962.

La Unión Soviética fue la primera en enviar sondas planetarias, a Venus y Marte, en 1960. La Venera 1 pasó entre el 19 y el 20 de mayo de 1961 a 100.000 km de Venus, sin mandar datos. La primera nave que sobrevoló con éxito Venus, la estadounidense Mariner 2, lo hizo el 14 de diciembre de 1962. Envió de vuelta datos sorprendentes sobre la alta temperatura de la superficie y la densidad del aire de Venus. Como no llevaba cámaras, sus descubrimientos no captaron la atención del público como lo harían las imágenes de las sondas espaciales, que excedían ampliamente la capacidad de los telescopios terrestres.

La Venera 7 soviética, lanzada en 1971, fue la primera nave en mandar datos desde la superficie de Venus. La Venera 9 transmitió luego las primeras imágenes de la superficie de otro planeta. Estas representan solo dos de la larga serie Venera; otras naves Venera anteriores realizaron operaciones de sobrevuelo y aterrizaje. Luego siguieron otras siete misiones Venera de aterrizaje.

EE.UU. lanzó la Mariner 10, que voló sobre Venus en su camino hacia Mercurio en 1974. Se convirtió en la primera nave en sobrevolar Mercurio, lo que no se repetiría hasta el lanzamiento en 2004 de la sonda Messenger.

La soviética Marsnik 1 se aproximó a Marte el 19 de junio de 1963 hasta una distancia aproximada de 193.000 km, sin conseguir enviar datos. La Mariner 4, lanzada en 1965 por EE.UU., fue la primera sonda exitosa en sobrevolar Marte; transmitió imágenes totalmente inesperadas. Las primeras naves sobre la superficie de Marte, la Marsnik 2 y la Marsnik 3, lanzadas en 1971 por la URSS, se estropearon y no consiguieron enviar datos. Las Viking estadounidenses de 1976 transmitieron las primeras imágenes así.

EE.UU. también envió la Pioneer 10 que hizo un sobrevuelo exitoso sobre Júpiter en 1973. Esto precedió al primer sobrevuelo de Saturno en 1979 por la Pioneer 11, y los primeros sobrevuelos de Urano y Neptuno con la Voyager 2.

Lanzamientos y acoplamientos

El primer encuentro espacial tuvo lugar entre la Gemini 6 y la Gemini 7, ambas naves estadounidenses, el 15 de diciembre de 1965. Su sucesora, la Gemini 8, realizó el primer acoplamiento espacial el 16 de marzo de 1966. El primer acoplamiento espacial automático enganchó a las naves soviéticas Cosmos-186 y Cosmos-188 (dos Soyuz sin tripulación) el 30 de octubre de 1967.

El primer lanzamiento desde el mar tuvo lugar con la estadounidense Scout B, el 26 de abril de 1967. La primera estación espacial, la soviética Salyut 1, comenzó sus operaciones el 7 de junio de 1971.

Competición militar

Sin público, pero no por eso menos competición, la campaña para desarrollar la tecnología espacial para usos militares secundó en paralelo a los esfuerzos científicos. Bastante antes del lanzamiento del Sputnik 1, tanto EEUU como la URSS empezaron a desarrollar planes para satélites de reconocimiento. La nave soviética Zenit, que por el uso doble diseñado por Korolev acabó finalmente siendo la nave Vostok, empezó como satélite de fotografías. Compitió con la serie Discoverer de las Fuerzas Aéreas estadounidenses. La misión Discoverer XIII supuso la primera recuperación del espacio de una carga útil en agosto de 1960 - un día antes de la primera recuperación soviética de una carga útil.

Tanto EEUU como la URSS desarrollaron importantes programas espaciales militares, que a menudo seguían un patrón por el que EEUU sólo completaba maquetas al finalizar el programa, mientras que la URSS construía en incluso poníe en órbita las suyas:

  1. Misil de crucero intercontinental supersónico: Navaho (programa de prueba cancelado) vs. misil de crucero Buran (plan)
  2. Nave espacial con alas pequeñas: X-20 Dyna-Soar (maqueta) vs. MiG-105 (vuelo probado)
  3. Cápsula de inspección de satélites: Blue Gemini (maqueta) vs. interceptor Soyuz (plan)
  4. Estación espacial militar: MOL (plan) vs. Almaz (lanzada con alguna modificación en las misiones Salyut 2, 3 y 5)
  5. Cápsula militar con escotilla en el escudo térmico: Gemini B (probada sin tripulación en el espacio) vs. nave VA TKS, también conocida como cápsula espacial Merkur (probada sin tripulación como parte de la TKS)
  6. Ferry a la estación espacial militar: Gemini Ferry (plan) vs. TKS (probada sin tripulación en el espacio, y acoplada a una Salyut)

El "final" de la carrera espacial

El encuentro de las naves Apollo y Soyuz el 17 de julio de 1975 marca el final tradicional de la carrera espacial.

Mientras que el lanzamiento del Sputnik 1 se puede considerar claramente como el inicio de la carrera espacial, su final es más debatible. La carrera espacial fue más candente durante los años 60, pero continuó con rapidez más allá del alunizaje del Apolo en 1969. Aunque llevaron a cabo cinco alunizajes tripulados además del Apolo 11, los científicos espaciales estadounidenses buscaron otros objetivos. El Skylab recogería datos, y el transbordador espacial serviría para devolver las naves espaciales intactas desde espacio. Los estadounidenses afirmaron que al haber sido los primeros en poner un hombre sobre la luna, habían ganado esta "carrera" no oficial. Mientras tanto, los científicos soviéticos siguieron adelante con sus propios proyectos, y probablemente no admitieron nada parecido a una derrota. En cualquier caso, al enfriarse la guerra fría y al ir otras naciones desarrollando sus propios programas espaciales, la noción de una "carrera" continua entre las dos superpotencias se hizo menos real.

Ambas naciones habían desarrollado programas espaciales militares tripulados. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) había propuesto utilizar el misil Titan para lanzar el planeador hipersónico Dyna-Soar para interceptar satélites enemigos. El plan para el laboratorio orbital tripulado (utilizando hardware basado en el programa Gemini para llevar a cabo misiones de vigilancia) reemplazó al Dyna-Soar, pero este también quedó cancelado. La URSS encargó el programa Almaz para una estación espacial militar tripulada similar, que se fundió con el programa Salyut.

La carrera espacial se relentizó tras el alunizaje del Apolo, lo que muchos expertos describen como su punto culminante o incluso su final. Otros, incluyendo al historiador espacial Carole Scott, piensan que su fin se sitúa más claramente en la misión conjunta Apolo-Soyuz de 1975. La nave soviética Soyuz 19 fue al encuentro y se acopló con la nave estadounidense Apollo, permitiendo a los astronautas de naciones "rivales" pasar a la nave de los otros y participar en experimentos combinados. Aunque persistieron las empresas espaciales de ambos países, fueron en gran parte en distintas "direcciones", y la noción de una "carrera" continua entre dos naciones se quedó anticuada tras el Apollo-Soyuz.

Incluso en este momento de cooperación, los líderes soviéticos estaban alarmados ante la perspectiva de que la USAF se implicara en el programa del Transbordador Espacial y lanzaron los proyectos del transbordador Burán y del cohete Energía. A principios de los 80, el nacimiento de la Iniciativa de Defensa Estratégica intensificó más la competencia, que sólo se resolvió con el colapso del bloque soviético en 1989.

Cronología (1957-1975)

Fecha Significancia País Nombre de la misión
21 de agosto de 1957 Misil balístico intercontinental (ICBM) Flag of the Soviet Union.svg URSS R-7 Semyorka SS-6 Sapwood
4 de octubre de 1957 Satélite artificial (Terrestre) Flag of the Soviet Union.svg URSS Sputnik 1
3 de noviembre de 1957 Animal en órbita (perro) Flag of the Soviet Union.svg URSS Sputnik 2
31 de enero de 1958 Detección de cinturones de Van Allen Flag of the United States.svg USA-ABMA Explorer I
18 de diciembre de 1958 Satélite de comunicaciones Flag of the United States.svg USA-ABMA Project SCORE
4 de enero de 1959 Satélite artificial (Solar) Flag of the Soviet Union.svg URSS Luna 1
17 de febrero de 1959 Satélite metereológico Flag of the United States.svg USA-NASA (NRL)1 Vanguard 2
Junio de 1959 Satélite espía Flag of the United States.svg Fuerza Aérea de los Estados Unidos Discoverer 4
7 de agosto de 1959 Fotografía de la Tierra desde el espacio Flag of the United States.svg USA-NASA Explorer 6
14 de septiembre de 1959 Sonda a la Luna Flag of the Soviet Union.svg URSS Luna 2
7 de octubre de 1959 Foto del lado oculto de la Luna Flag of the Soviet Union.svg URSS Luna 3
12 de abril de 1961 Humano en órbita Flag of the Soviet Union.svg URSS Vostok 1
10 de julio de 1962 Primer satélite de comunicaciones activo Flag of the United States.svg USA-AT&T Telstar
29 de septiembre de 1962 Satélite artificial sin utilización de superpotencia Flag of Canada.svg Canadá Alouette 1
16 de junio de 1963 Mujer en órbita Flag of the Soviet Union.svg URSS Vostok 6
26 de julio de 1963 Satélite geosíncrono de comunicaciones Flag of the United States.svg USA-NASA Syncom 2
18 de marzo de 1965 Actividad extravehicular Flag of the Soviet Union.svg URSS Voskhod 2
15 de diciembre de 1965 Orbital rendezvous Flag of the United States.svg USA-NASA Gemini 6A/Gemini 7
1 de marzo de 1966 Sonda aterriza en otro planeta - Venus Flag of the Soviet Union.svg URSS Venera 3
16 de marzo de 1966 Rendezvous en órbita y acoplamiento Flag of the United States.svg USA-NASA Gemini VIII
24 de diciembre de 1968 Órbita lunar tripulada Flag of the United States.svg USA-NASA Apolo 8
20 de julio de 1969 Humano en la Luna Flag of the United States.svg USA-NASA Apolo 11
23 de abril de 1971 Estación espacial Flag of the Soviet Union.svg URSS Salyut 1
14 de noviembre de 1971 Satélite orbita otro planeta - Marte Flag of the United States.svg USA-NASA Mariner 9
9 de noviembre de 1972 Satélite de comunicaciones geoestacionario Flag of Canada.svg Canadá-BCE Anik A1
15 de julio de 1975 Primera misión conjunta USA-URSS Flag of the Soviet Union.svg URSS Flag of the United States.svg USA-NASA Apolo-Soyuz

Organización, financiación e impacto económico

Los enormes gastos y la burocracia necesarios para organizar una exploración espacial con éxito llevaron a la creación de agencias espaciales nacionales. Estados Unidos y la Unión Soviética desarrollaron programas dedicados únicamente a los requisitos científicos e industriales de estos desafíos.

El 29 de julio de 1958, el presidente Eisenhower firmó el National Aeronautics and Space Act de 1958, fundando la National Aeronautics and Space Administration (NASA). Cuando comenzó sus operaciones el 1 de octubre de 1958, la NASA consistía principalmente en cuatro laboratorios y unos 8000 trabajadores de la agencia de investigación aeronáutica del gobierno, el National Advisory Committee for Aeronautics (NACA), que ya tenía 46 años de antigüedad. Aunque su predecesor, el NACA, trabajaba con un presupuesto de $5 millones, el presupuesto de la NASA aumentó rápidamente a $5000 millones por año, incluyendo las grandes sumas de subcontratas al sector privado. El alunizaje de la Apollo 11, la culminación del éxito de la NASA, costó aproximadamente de 20 a 25 mil millones de dólares.

La falta de estadísticas fiables hace difícil comparar los gastos estadounidenses y soviéticos, especialmente durante los años de Jrushchov. Sin embargo, en 1989, el a la sazón jefe de personal de los servicios armados soviéticos, el general M. Moiseyev, informó de que la Unión Soviética había destinado 6900 millones de rublos (unos 4000 millones de dólares estadounidenses) en su programa espacial de ese año.[3] Otros oficiales soviéticos han estimado que sus gastos totales en los viajes tripulados al espacio han sumado aproximadamente esa cantidad durante toda la duración de los programas, con algunas estimaciones bajas de unos 4500 millones de rublos. Además de la poca claridad de estos números, estas comparaciones también deben tener en cuenta el probable efecto de la propaganda soviética, que perseguía el objetivo de hacer parecer poderosa a la Unión Soviética y de confundir los análisis occidentales.

La carrera rusa también estuvo plagada de problemas organizativos, particularmente rivalidades internas. La URSS no tenía nada como la NASA (la Agencia Espacial y de Aviación Rusa se originó en los 90). Un gran número de opiniones personales y de intromisiones políticas en la ciencia dificultaron el progreso soviético. Todos los diseñadores jefes soviéticos tenían que defender sus propias ideas, buscando el apoyo de un oficial comunista. En 1964, entre todos los diseñadores jefes, la URSS desarrollaba 30 programas distintos de diseño de lanzadera y nave espacial. Tras la muerte de Korolev, el programa espacial soviético se hizo reactivo e intentó mantener la paridad con EEUU. En 1974, la URSS reorganizó su programa espacial, creando el proyecto del cohete Energía para duplicar el transbordador espacial con el Buran.

Los soviéticos también trabajaron desde una desventaja económica. Aunque la economía soviética era la segunda del mundo, la economía estadounidense era la mayor. Al final, la ineficiente organización de los soviéticos y su falta de fondos les hizo perder su ventaja inicial. Algunos expertos han afirmado que el alto coste económico de la carrera espacial, junto con la carrera armamentística extremadamente cara, terminó por agravar la crisis económica del sistema soviético de finales de los 70 y los 80, y fue uno de los factores que condujeron al colapso de la Unión Soviética.

Legado

Muertes

Cuando el Apolo 15 abandonó la Luna, los astronautas dejaron un monumento conmemorativo a los astronautas de ambas naciones que habían perdido la vida durante los esfuerzos por alcanzar la Luna. En Estados Unidos, los primeros astronautas que murieron durante la participación directa en el viaje espacial o su preparación sirvieron en el Apollo 1: el piloto comandante Virgil "Gus" Grissom, el piloto senior Edward White y el piloto Roger Chaffee. Murieron en un incendio producido durante una prueba en tierra el 27 de enero de 1967.

Los vuelos de la Soyuz 1 y la Soyuz 11 soviéticas también tuvieron como resultado la muerte de cosmonautas. La Soyuz 1, puesta en órbita el 23 de abril de 1967, estaba tripulada por un solo cosmonauta, el coronel Vladímir Komarov, que murió al estrellarse la nave tras su reentrada en la Tierra. En 1971, los cosmonautas Georgi Dobrovolski, Viktor Patsayev, y Vladislav Vólkov, de la Soyuz 11, murieron asfixiados durante la reentrada.

Hubo otras muertes de astronautas en misiones relacionadas, incluyendo cuatro estadounidenses que murieron en accidentes de la nave T-38. El ruso Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, encontró una muerte similar en 1968 cuando se estrelló el caza MiG-15 que pilotaba.

Avances en tecnología y educación

La tecnología, especialmente la ingeniería aeroespacial y la comunicación electrónica, avanzaron mucho durante este periodo. Sin embargo, los efectos de la carrera espacial se extendieron más allá de la cohetería, la física y la astronomía. La "tecnología de la era espacial" llegó y alcanzó campos tan diversos como la economía familiar y de consumo y los estudios de defoliación forestal, y el esfuerzo por ganar la carrera cambió la propia manera en que los estudiantes estudiaban la ciencia.

Las preocupaciones estadounidenses de que se habían quedado muy por detrás de Rusia en la carrera al espacio llevaron a los legisladores y los educadores a aplicar un mayor énfasis en las matemáticas y la física en las escuelas de EEUU. El National Defense Education Act de 1958 aumentó los fondos para conseguir estos objetivos desde la educación primaria hasta el nivel de posgrado. En la actualidad, más de 1200 institutos de EEUU conservan sus planetarios, una situación sin parangón en otro país del mundo y una consecuencia directa de la carrera espacial.

Los científicos, ayudados por este esfuerzo, ayudaron a desarrollar tecnologías de exploración espacial que han tenido aplicaciones adaptadas a áreas que van desde la cocina al atletismo. Los alimentos desecados y precocinados, la ropa que permanece seca e incluso las gafas de esquí antiniebla tienen sus raíces en la ciencia espacial.

Hoy orbitan la Tierra más de mil satélites artificiales, retransmitiendo comunicaciones alrededor del planeta y facilitando la medición de datos sobre el clima, la vegetación y los movimientos humanos a los países que los utilizan. Además, gran parte de la microtecnología que mueve las actividades diarias, desde la medición de la hora a escuchar música están derivadas de la investigación iniciada con la carrera espacial.

La URSS permaneció como líder indiscutible en cohetería, incluso hasta el final de la guerra fría. EEUU se hizo superior en electrónica, medición remota, control de vehículos y control robótico.

Sucesos recientes

Aunque su ritmo ha disminuido, la exploración espacial continúa avanzando mucho después de la desaparición de la carrera espacial. EEUU lanzó la primera nave espacial reutilizable (el transbordador espacial) en el 20 aniversario del vuelo de Gagarin, el 12 de abril de 1981. El 15 de noviembre de 1988, la URSS lanzó el Transbordador Buran, la primera y única nave espacial reutilizable automática. Estos y otros países siguen lanzando sondas, satélites de muchos tipos y enormes telescopios espaciales.

El transbordador espacial Columbia, segundos después de la ignición de los motores, en 1981 (NASA)

A finales del siglo XX surgió la posibilidad de una segunda carrera espacial internacional, al tomar la Agencia Espacial Europea el liderazgo de los lanzamientos de cohetes con el Ariane 4, y compitiendo con la NASA en la exploración espacial sin tripulación. Los esfuerzos de la ESA han culminado en planes ambiciosos como el Programa Aurora, que pretende enviar una misión humana a Marte no más tarde de 2030, y ha preparado varias misiones insignia para alcanzar este objetivo. Con el anuncio similar del presidente Bush en 2004, esbozando unos plazos para el Crew Exploration Vehicle (un regreso a la Luna y más tarde a Marte sobre 2030), las dos principales agencias espaciales tienen planes similares. Desde 2005, la ESA podría tener una ventaja, ya que se ha aliado con Rusia. Probablemente financiarán y desarrollarán conjuntamente el homólogo al CEV, la nave Kliper, cuyo primer lanzamiento está planeado para 2011, años antes que su oponente estadounidense, que todavía está en un estado inicial de borrador. En 2006 la ESA todavía tiene que financiar un estudio de la Kliper.

Hay otros países capaces de sumar competitividad a la exploración espacial, sobre todo China. Aunque los fondos de China no están en la misma categoría que los de la ESA o la NASA, los exitosos vuelos espaciales tripulados de la Shenzhou 5 y la Shenzhou 6, y los planes del programa espacial chino para una estación espacial, han demostrado lo que puede conseguir este país. Evidentemente, el ejército de Estados Unidos mantiene un seguimiento de las aspiraciones espaciales de China. El Pentágono publicó en 2006 un informe detallando las preocupaciones sobre la creciente potencia espacial de China.[4] Además de China, India y Japón también tienen programas espaciales activos. India planea lanzar en 2008 una misión lunar sin tripular, la Chandrayaan-1. También tiene planes para vuelos espaciales tripulados.

Podría existir un nuevo tipo de carrera espacial de naturaleza distinta a la competición original entre soviéticos y estadounidenses: entre empresas comerciales espaciales. Los esfuerzos iniciales en lo que se ha venido a llamar turismo espacial para organizar los primeros viajes comerciales a la órbita culminaron el 28 de abril de 2001 cuando el estadounidense Dennis Tito se convirtió en el primer turista espacial, al visitar la Estación Espacial Internacional a bordo de la Soyuz TM-32 rusa. El Ansari X-Prize, un concurso para construir una nave suborbital privada, también ha evocado la posibilidad de una nueva carrera espacial entre empresas privadas. A finales de 2004, el empresario británico Richard Branson anunció el lanzamiento de Virgin Galactic, una empresa que utilizará la tecnología del SpaceShipOne con la esperanza de lanzar vuelos suborbitales a partir de 2008.

Notas

  1. Carta de Johnson escrita a Kennedy el 28 de abril de 1961
  2. De una grabación de la John Fitzgerald Kennedy Library.
  3. James Oberg, en Final Frontier, republicado con el título The New Book of Popular Science Annual en 1992
  4. "Report: China’s Military Space Power Growing" por Leonard David, Space.com, 5 de junio de 2006.

Véase también

  • Control de vehículos espaciales utilizando la brújula giroscópica
  • Mecánica celeste para calcular las trayectorias del viaje espacial

Referencias

  • An Unfinished Life: John F. Kennedy, 1917-1963, Robert Dallek (2003). ISBN 0-316-17238-3
  • Arrows to the Moon: Avro's Engineers and the Space Race , Chris Gainor (2001). ISBN 1-896522-83-1
  • Fallen Astronauts: Heroes Who Died Reaching for the Moon, Colin Burgess, Kate Doolan, Bert Vis (2003). ISBN 0-8032-6212-4
  • Light This Candle: The Life & Times of Alan Shepard--America's First Spaceman, Neal Thompson (2004). ISBN 0-609-61001-5
  • The New Columbia Encyclopedia, Col.Univ.Press (1975).
  • The Right Stuff, Tom Wolfe (pbk ed. 2001). ISBN 0-553-38135-0 ISBN 0-613-91667-0
  • Russia in Space: The Failed Frontier?, Brian Harvey (2001). ISBN 1-85233-203-4
  • The Soviet Space Race With Apollo, Asif A. Siddiqi (2003). ISBN 0-8130-2628-8
  • Soyuz: A Universal Spacecraft, Rex Hall, David J. Shayler (2003). ISBN 1-85233-657-9
  • Space for Women: A History of Women With the Right Stuff, Pamela Freni (2002). ISBN 1-931643-12-1
  • Space Exploration, Carole Scott, Eyewitness Books, 1997
  • Sputnik and the Soviet Space Challenge, Asif A. Siddiqi (2003). ISBN 0-8130-2627-X
  • Stages to Saturn: A Technological History of the Apollo/Saturn Launch Vehicles, Roger E. Bilstein (2003). ISBN 0-8130-2691-1
  • Yeager: An Autobiography, Chuck Yeager (1986). ISBN 0-553-25674-2

Obtenido de "Carrera espacial"

Wikimedia foundation. 2010.

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