Edad del Cobre

Edad del Cobre

Edad del Cobre

Holoceno
Pleistoceno
Holoceno
Neolítico
Cultura Halaf
Cultura Hassuna-Samarra
Cultura Mehrgarh
Cultura de El Obeid
Cultura de Uruk
Edad del Cobre
Edad del Bronce
Edad del Hierro

La Edad del Cobre, también llamada Calcolítico (gr. Χαλκος, jalkos=cobre; gr. λίθος, líthos=piedra) o Eneolítico (lat. aenĕus=cobre; gr. λίθος, líthos=piedra), es una fase intermedia entre la Edad Moderna de la Piedra o neolítico y la Edad del Bronce. Se reserva esta denominación para algunas culturas, que presentan rasgos claramente diferenciados, en el periodo entre el 2500 a. C. y el 1800 a. C.

El bronce es una aleación de cobre y estaño y, antes de usarse el bronce, se usó cobre. Esa época es a la que se llama calcolítico, esta edad sin embargo es poco aceptada ya que los primeros cobres eran, en general bronce natural, aunque se usa para diferenciar esta edad, en la que el bronce era fabricado artificialmente. El cobre fue el primer metal que utilizó el ser humano y lo hizo hace aproximadamente 5000 años, a finales del Neolítico.

En la Península Ibérica el uso del cobre se generaliza hace 4000 años, coincidiendo con las construcciones megalíticas y la Cultura del Vaso Campaniforme, la cual es exponente de estas culturas calcolíticas y se caracteriza por la decoración por zonas.

Otra cultura característica del Calcolítico es la de ornamentación por cuerdas originaria del Norte de Europa. Ambas culturas se desplazaron de sus primitivos asentamientos y emigraron, quizás empujados, hacia Europa (Francia y Alemania).


Contenido

El calcolítico antiguo (3500 a. C. - 3000 a. C.)

El calcolítico se identifica sobre todo con el inicio del uso de los metales, particularmente el cobre. Sin embargo, esta noción se parece a la antigua y desfasada identificación del neolítico con la técnica del pulido de la piedra. Aunque el uso del cobre va extendiéndose gradualmente de este a oeste, esta técnica tiene realmente muy poca importancia, ya que las herramientas y armas de este metal sin alear apenas superan en eficacia a las de sílex u obsidiana. Lo que si marca fuertemente a esta era es la mayor movilidad humana, generada sin duda por la introducción del caballo doméstico.

También asistimos en el calcolítico a un claro incremento de los intercambios, tanto en el interior de las regiones, como entre éstas, que sólo puede entenderse como comercio. Otro aspecto relacionado es la aparición de especialistas (mineros, artesanos, comerciantes, etc.), que conlleva una fuerte organización social, a menudo acompañada de claras jerarquías.

Indoeuropeos en las estepas

Los kurganos o indoeuropeos eran un conjunto de pueblos de las estepas centro asiáticas, que actuaba por lo general como destructores de culturas ya existentes y se les atribuye la destrucción de la cultura de harappa (actualmente frontera entre India y Pakistán). Parece que tienen su principal arma en el uso del caballo, domesticado aparentemente por los preindoeuropeos de Europa oriental, y en su mitología pragmática que sitúa a los dioses siempre a favor de los vencedores. Otros pueblos asiáticos, como los urálicos y turco-mongoles, compartirán, de forma menos exitosa, esta filosofía de dominadores.

La cuna de los indoeuropeos

Podemos detectar a los indoeuropeos arqueológicamente por vez primera en la "Cultura yamna", también conocida, confusamente, como cultura de las Tumbas de Fosa, que se caracteriza por sus tumbas en forma de túmulo o "kurgán". Estas tumbas monumentales sirven, casi sin lugar a dudas para detectar la presencia de invasores indoeuropeos, aunque las culturas que producen, a menudo, asuman con el tiempo formas más arraigadas en los pueblos conquistados. No deben confundirse, sin embargo, con las tumbas megalíticas recubiertas de túmulo, cuyo origen es portugués o bretón (aborigen).

Las gentes de la Cultura yamna aparecen hacia 3500 a. C. al este del Volga y por todo Turquestán. Instalan sus pueblos en alturas, fortificándolos a menudo. Su economía es mayormente agro-pecuaria, pastoreando rebaños de ovejas sobre todo. Tempranamente desarrollan la metalurgia del cobre y la especialización profesional, aunque las jerarquías no se reflejan con claridad antes de 3000 a. C. en la región de origen. Como hemos visto, entierran a sus difuntos bajo túmulos o kurganes, que a veces están rodeados de lajas de piedra, en posición flexionada sobre la espalda, espolvoreando los cadáveres con ocre o yeso y acompañándolos de ofrendas de carne y vasos. Cada túmulo contiene varios enterramientos, lo que les daría carácter de mausoleos familiares. Es también característico de estos pueblos la colocación de grandes estelas de piedra en el interior o exterior de los túmulos.

Ucrania y sur de Rusia

Área de hibridación de los Indoeuropeos Occidentales

Coincidiendo con la aparición de los indoeuropeos al este del Volga, al oeste de este río se producen considerables transformaciones. Es la compleja cultura de Serednij-Stog II, que tiene múltiples facies regionales. Casi todos los rasgos de esta nueva cultura apuntan a una continuidad del sustrato aborigen de Dniepr-Don, con abundantes pero minoritarios rasgos culturales indoeuropeos . Es sin embargo aquí donde tiene una mayor importancia el caballo, con el consiguiente nomadismo y la clara aparición de jerarquías sociales (al parecer aún inexistentes en Asia Central). Otro rasgo significativo, dentro de la variación regional de esta cultura, es la aparición de la decoración cerámica mediante la impresión a cordel, que es otra característica secundaria del proceso de indoeuropeización de Europa.

La impresión que produce esta cultura es la de una infiltración de nómadas indoeuropeos que constituyen, asimilado el uso del caballo, el núcleo de las nuevas jerarquías que impondrán su lengua y gran parte de su cultura a los aborígenes de Europa Oriental, utilizando el país póntico como trampolín para las posteriores invasiones en Europa Central y los Balcanes.

Las migraciones de los aborígenes orientales

Con toda seguridad, las crisis indoeuropeizante estimula la incipiente corriente migratoria que existía ya en la última fase de Dniéper-Río Don. Así vemos los principales rasgos culturales de los aborígenes orientales aparecer con fuerza en todo el arco báltico.

En las regiones al este de este mar se consolida una cultura ("Pitted Ware") de carácter sobre todo cazador, aunque conocedora de las técnicas agrícolas y ganaderas.

La Cultura de los vasos de embudo

Artículo principal: Cultura de los vasos de embudo

Pero es en Cuyavia (cultura de Sarnowo) y, sobre todo, en Escandinavia y las regiones Bajo-Alemanas (Holanda incluida), donde cobran más importancia las aportaciones ucranias. En estos países nórdicos, continúa en parte la tradición estética local (vasos de cuello de embudo, joyería del ámbar), introduciéndose el tipo de enterramiento ucraniano (alargado con ocre) y novedosos rituales de ofrendas en lagos, que mucho tiempo después podremos encontrar entre los pueblos celtas.

El estilo cerámico de esta cultura tendrá mucho éxito, difundiéndose por toda Europa Central en el III milenio. Los prehistoriadores están conformes en la intensidad del mestizaje producido tras esta migración.

Las grandes potencias y otros danubianos

Las culturas tesalio-danubianas, descendientes de las primeras culturas neolíticas europeas, ocupaban entonces una inmensa área en Europa Central: desde el Sena hasta el Maritza, rodeados de otras culturas, más o menos afines u hostiles. En esta época los pueblos danubianos siguen llevando la iniciativa en los desarrollos continentales, apareciendo como potencias dos naciones entre ellos: los danubianos balcánicos (en Bulgaria y Valaquia) y los danubianos meridionales (en Hungría meridional, Austria, Eslovaquia y Moravia), (o centrales, ya que absorben temporalmente a los danubianos septentrionales, de Bohemia y Polonia),

El primer estado europeo

Sílex amarillo procedente de Itaboraí, Rio de Janeiro, Brasil.

En Bulgaria y Valaquia, se desarrolla a partir de 3.500 a. C. la importante cultura de Karanovo - Gumelnita, continuadora de Boian - Marica, pero muy influenciada por la primera ciudad de Troya, que se funda precisamente en este momento. El urbanismo alcanza su plenitud, con el diseño y construcción de redes de calles y estructuras defensivas. La vivienda sin embargo sigue la tradición danubiana, con casas de postes y arcilla, de tejado a doble vertiente y simpáticas ventanas redondas, albergando a veces talleres domésticos de utillaje, bisutería y tejido. Las industrias del sílex, cerámica y cobre aparecen muy desarrolladas, lo que denotaría una fuerte especialización tanto artesanal como minera que, a su vez, requiere de cierta jerarquización.

La jerarquización se evidencia en las tumbas, donde encontramos diferencias sensibles en los ajuares, que siguen el principio hereditario. Por lo general las inhumaciones siguen el rito tradicional (en posición fetal), aunque aparecen algunos cadáveres en posición alargada, así como tumbas simbólicas (sin cuerpo pero con ajuar). Pero donde se evidencia de forma indiscutible la existencia del Estado es en la Gran Necrópolis de Varna, donde aparecen tumbas de príncipes, rodeadas de sepulturas (reales o simbólicas) de altos funcionarios y mujeres, estando los complejos a su vez rodeados de tumbas normales. Cuando hablamos de Karanovo-Gumelnita estamos hablando pues de un importante Reino, anterior en algunos siglos a la monarquía del Nilo (v. Egipto), aunque posterior en al menos mil años a los estados sumerios (v. Sumeria).

La religión también muestra su renovada importancia. Los templos, aparecidos ya en la fase anterior, se generalizan, albergando en su interior altares decorados en rojo sobre blanco con motivos solares y espirales. Se evidencia una Religión Solar, asociada al Culto de la Gran Madre, cuyos ídolos (muy esquematizados) siguen apareciendo por todas partes. También se encuentran figurillas votivas con rasgos individuales, tanto femeninas como masculinas y de pareja.

La cerámica, en fin, sigue las formas de pintura al grafito de la última fase de Boian, apareciendo después nuevas formas como copas de borde grueso sin decorar, recipientes finos de dos asas y los "askoi".

La provincia del noroeste

También heredera de Boian-Marica, pero mediatizada por factores locales, como la irrupción de los vecinos no danubianos (¿proto-albaneses?)de Serbia en Valaquia Occ., aparece en el noroeste de Bulgaria la cultura de Gradesnica-Krivodol, que se caracteriza por su especialización en la orfebrería del oro y en la fabricación de características hachas dobles ("labrys") de cobre . Se trata seguramente de un país-tapón, que mantiene fuertes lazos con Karanovo-Gumelnita, así como con sus vecinos aimones del norte.

Cucuteni - Tripolje

Abarcando la región de los Danubianos Orientales (Ucrania occidental, Moldavia) y parte de Transilvania, esta cultura de recipientes globulares y poblados rodeados por fosos y terraplenes, modifica las tradiciones fúnebres practicando el enterramiento en postura extendida. El culto a la Diosa y a las divinidades animales adopta formas más definida, construyéndose templos y altares al aire libre, así como fosas rituales en las que aparecen, junto a restos animales, vasos, cenizas y trozos de adobe, huesos humanos, lo que da pie a hablar, por primera vez en Europa, de posibles sacrificios rituales de personas. Por otra parte, la aparición de cerámica impresa a cordón evidencia importaciones desde Serednij-Stog II.

La cultura de Lengyel IV

La nación Danubiana Meridional (Panonia Occidental) es la otra cultura de este grupo que se muestra fuerte y expansiva en esta época.

Estas gentes viven en casas de 300 m² y dos habitaciones, construidas con postes de madera y ramaje trenzado, junto a la que cavan dos fosas rituales en las que depositan ofrendas. Los poblados de llanura se rodean de empalizadas, mientras que los de altura están circunvalados por fosos y terraplenes. Su vajilla es roja sin decorar y la metalurgia experimenta un fuerte auge relacionado con Panonia Oriental (Tisza). Los enterramientos siguen la tradición (flexionados y sin ajuar), al tiempo que la religión parece sufrir una crisis intensa, abandonándose los santuarios y apareciendo muy pocos ídolos de la Gran Madre (muy estilizados).

Probablemente este pueblo se organice en forma confederal, puesto que no se encuentran rasgos jerárquicos claros, extendiendo su influencia a las tribus danubianas septentrionales, que a tenor del grado de asimilación, son seguramente incorporadas a la "Confederación Danubiana", ya sea por la fuerza de las armas, ya por la necesidad de alianza de los norteños frente a las corrientes que llegan del Este. Además se colonizan tierras de menor calidad, señal inequívoca de un fuerte crecimiento demográfico.

Las dos tendencias de los danubianos occidentales

(Alemania occidental)

Las tribus meridionales de esta nación continúan la tradición de la cultura de Rössen con escasas variaciones, diversificándose en grupos regionales. La tribu de Baviera (grupo de Aichbul) recibe fuertes influencias de Lengyel.

Sin embargo, las tribus del norte se ven intensamente influenciadas por los ucraniano-escandinavos, hasta el punto de la aculturación, tanto de origen nórdico como centro-danubiano. Las gentes de esta nueva cultura de Michelsberg habitan en chozas ligeras, agrupadas siempre en poblados fortificados situados en espolones montañosos, desde donde se dedican al pastoreo de vacas. La construcción de santuarios ("camps") de empalizadas y fosos (que ahora quizá cumplan una función defensiva, aunque están siempre en llanuras) alcanza un nuevo auge con este pueblo, que dedica parte de sus recursos humanos a la extracción de sílex de minas subterráneas. Aunque conocen la metalurgia, al igual que sus vecinos del sur, sus armas continúan fabricándose en sílex, con la forma característica de hachas-martillo. Sus cementerios, cercados de piedras, albergan tumbas individuales en posición alargada o flexionada. También existen tumbas colectivas en cuevas, pozos o cistas.

Los danubianos occidentales "reformistas" de Michelsberg irán ganando terreno hacia el sur hasta la completa asimilación de sus parientes, en lo que indudablemente tuvo que ser un conflicto político-social de envergadura.

Los Tiszanos

Entre Europa Central y los Balcanes

A la cultura integradora de Tisza, en la cuenca del río que le da nombre, le sucede la de Tiszapolgar, también de tradición tesalia pero mucho más desarrollada, tanto en metalurgia como en estratificación social, visible en los ajuares (algunos incluyendo hachas "mágicas", nódulos de sílex importado y hachas martillo de cobre).


La evolución mediterránea

La Gran Alianza Ligur

Gestada en los últimos siglos del período anterior, al parecer por influjo nor-italiano, aparece en Occitania la importante cultura de Chassey, caracterizada por un fuerte incremento demográfico, que conduce a la colonización de regiones periféricas (Macizo Central, Poitou, Garona), y a la consolidación agraria (arado). Es típica de esta etapa la extracción y comercio de una variedad de sílex de color miel, al tiempo que se fortifican los poblados con fosos y empalizadas. Las distintas facies líticas señalan probablemente los dominios de las distintas tribus, que parecen haberse federado en pos del comercio y el bienestar común. Aún no se conoce la metalurgia.

En torno a la Confederación Ligur de Chassey se asocian, recibiendo su influjo otras culturas post-cardiales (v. Cerámica Impreso-Cardial), como La Lagozza (Italia Norte), Cortaillod (Suiza Occ. y Saboya) y la cultura de Tumbas de Fosa (Cataluña).

La expansión atlántica de la cultura megalítica

Dólmen encontrado en Portugal

Si en la etapa anterior los dólmenes habían comenzado a salir de su núcleo hasta Armórica, después de -3500 se extienden rápidamente a todas las regiones aborígenes (no aculturizadas) del Atlántico, hasta alcanzar, en forma minoritaria, a la mestiza Escandinavia. Precisamente este es el momento en que en Iberia meridional, sobre todo en Portugal y Almería aparecen abundantes importaciones ultramarinas, de origen norte-africano (marfil, cáscara de huevo de avestruz) y escandinavo (ámbar).

Tras esta expansión, en el Centro Espiritual Megalítico de Extremadura (Portugal), aparecen nuevos tipos de sepulturas megalíticas relacionadas al parecer con influjos que, si nos atenemos a las fechas conocidas, serían más anatolios o sirios que egeos . Los nuevos modelos de tumbas colectivas son los "tholoi" de falsa cúpula, las cuevas artificiales y los silos, usándose también cuevas naturales. También difusamente relacionados con el Egeo, aparecen ídolos zoomorfos y antropomorfos (femeninos) y placas de pizarra decoradas, que han resultado ser crípticos predictores astronómicos (los calendarios de pared de la época).

Se desconocen totalmente los asentamientos, y tampoco se han encontrado restos humanos, destruidos ambos al parecer por la fuerte acidez de los suelos. Sólo cuando empiecen a construir fortificaciones de piedra, en la siguiente fase, empezaremos a encontrar los restos de sus poblaciones.

Las invasiones indoeuropeas

Y otras transformaciones del final del período

En los últimos siglos del IV milenio se producen importantes cambios que afectan a gran parte de los pueblos de Europa Central y los Balcanes Orientales. En medio de ellas aparecen dos grupos de invasores indoeuropeos. Al septentrional, y más importante, le llamaré arbitrariamente nación Hiperbórea, ya que parece ser el embrión de la mayoría de los pueblos europeos históricos (celtas, germanos, itálicos, ilirios y quizá otros). El meridional debe de ser el precursor de los griegos indoeuropeos (aqueos).

Oleadas:

  • 1600 a. C. Aqueos
  • 1400 a. C. Eolios y Jonios
  • 1100 a. C. Dorios

Los Aqueos se instalan en el Peloponeso y fundan ciudades, entre ellas: Micenas Tirinto y Argos. Se la llama la civilización Micénica.

Los Eolios se instalaron principalmente en el oeste de Grecia, en Epiro y Tesalia.

Los Jonios en el este de Grecia, en Beocia y Ática.

Los Dorios forman Esparta y Corinto. Utilizando armas de hierro, los Dorios van a conquistar, devastar y saquear ciudades. En el año 1000 a.C atacaron Creta y la desolaron.

La cultura indoeuropeo-danubiana del Saale

La pequeña cultura danubiana de Gatersleben se ve sustituida por otra englobada en el ámbito cerámico de los vasos de embudo. Se trata de la cultura de Baalberge, conocida sobre todo por sus tumbas que alternan el tradicional enterramiento en postura fetal, con túmulos de indudable origen indoeuropeo, cuyo uso acaba generalizándose. Cierta jerarquía social, dentro de un contexto meramente agrícola, se evidencia en sepulturas con mayor cantidad de ajuar cerámico, en torno a la villa fortificada de Halle-Donauer-Heide, señalándonos la capital del país.

Esta cultura emprenderá la colonización de la selva de Brandemburgo y conquistará a los nórdicos Baja Sajonia, Mecklemburgo y Cuyavia, penetrando también en el territorio danubiano (Moravia Septentrional).

La evolución escandinava

Coincidiendo con esta intrusión indoeuropea, la cultura nórdica padece un proceso de militarización, con la construcción de grandes fosas defensivas (posiblemente contra los carros) y la intensa fabricación de armas (larguísimas hachas de sílex, hachas-martillo en piedra dura, flechas cortantes, puñales de cobre). La metalurgia empieza a cobrar fuerza a pesar de que debía importarse la materia prima, quizá desde Iberia a cambio de ámbar.

Los ritos funerarios se diversifican, apareciendo, junto a las tumbas simples, otras rodeadas de piedras, enterramientos en cistas de piedra o madera y, más significativamente, enterramientos colectivos en dólmenes de corredor, en los que aparece una cerámica decorada de forma distintiva.

La ruptura de la confederación danubiana

También es contemporáneo con Baalberge el desmembramiento de la gran cultura de Lengyel, que retrocede a sus posiciones iniciales. En el norte (Bohemia, Silesia, Moravia Norte) se configura la cultura de Jordanów, último exponente danubiano en el área, caracterizada por sus grandes adornos de cobre en forma de doble espiral.

En el sur existe continuidad con la cultura de Lengyel V, transformándose las aldeas, que ahora constan de casas pequeñas en torno a una grande (ésta como las del período anterior). La cerámica adopta colores oscuros, percibiéndose influjos de la vecina cultura de Bodrogkeresztúr (Tisza).

El reino del Tisza

Durante el mismo período los Tiszanos, pasan de la cultura pre-estatal de Tiszapolgar a la plenamente estatal de Bodrogkeresztúr, en la que se detectan varias tumbas de príncipes. La metalurgia del cobre, ya desarrollada, alcanza su apogeo, apareciendo hachas dobles, como en Gradesnica-Krivodol. Es obvia la necesaria especialización de artesanos y mineros, extrayéndose cobre local. En el último siglo del IV milenio, tras la irrupción de los indoeuropeos meridionales (proto-griegos), esta cultura se divide en dos, bajo los respectivos influjos de Tripolje (norte) y Salcuta (sur).

Las invasiones indoeuropeas en los Balcanes

Finalizando el milenio, se detectan grupos invasores extranjeros dispersos por los Balcanes, que dejan un rastro de tumbas tumulares aisladas, con ocre, útiles de cobre, lingotes de cobre y oro, adornos y cetros de piedra, con extrañas formas zoomorfas.

Hay una necrópolis en el vértice del delta del Danubio (Brailita), que quizás indique la base central de los invasores. Directamente relacionada con estos intrusos, aparece finalmente en Valaquia Or. y Dobruja la cultura de Cernavodă I, que avanza a expensas de Karanovo-Gumelnita.

El calcolítico medio (3000 a. C. - 2500 a. C.)

Esta etapa se caracteriza en primer lugar por el resurgir danubiano, liderado por la importantísima cultura de Baden-Pecel, que reúne a todos los pueblos danubianos y tesalios aún existentes en Europa Central. También es la época de apogeo del Megalitismo, en consonancia con los nuevos desarrollos (civilización) en Estremadura (Portugal) y la relacionada Almería. Es también la época del gran salto desde el simple neolítico a la civilización en el Egeo (Cícladas y Creta). Sin embargo, es una época de vacas flacas para los indoeuropeos occidentales, que ven muy limitado su ámbito.

El reparto de los Balcanes orientales

(Bulgaria y Valaquia)

Al final del IV milenio vemos desaparecer el Reino de Karanovo-Gumelnita bajo la presión de los invasores indoeuropeos de la cultura de Cernavoda I. A principios del III milenio encontramos los antiguos dominios de este estado, repartidos entre tres culturas muy diferentes entre sí.

Ezero

La parte del león, es decir la mayoría de Bulgaria y la costa norte del Egeo, pertenece a la cultura de Ezero, cuyos ritos fúnebres la asocian a los aborígenes europeos orientales, posiblemente llegados con los indoeuropeos. La villa de Ezero, al parecer nueva capital, se muestra fortificada, albergando en su interior viviendas que, en lo esencial, siguen la tradición local. La metalurgia continúa desarrollándose, apareciendo los primeros objetos de cobre arsenicado (pseudo-bronce). Entre los objetos rituales encontramos imágenes de la Gran Madre, hachas rituales y unas característicos ídolos de arcilla en forma de ancla, de origen egeo, que se encuentran también en otras culturas balcánicas .

La marca del bajo Danubio

Al norte, en Valaquia Or. y Dobrudja, encontramos la cultura de Cernavoda III, que, pese al nombre, no tiene ningún rasgo indoeuropeo, sino que más bien parece originaria de los Balcanes occidentales, quizás con presencia aborigen oriental. Su economía pastoril y la gran importancia del caballo, hacen que esta región parezca una marca defensiva, organizada intencionadamente para defender los Balcanes de la amenaza indoeuropea. Algo posterior, pero siempre en el contexto de Cernavoda III, es la cerámica llamada Cernavoda II, que parece de tipo danubiano.

Los baluartes indoeuropeos

La única cultura con fuertes rasgos indoeuropeos que queda en la región es la de Cotofeni, que se extiende por los territorios de Bulgaria NO, Valaquia Occ., Transilvania SE y una parte del Banato. En estas regiones abruptas es donde al parecer acaban refugiándose los invasores, tras el reequilibrio que sucede a la victoria.

Los poblados de esta cultura buscan lugares defendidos, o bien se protegen con fosos, habitando alguna gente en cuevas. Los enterramientos se realizan en túmulos con varias sepulturas, generalmente de inhumación. El culto gira en torno a la Gran Madre, las hachas rituales, las divinidades animales, las anclas, y un ídolo en forma de rueda.

La unificación de Panonia

El pueblo del Cromlech

Tras la destrucción del Reino del Tisza y los reveses de la Confederación Danubiana, aparece en Panonia (la cuenca media del Danubio) una transición cultural conocida como Grupo de Boleráz. Estas gentes misteriosas, pero sin duda danubianas, habitan en pueblos fortificados con fosos y terraplenes, veneran a la Gran Madre y a los dioses animales y poseen una cerámica de boca de embudo, bruñida con brillos metálicos, de excelente calidad. Pero su rasgo más característico es su ritual funerario de incineración en pequeños círculos de piedras conocidos como crómlech, aportando un ajuar repetitivo consistente en: jarra, copa, hachas de piedra dura (es decir: armas, no meramente rituales)y adornos de conchas. Estas gentes, quizá organizados como facción político-religioso-militar, son el catalizador que transformará la dispersión cultural tesalio-danubiana en una unidad, capaz de ser la primera potencia europea del momento: la cultura de Baden (o Baden-Pecel).

Conviene repasar aquí los antecedentes del ritual funerario, para entender los influjos que pudieron converger en el modesto pero genial cromlech, así como en el discreto pero influyente pueblo que lo utilizó como última morada. La incineración la encontramos, en forma minoritaria pero persistente, por todo el trayecto de los danubianos centrales, y muy especialmente en la primera fase de los danubianos septentrionales (Cerámica Puntillada).

El cercado de la tumba con piedras lo encontramos entre los escandinavos de TRBK-C, aunque un antecedente algo más antiguo pero también más difícil de relacionar está en los cercados de túmulos de los indoeuropeos centroasiáticos. Otro parecido lo podemos encontrar en la costumbre de los danubiano-renanos de Michelsberg de cercar sus cementerios (pero no sus tumbas individuales) con piedras. Personalmente me inclino por darles un origen nor-danubiano, algo influido por Escandinavia. Pudieron tener su génesis en las luchas que ambos pueblos debieron de mantener contra los indoeuropeos de Baalberge, a los que acabaron arrebatándoles casi todas sus conquistas.

También merece la pena anticipar algunas de las formas fúnebres que debieron de tener su origen en este grupo. Primeramente encontramos otros cromlech en el Pirineo (aislados en el interior de un contexto plenamente megalítico), que la tradición vasca (v. vasco) asocia invariablemente a unos genios conocidos como Mairuak, a su vez asociados a las ninfas de la mitología local, llamadas Lamiak. El cromlech vasco es también sepultura de incineración (aunque a veces está vacío) pero no presenta ajuar; también es algo mayor. Pienso que estos cromlech deben estar directamente asociados con Boleráz-Baden, probablemente en el contexto de la expansión danubiana hacia Aquitania (v. infra).

Otra importante legado del rito de Boleráz lo encontramos en la cultura de la Cerámica de Cuerdas (probablemente indoeuropea pero con muchas influencias de otros pueblos), donde se repite un ajuar estereotipado muy parecido al panonio: vaso, ánfora (en lugar de jarra), hacha ritual (en lugar de verdadera) y útiles lítico-óseos (en vez de abalorios de conchas). Eso sí en enterramientos flexionados bajo túmulo - las incineraciones son raras y el cromlech absolutamente desconocido, aunque sí que heredan el estilo cerámico panonio más tosco (la cerámica de cuerdas).

Baden

Volviendo a los acontecimientos, tras Boleráz, emerge de las antiguas culturas de Lengyel (danubianos meridionales) y Sopot (pueblo mezclado de Eslavonia muy influidos ya por Lengyel) la gran cultura de Baden que, con centro en Panonia, se incorporará en breve a los danubianos septentrionales, ocupando un territorio casi idéntico al del estado Austro-Húngaro de los Habsburgo. El poderío demográfico también se refleja en la intensificación de la ocupación del territorio (colonización interna). Los poblados de esta cultura, que se sitúan a menudo en alturas y suelen estar fortificados, evidencian una gran estabilidad y persistencia. La cerámica es heredera de la de Boleráz, añadiendo tipos nuevos al repertorio de vajilla.

El culto parece centrado, más que nunca, en la Gran Madre exclusivamente, apareciendo también algunas estatuillas humanas, posiblemente ofrendas. El ritual fúnebre es de lo más variado, con grandes necrópolis de enterramientos individuales en posición flexionada junto a sepulturas colectivas (algunas en posición sentada, con los rostros quemados y los primeros torques de la arqueología europea, después comunes entre los celtas). También hay incineraciones en diversas formas, tumbas múltiples, sepulturas simbólicas (vacías) y tumbas rituales con animales (tanto aisladas como asociadas a enterramientos humanos).

Posteriormente la Confederación Panonia (no hay rastros explícitos de monarquía) se extenderá a Bohemia, Silesia y la Gran Polonia.

El repliegue de los hiperbóreos

Los pueblos indoeuropeos noroccidentales que se establecieron (mezclándose) con la expansiva cultura de Baalberge, hallan aquí también el amargo sabor de la derrota, perdiendo los territorios arrebatados a los Escandinavos en el norte, así como la avanzadilla de Moravia Septentrional, de nuevo en manos danubianas (panonias). Sólo persisten en el núcleo del Elba-Saale y en la remota pero estratégica Cuyavia.

En Alemania Oriental, la cultura de Salzmünde, es prácticamente una extensión de su antecesora. Por su parte, Cuyavia vive la cultura de Wiórek, caracterizada por sus túmulos alargados.

Los pueblos nórdicos

Los pueblos herederos del mestizaje ucraniano-escandinavo acontecido 500 años atrás, en los comienzos de la cultura de los vasos de embudo (TRBK), se dividen ahora en dos naciones bastante diferenciadas.

Escandinavia

En Dinamarca, Schleswig-Holstein y el Sur de Suecia, continúa la evolución con la TRBK Reciente en poblados fortificados con fosos y terraplenes. La religión parece cobrar bastante importancia con la construcción de templos con fosas rituales y la fabricación de copas y cucharas para los casi seguros ritos de libación. También en relación con esta elevada espiritualidad debe de considerarse el notable aumento de sepulturas colectivas en dólmenes, en los que el corredor de acceso evidencia tener una función ritual.

Aunque la economía es continuista, se documentan carros, barcos y algunos caballos. Los artesanos perfeccionan la talla del ámbar, aparecen los primeros brazaletes de oro y continúa la producción de hachas-martillo en piedra dura (armas), aunque también hay algunas en piedra de calidad (emblemas). Los objetos de cobre destacan ahora por su escasez. La cerámica continúa la tradición existente, apareciendo nuevos tipos de vajilla, tanto ritual como doméstica; la decoración se torna cubriente, incrustándose de colores rojos y blancos.

Baja Alemania

En Holanda, Baja Sajonia, Mecklemburgo, Altmark y Brandemburgo se define ahora la cultura de la Cerámica de Impresiones Profundas (TSK en las siglas alemanas). Estas gentes habitan en poblados sencillos instalados en terrenos arenosos, pantanosos o costeros, enterrando a los suyos tanto en fosas individuales, como colectivamente en dólmenes, con ajuares de cerámica, útiles, armas, adornos y hachas rituales.

La cerámica se supone profesional, adoptando formas perfiladas y estando decorada con las características impresiones profundas. De su religión sólo conocemos que depositaban hachas de sílex en pantanos, al igual que sus antecesores nórdicos de 'TRBK-C.

Este pueblo, cuyo carácter guerrero queda atestiguado por la inclusión de armas en los ajuares fúnebres, se constituye durante o después de la reconquista de casi todo su país a los hiperbóreos, arrebatando luego a los danubianos de Michelsberg, Westfalia y la Renania Septentrional.

La nueva disgregación de los danubianos occidentales

Si la cultura de pueblos fortificados de Michelsberg, como vimos, muy influida por nórdicos y danubianos meridionales, consigue en la etapa anterior reunificar a las tribus danubianas occidentales, ahora tiene que ceder a las tendencias centrípetas que parecen renacer en las áreas que habían permanecido fieles, en un principio, a la tradición de Rössen. La unificación ha resultado ser pues efímera, quizás debido a los intereses extranjeros que parecen jugar insistentemente sobre el país del Rin.

Las culturas megalíticas arcaizantes de Horgen y Altheim

Ya comenzando el nuevo milenio, aparece en la Suiza danubiana (oriental) y en el Sur de Würtemberg, la cultura arcaizante y megalítica de Horgen, que ignora prácticamente la metalurgia y la cerámica (sólo fabrican grandes y toscos recipientes de almacenaje). La industria lítica, sin embargo está bien desarrollada, con azuelas y hachas-martillo como principales exponentes. Los poblados de estas gentes, situados junto a lagos y turberas o en alturas, persisten durante medio milenio.

Muy emparentada con Horgen está la cultura bávara de Altheim, que muestra un importante influjo, quizá también migratorio, de los indoeropeos de Salzmünde, lo que señala que, pese a las derrotas, los indoeuropeos siguen activos en política exterior, siendo quizá uno de los factores estimuladores de los grupos arcaizantes segregados de Michelsberg.

Otro factor sería quizás la expansión de la religión megalítica, apoyada seguramente desde los países nórdicos (que también se benefician del declive de Michelsberg) y quizás también desde Occitania, donde también florece el megalitismo en medio de la disgregación de la alianza regional y donde encontramos una cultura, derivada de Chassey, con muchos parecidos con Horgen: la cultura de Auvernier (antes conocida como Saona-Ródano).

Claro que el Centro Espiritual Mundial del Megalitismo sigue estando en Portugal (v. infra), por lo que no podemos descartar que, a través de actores intermedios y de una muy probable red de sacerdotes astrónomos (que seguramente promovían ya la versión primigenia del Camino de Santiago) los antiguos portugueses hayan intervenido en la geopolítica de la Europa Centro-Occidental de la primera mitad del III milenio.

La disolución de la confederación Ligur

La cultura de Chassey se disuelve, doblado el milenio en grupos de dimensión tribal o regional. Se aprecia una alta densidad demográfica en la valorización de nuevas tierras. Los poblados son pequeños, albergando casas con muros de piedra en seco y tejado a doble vertiente. Algunos de los pueblos de Provenza están fortificados, habiéndose encontrado además dos fortalezas de esta época en Hérault.

El hallazgo de puntas de flecha en algunos esqueletos, junto a la práctica exitosa de trepanaciones para curar traumatismos craneales, inducen a hablar de una situación de guerra. Adicionalmente, es un hecho que se interrumpe el comercio de sílex melado y obsidiana, diversificándose los puntos de extracción de piedra. También se empieza a trabajar el cobre, extraído localmente.

Los enterramientos son colectivos en formas megalíticas variadas, incorporando las últimas modas ibéricas ("tholoi", cuevas naturales y artificiales) e innovando con hipogeos y enterramientos en galerías de mina.

La abundante cerámica, que define cinco grupos tribales, sufre inicialmente un empobrecimiento formal y la pérdida de la decoración.

La cultura de Saona-Ródano

(Auvernier)

Es un pueblo descendiente de Chassey y Cortaillod, que ocupa la cuenca media y alta del Ródano, habitando en pequeñas aldeas bastante móviles de casas de madera. Su industria principal es de asta, mientras que su cerámica es una forma muy degenerada de sus antecesores. Los enterramientos se realizan en dólmenes simples y, más tarde, en cistas.

Vila Nova y los Millares

En este período aparecen en la Península Ibérica las primeras civilizaciones locales, enraizadas respectivamente en la cultura megalítica portuguesa y la cultura Almeriense. La característica de civilización viene dada por la existencia de villas fortificadas, que alcanzan en algunos casos un considerable tamaño (Los Millares, Zambujal). A pesar de sus distintos orígenes, ambas civilizaciones evolucionan de forma convergente, compartiendo cada vez más rasgos (ídolos, enterramientos, importaciones).

En la época de su descubrimiento se habló mucho de fortificaciones coloniales, por su proximidad al mar y sus supuestos parecidos con las civilizaciones egeas, e incluso con otras de cronología incongruente como Tell Halaf, cuna de los "tholoi". Los hechos mandan y hoy todavía no se ha encontrado un solo objeto de procedencia oriental, aunque algunos ídolos tienen sin duda semejanzas (Diosa Madre). Entre ambas civilizaciones se extiende las regiones, andaluza, sur-portuguesa y extremeña, las dos últimas muy influidas por Vila Nova, donde aparecen poblados, muchos fortificados, y, sobre todo megalitos tanto clásicos (dólmenes de corredor) como modernos ("tholoi", cuevas artificiales).

Como en la fase anterior, las importaciones de materiales africanos y escandinavos (ámbar) están a la orden del día, ya no sólo en Portugal sino también en Los Millares y otras zonas del sur ibérico. Aunque la Comunidad Valenciana permanece estancada en su desarrollo general durante el calcolítico y la posterior edad del bronce, es aquí donde aparece la primera evidencia de contactos directos con el mediterráneo oriental en forma de cuentas de vidrio verde que debieran ser cretenses o egipcias.

Vila Nova

En la Estremadura portuguesa y la península de Setúbal, se configura desde esta época hasta -1300 la Cultura de Vila Nova do Sao Pedro (VNSP), llamada así por un pequeño asentamiento fortificado del norte, donde se encontraron miles de puntas de flecha. La villa más grande es sin embargo Zambujal, situada justo en el centro de la península de Estremadura. En esta región aparecen un total de 21 asentamientos fortificados, junto a 10 megalitos del tipo de cuevas artificiales. Zambujal en particular parece haber sido reformada en su diseño unas seis veces en su historia, dejando siempre escasas entradas al recinto.

Además de los rasgos mencionados, son característicos de esta cultura los innumerables ídolos, epígrafe bajo el que se agrupan tanto los antropomorfos (Gran Diosa), como las placas de piedra decorada (predictores astronómicos), los báculos de pizarra, los "betilos" (columnillas troncocónicas de piedra con carácter votivo, al parecer de origen oriental), las lúnulas (colgantes de arcilla en forma de media luna) y las simples falanges de toro.

Los Millares

Artículo principal: Los Millares

Muy relacionada a lo largo de todo el calcolítico con Vila Nova, está la mayor ciudad de la península en esta época: Los Millares, situada sobre el río Andarax, que en aquella época debía de tener mayor caudal que en la actualidad, siendo seguramente navegable. Esta gran villa almeriense, se diferencia de su entorno sobre todo por sus dimensiones, así como por su cosmopolitismo. Los enterramientos de esta ciudad se realizan en "tholoi", de forma también colectiva, mientras que su icono religioso favorito es el llamado violín o cruciforme, una esquematización extrema de la Gran Madre.

El megalitismo en Italia

Es en el sur de esta península donde se desarrolla fuertemente el megalitismo, con sepulturas de planta muy compleja (a veces llamadas catacumbas). El caso más destacado es el de Malta, donde se aparece una original cultura de constructores de megalitos de carácter tanto funerario como monumental, muy influida por las culturas del Bronce Egeo. También la cultura de Gaudo (Campania) recibe influencias desde el Egeo, poseyendo una metalurgia del cobre muy desarrollada.

En el centro, la cultura de Rinaldone reproduce los modelos que llegan del sur, enterrando a los suyos también en formas más sencillas. En el norte, por su parte, la cultura de Remedello practica sus enterramientos en fosas simples y tumbas colectivas en cueva.

La total ausencia de hallazgos de poblados dificulta mucho la comprensión de la situación italiana, que, en cualquier caso, parece constantemente periférica respecto a otras áreas.

Las civilizaciones egeas

En Grecia meridional y las islas del Egeo asistimos desde 3000 a. C. a la súbita transición entre un neolítico simple de origen antiguo y las culturas navegantes de la Edad del Bronce. Es la llegada de extranjeros la que produce este cambio y parece razonable pensar, a tenor de las evidencias, que estos recién llegados son, al menos en parte, refugiados de la caída del Reino de Karanovo-Gumelnita, apoyados logísticamente desde Troya.

Cicládico

La primera civilización en desarrollarse es la de las islas Cícladas, donde, entre 2800 a. C. y 2200 a. C., florece una cultura con ciudades fortificadas (Melos y Syros), que precede al desarrollo de los Palacios de Creta. Son muy característicos de esta cultura unos originales ídolos de mujeres en pie desnudas.

Las estepas pónticas

Unificación Indoeuropea y Decadencia Danubiana

La coyuntura de Europa Oriental viene marcada por la intervención directa de los indoeuropeos de la "Jamnaja Kultura", que ocupan Ucrania Oriental, el Cáucaso y la costa del Mar Negro hasta el Delta del Danubio, marcando el fin por homogenización de la transitoria cultura de Serednij-Stog II. Las nuevas provincias arias se distinguen de la Madre Patria en el predominio del ganado vacuno y caballar. En Crimea y el Cáucaso se distinguen facies regionales. En el Cáucaso norte se encuentra además una tumba real (Maykop), quizás la del caudillo artífice de esta expansión o uno de sus sucesores.

Los pueblos danubianos orientales de la antigua cultura de Cucuteni -Tripoljé, se dispersan ante el empuje indoeuropeo en varios grupos regionales. Se percibe un claro descenso demográfico, causado quizá por guerras, expediciones esclavistas o epidemias .

En la cuenca del alto y medio Dniéper aparece el Grupo de Sofijevka, caracterizado por sepulturas de incineración a menudo muy próximas entre sí. Ni la geografía ni los hallazgos lo relacionan con los danubianos orientales, como ocurre con los grupos tribales de más al sur. Los ritos fúnebres lo ponen en contacto con los danubianos septentrionales, mientras que la geografía aboga por un sustrato aborigen oriental, que se ve confirmado por la ocasional presencia de ocre en las tumbas.

Pienso que es producto de una intervención consciente por parte de los panonios para bloquear el contacto entre Indoeuropeos Orientales y Occidentales, con el fin de absorber y neutralizar a estos últimos.

Los hiperbóreos en los siglos

En los siglos XXVIII y XXVII: Danubización y Preludio Expansivo

En las regiones centroeuropeas que permanecen en manos de culturas indoeuropeas, Saale-Elba y Cuyavia, se observa en la segunda parte del calcolítico medio un acusado proceso de asimilación cultural por sus vecinos. Debemos recordar que el sustrato de estas gentes es danubiano, lo que podría favorecer las influencias culturales de este origen.

Walternienburg-Bernburg

Con este nombre impronunciable se conoce a la cultura heredera de Baalberge y Salzmünde, muy influida por los escandinavos de TRBK Reciente y, al parecer, una transición hacia su cultura sucesora de las Ánforas Globulares. Los enterramientos son variopintos, predominando ahora las sepulturas colectivas en cistas, al igual que en varios grupos de Michelsberg tardío. Su influencia se hace sentir sobre sus vecinos danubiano-occidentales del Alto Wesser (grupo de Wartberg), sobre los que seguramente ejercen un protectorado defensivo frente a los nórdicos de TSK.

Lubon

Los hiperbóreos orientales se instalan a hora en poblados fortificados, explotando intensivamente minas de sílex y sal, con cuyo producto comercian a escala regional. Está confirmada la presencia del caballo doméstico y el uso del buey como tiro. Es en los enterramientos donde se nota más el retroceso de la cultura indoeuropea, con la desaparición de los túmulos. Algunas tumbas aparecen ahora rodeadas de piedras (señalando un posible influjo panonio).

Estas gentes experimentan ahora una considerable expansión, consolidando su dominio sobre la Pequeña Polonia y extendiendo su presencia a Ucrania Noroeste, donde sustituyen a la avanzadilla danubiana de Sofijevka. Cabe deducir de estos movimientos que, política y militarmente, estarían enfrentados a los panonios de la cultura de Baden, en pleno apogeo.

La cultura de Sena-Oise-Marne

Y las Penetración Danubiana en Armórica

Sena-Oise-Marne

En la Cuenca del Sena y en Bélgica, hasta entonces parte del ámbito de Michelsberg, se producen a partir de -2800, fuertes cambios que probablemente apuntan a una intervención de las tribus arcaizantes de Horgen, grupos nórdicos e hiperbóreos occidentales. Se detecta una alta densidad demográfica, abandonándose las fortificaciones y los santuarios ("camps"). La cerámica decae bruscamente a un único tipo llamado "florero", que seguramente es en realidad un tipo de botella.

Los enterramientos adoptan ahora formas colectivas, con incineración ocasional, mayormente en megalitos de tipo evolucionado (galerías e hipogeos). Hay también cámaras de madera y chozas funerarias. El ajuar es variado, incluyendo las ubicuas hachas rituales (en variscita), amuletos en forma de hacha, abundantes flechas e industria varia.

Refugiados danubianos en Armórica

Coincidiendo en el tiempo con las transformaciones en el Sena, aparecen sobre la cultura megalítica armoricana, entre el Sena y el Loire, abundantes manifestaciones de indudable origen michelsbergense, como poblados fortificados y camps. Todo ello junto a una explosión demográfica espectacular que bien puede reflejar una migración masiva de refugiados danubianos. Continúan sin embargo los enterramientos en megalitos, que disminuyen de tamaño, así como las tradiciones cerámicas locales.

Entre el Loire y el Garona, la transformación es más acusada, con innumerables "camps" y fortificaciones. Los enterramientos son individuales en simples fosas, aunque también se reutilizan los megalitos de épocas anteriores. La cerámica de origen local, evoluciona hacia una decoración más compleja.

La evolución armoricana en los siglos

En los siglos XXVI y XXV

Desde 2600 a. C. se nota en Armórica septentrional una clara influencia de Sena-Oise-Marne, que podría ser incluso una penetración militar. Como reacción aparece de manera insospechada en Dordoña una nueva cultura, que tendrá mucha importancia en los siglos posteriores. Se caracteriza por su abundante armamento (puñales y flechas), el retorno a la sepultura colectiva (en formas sencillas) y el establecimiento de redes comerciales basadas en los importantes talleres de sílex de Grand Pressigny. Es la cultura de Artenac.

La reunificación hiperbórea

En la transición entre los períodos del Calcolítico Medio y Reciente (d. 2600 a. C.), se configura en Europa Septentrional la gran cultura de las Ánforas Globulares, cuyos precedentes podemos rastrear en Walternienburg-Bernburg pero que parece deber más su extensión geográfica a la otra cultura hiperbórea de los siglos anteriores: Lubon. De hecho abarca los territorios de ambas culturas, a los que anexionan nuevas provincias: Silesia, Bohemia, Gran Polonia, Brandemburgo y Mecklemburgo, a expensas de nórdicos y panonios, influyendo además sobre el resto de grupos nórdicos.

Da la impresión de que los caudillos de ambos grupos han trabajado a lo largo de los siglos con objetivos imperialistas claros que acaban cobrando forma en esta fusión, que precede a nuevas expansiones. Sin embargo, no han podido (o querido) evitar la danubización de su cultura, que se manifiesta en los enterramientos individuales flexionados, generalmente en cistas o fosas sencillas, en rituales de sacrificio y enterramiento de bueyes, así como en la propia cerámica que le da nombre, de indudable raigambre danubiana.

El calcolítico reciente (2500 a. C. - 1800/1700 a. C.

La última fase del calcolítico es la de la consolidación de los pueblos invasores indoeuropeos. Es también un buen momento para los aborígenes atlánticos pero supone prácticamente el final de los pueblos danubianos.

El período se abre con la irrupción de un nuevo grupo indoeuropeo, los cimerios, y continúa con la consolidación de los hiperbóreos en una gran cultura extrañamente estereotipada, así como con la afirmación de los aborígenes en el oeste. El largo final es apacible, con más de 500 años de estabilidad ocupados por el ir y venir de lo que parece un gemio internacional de comerciantes.

La irrupción de los indoeuropeos del Caúcaso

(Cimerios)

Aunque su origen es oscuro, pudiendo tener antecedentes en Asia Central, parece que el pueblo de la cultura de los kurganes, indudablemente los históricos cimerios, nació en el Cáucaso ocupado por los indoeuropeos. En realidad se parecen mucho a sus antecesores, cambiando sobre todo la forma de construir las tumbas. Los túmulos de estas gentes, más pequeños, cubren cavidades excavadas conocidas como catacumbas, a las que se accede por un estrecho pasadizo y en las que hay nichos laterales.

Los cadáveres, a menudo con el cráneo deformado (por alguna moda estética) se depositan flexionados sobre la espalda, como sus antecesores. También hay enterramientos en postura tumbada en fosas y cistas. Los ajuares son variopintos, con vasos impresos con cuerdas, útiles líticos, hachas rituales, objetos de cobre o bronce y adornos de metales preciosos, así como de hueso, conchas y porcelana. Como sus antecesores, algunas tumbas incluyen carros.

Este pueblo ocupa el Cáucaso y Ucrania Oriental y Sudoccidental, dando la puntilla a los danubianos orientales. Grupos aislados penetran en Cuyavia (grupo de Zlota, v. infra) y en Panonia.

La "Jamnaja Kultura" persiste, sin embargo, en su región originaria de más allá del Volga. Y dará lugar con el tiempo al histórico pueblo de los escitas.

Los oscuros cambios en Europa del norte

Las catacumbas de Cuyavia

Como indicábamos antes un grupo cimerio se introduce en Cuyavia, posiblemente con la complacencia de indoeuropeos locales, ya que el conjunto es muy híbrido. En las catacumbas de Cuyavia de suelo enlosado, encontramos los cadáveres colocados en postura flexionada lateral, con un criterio de diferenciación sexual. Así las mujeres reposan sobre su lado derecho y los hombres sobre su lado izquierdo . También encontramos tumbas de bueyes.

La unificación cultural

Poco después de esta irrupción cimeria, de forma misteriosa, aunque congruente con la evolución anterior, toda Europa Centro-Norte, desde el Rin hasta el Dnieper y desde las costas septentrionales hasta los Alpes y los Cárpatos, resultan unificados bajo una cultura tremendamente uniforme: la cultura de la Cerámica de Cuerdas.

De esta fase no se conocen poblados, quizá por ser demasiado precarios, aunque están comprobadas tanto la agricultura como el pastoreo, así como la presencia de caballos y carros de cuatro ruedas macizas.

La característica que define esta importante cultura son sus enterramientos, siempre individuales y bajo túmulo, en algunos casos con incineración, pero sobre todo sus ajuares completamente uniformes, que incluyen: un vaso, un ánfora, útiles líticos u óseos y hachas rituales. La diferenciación de sexos se invierte, acostando los cuerpos femeninos ahora sobre su lado izquierdo y los masculinos sobre el derecho.

Sólo en regiones concretas la construcción de las tumbas se permite algunas originalidades. Así en Polonia sigue habiendo catacumbas, mientras que en Alemania Oriental, existe decoración, tanto simbólica como representando flechas y arcos.

Da la sensación de que se trata de una organización religioso-político-militar, que en pocos años reúne a los hiperbóreos y somete, de mejor o peor grado a los danubianos occidentales y nórdicos meridionales, casi todos bajo fuerte influjo hiperbóreo en la etapa anterior. No parece que sean los cimerios de Cuyavia los inventores de esta organización, porque la inversión de las posturas fúnebres de género da la sensación de ser una reacción.

Además encontramos lo que parecen ser huellas del grupo de Boleráz en el diseño del nuevamente estereotipado ajuar. En cualquier caso, parece claro que la componente indoeuropea se reafirma con los túmulos individualistas, aunque el proceso de danubización de la etapa anterior ha dejado ya una huella indeleble en los indoeuropeos occidentales

La variante escandinava

Escandinavia no se libra de este fenómeno unitario, sino que ve como se abandonan los dólmenes en favor de las sepulturas individuales bajo túmulo, bajo los que se marca un surco de arado, con la misma forma de diferenciación sexista que en la cultura de la Cerámica de Cuerdas. El ajuar se diferencia algo, con vasos, adornos, herramientas líticas y, a menudo, hachas decoradas. Se realizan sacrificios y depósitos de herramientas líticas en pantanos.

Al parecer se trata de una evolución local bajo un muy fuerte influjo de sus vecinos del sur, aunque no podemos descartar presiones militares directas, que serían aprovechadas por una facción "anti-megalítica", que desde luego existe durante todo TRBK. Es muy probable que éste sea el momento de nacimiento del pueblo germánico.

La reconquista aborigen en el oeste

Mencionábamos de pasada la sorpresiva aparición de la cultura de Artenac en Dordoña hacia 2600 a. C., cultura que se caracterizaba por su abundante armamento de tiro y el retorno a los enterramientos colectivos. Después de 2400 a. C., estas gentes incorporan Aquitania y retoman rápidamente a los danubianos toda Armórica, la región del Sena y Bélgica. En estas dos últimas provincias persistirá alguna diferencia con el grupo de Le Gord.

¿Cómo surge Artenac? Sólo podemos especular. Sabemos que la cultura aborigen del occidente francés estaba seriamente amenazada por la presión de Sena-Oise-Marne y los refugiados que éstos provocaron. Sabemos también que, muy probablemente contemporáneos con el avance danubiano, aparecen en el Pirineo los cromlechs, que sólo pueden venir de la lejana Panonia. Sabemos que tanto panonios como vilanovianos, junto a otras potencias menores, intervenían activamente en las disputas políticas de las tribus danubianas occidentales. Es posible que dentro de este guirigay, la Confederación Panonia, haya enviado una expedición contra el centro de la cultura megalítica: Vila Nova, instalándose entre los aborígenes del Pirineo (vascos) y provocando la aparición de fortificaciones defensivas tanto en Portugal como en Almería, así como anómala la aparición del crómlech en el Pirineo.

Las fechas más probables de la edificación de las fortificaciones de Vila Nova (y de Los Millares, que en ningún caso es anterior) se sitúan hacia 2600 a. C., justo a tiempo para que la presión danubiana y otros conflictos continentales pudieran tener efectos en la península ibérica, justo en el nacimiento de la cultura fronteriza de Artenac. No hay fechas para los crómlechs pero, si acaso, debieran estar dentro de un orbe que no va más atrás que -2800 (inicio de Sena-Oise-Marne) ni más allá que 2400 a. C., fecha de las victorias artenacienses.

La siguiente pregunta es: ¿tuvieron algo que ver las gentes de los cromlechs, mairus y lamías de la mitología vasca, con el desarrollo de nuevas tácticas militares basadas en el uso del arco? Esta táctica se encuentra primero en Sena-Oise-Marne y sólo después en Artenac o en Vila Nova. Hay más cuestiones, como la súbita aparición de ídolos de la Gran Madre en la península, aunque a éstos se les suele atribuir un origen cicládico muy dudoso .

Fuera como fuere, el hecho es que, con Artenac, aborígenes occidentales e indoeuropeos se tocan por vez primera en las cercanías del Rin (excluyendo, claro está, el caso escandinavo). Y, en vez de entrar en conflicto, disfrutan de un milenio de paz.

La evolución Panonia

La incursión de los cimerios en Panonia parece tener cierto efecto a pesar de su reducida dimensión. La nueva fase (cultura de Vucedol) es en muchos aspectos continuísta con la ya consolidada tradición panonia, aunque también incorpora bastantes novedades. Así, la cerámica, de excelente calidad, adopta un nuevo estilo de acabado pulido con fondo negro, la decoración sigue con motivos lineales (puntillado-acanalado, incisiones, impresiones), trazando también espirales y círculos concéntricos (que podrían tener significado solar) e incrustando pasta de colores rojo-blanco-amarillo. En la tecnología predomina el uso del asta, que se utiliza también para la producción de hachas rituales; prosigue también la metalurgia del cobre, sobre todo en la fabricación de diversos tipos de hachas.

Cabe destacar que se percibe una clara jerarquización en muchos lugares, poco visible en los enterramientos pero sí en las viviendas. Además en la misma Vucedol (cerca de Belgrado), se encuentra, en el centro de la villa, una ciudadela (llamada gradac), en cuyo interior hay una vivienda (de tipo "megarón") con taller metalúrgico, así como una sepultura de catacumba.

En el culto ya no encontramos las imágenes de la Gran Madre, sino sólo pequeños altares cerámicos, ídolos con aspecto de rueda (solares?) y recipientes zoomorfos rituales.

Da la sensación de que la intervención cimeria refuerza la (quizás) incipiente jerarquización social, en cuya cúspide se coloca (al menos en la ciudad más importante) una élite metalúrgica indoeuropea. La cultura, por lo demás es claramente local.

Esta cultura perdurará hasta entrada la Edad del Bronce (que desde el punto de vista general, no comienza antes de 1800 a. C.), siendo de hecho Vucedol el transmisor de esta tecnología hacia Europa Central e Italia del Norte. Pero antes también jugará un importantísimo papel, ya que algunas de sus regiones (Moravia, Eslovaquia Occ.) son esenciales en la formación y regeneración de la cultura del Vaso Campaniforme.

El gremio del vaso campaniforme

Tras la unificación indoeuroperizante de la cultura de la Cerámica de Cuerdas, Europa Central pasa a una nueva fase, marcada por la cultura del Vaso Campaniforme. Esta gente, al parecer originarios de Bohemia y muy influidos por Vucedol, parecen en muchos aspectos una reacción a la austeridad y el indoeuropeísmo simbólico de la fase anterior. Desaparecen así los túmulos funerarios, que son sustituidos por cistas y fosas simples. La diferenciación de género invierte de nuevo las formas, acostando los cuerpo femeninos sobre el lado derecho y los masculinos sobre el izquierdo.

Pero lo que mejor define esta cultura (aparte de su cerámica) son los ajuares, de nuevo estereotipados pero mucho más ricos. El ajuar fúnebre campaniforme consiste casi invariablemente en: un vaso cerámico de tipo campaniforme, adornos de hueso, botones con la característica perforación en "V", colgantes de arcilla en forma de creciente (culto lunar), espirales de oro, abundantes flechas, puñales triangulares de cobre y unas placas perforadas de esquisto que suelen considerarse brazales de arquero.

La cerámica campaniforme es fina y de excelente calidad, de color rojo o marrón, decorada en forma cubriente con incisiones, impresiones y excisiones. Tiene al parecer su precedente más inmediato en el norte de la región cultural de Vucedol, aunque sobre este punto hay diversidad de opiniones. El primer estilo campaniforme, al que nos referimos ahora, se caracteriza por la alta frecuencia de la impresión a cordón, por lo que recibe el nombre de estilo cordado. Este primer campaniforme se extiende por Centroeuropa, a lo largo del Ródano y por las costas hasta Estremadura (Portugal: cultura de Vila Nova).

Nos encontramos así con un nuevo "pueblo" de ricos y elegantes arqueros, que partiendo de Europa Central, se extiende sobre muy diversas y distantes culturas sin alterarlas sustancialmente. De hecho, fuera de su núcleo, allá donde aparecen los campaniformes nada cambia salvo que algunas tumbas responden a este modelo. Fuera de su región nuclear, sólo el poblado de Étaples, al norte de Francia puede ser totalmente campaniforme.

Se han estudiado antropológicamente los cadáveres de esta cultura y parece ser que, en su centro, responden al tipo dinárico, una variedad alpina (braquicéfalos pequeños) característica de los Balcanes. Sin embargo, en Occidente y el Mediterráneo, la frecuencia de este tipo disminuye mucho, lo que significa que, en su avance, estas gentes incorporan una mayoría de nativos, sin perder la conexión con Europa Central.

La interpretación más corriente de la cultura del Vaso Campaniforme es que se trata de una especie de gremio internacional de mercaderes arqueros (las expediciones comerciales de esta época no debían de ser fáciles) que va instalando factorías en diferentes lugares e interés comercial. En este proceso integraría convenientemente a muchos nativos interesados en participar de la organización y los frutos del comercio.

La Creta de los palacios

Desde 2200 a. C. decae la Civilización cicládica de Melos-Syros, coincidiendo con un nuevo desarrollo de la cultura Minoica de Creta. En esta estratégica isla mediterránea se construyen ahora inmensos palacios que constituyen el centro de grandes ciudades y distritos agrarios. El arte de estas gentes es realmente espectacular, con hermosísimos frescos que, si bien están en deuda con el arte hierático egipcio, lo superan ampliamente con una acertadísima incorporación plástica del movimiento y una armonía inigualada en el uso de los colores.

Los palacios están construidos en torno a un gran patio central donde se supone que se celebraban los juegos taurinos que aparecen en algunos frescos. La compleja planta de éstos pudo haber inspirado el mito del laberinto . La simbología es variada, indicando quizá diferentes orígenes: jarras de libaciones en forma de cabezas de toro (bucráneos), la doble hacha ("labrys"), flores de lys, delfines, espirales dobles, grifos.

Sabemos que conocían la escritura, aún no descifrada, y la fontanería con plomo (que tras la caída de esta civilización, tardadrá milenios en reaparecer). La ausencia de fortalezas y las referencias griegas a la "thalasocracia" cretense, dan pie a pensar que efectivamente disponían de grandes flotas con las que dominaban el Mediterráneo. Sin embargo sólo tardíamente aparecen colonias cretenses en algunas islas egeas (Thera, Rodas), y no es hasta las últimas décadas minoicas cuando se nota el influjo cretense en un lugar alejado como es el Sudeste Ibérico (cultura de El Argar B).

La segunda sede de los mercaderes

Desde 2100 a. C. la sede central del gremio campaniforme se traslada de forma evidente a Estremadura (cultura de Vila Nova II), donde la civilización aborigen prosigue su existencia, utilizando quizás a esta organización mercantil para extender su influjo. De hecho el estilo campaniforme marítimo o internacional, junto a las puntas de flecha (de cobre) de estilo Palmela y otros elementos de origen atlante (portugués) se extienden ahora desde el Bajo Tajo por las costas atlánticas y mediterráneas, así como por el interior de la Península Ibérica (ruta pre-compostelana), integrándose con la cultura Artenaciense, las tribus ligures y muchos pueblos peninsulares de cultura megalítica. Sin embargo está ausente en el sur de Portugal y Andalucía (excepto en Los Millares) y casi no aparece en la Comunidad Valenciana. Si hay algún momento que se pueda definir como el apogeo vilanoviano, es éste.

La última etapa campaniforme

A partir de 1900 a. C. se produce un renacimiento, esta vez muy claramente influido por la cultura de Vucedol, del Campaniforme centro-europeo, con centro, también muy claro, en Bohemia. El estilo cerámico de esta fase es el inciso-estampado y repite las rutas practicadas en la primera fase. Sin embargo, esta vez sí que parece confirmado un movimiento demográfico sólido hasta el Rin. También en este momento se produce el final de las sepulturas colectivas en la región artenaciense (Francia occidental y Bélgica), lo que implica un importante cambio sociológico de dirección individualista, seguramente causado por la acumulación particular de propiedades en el contexto comercial de la época. Las sólidas y solidarias estructuras tribales de la época anterior quedan así debilitadas, volviéndose probablemente más vulnerables a la infiltración extranjera. En la Península Ibérica no se aprecia aún este cambio, sino que el campaniforme prosigue su andadura con varios centros: Extremadura (estilo de Palmela), Almería y el valle del Jarama (estilo de Ciempozuelos). Algo posterior (1800 a. C.) es la aparición del primer bronce en el Sudeste (El Argar A) y Sudoeste peninsular (pero no en Extremadura). Ver Edad del Bronce.

Bibliografía

-http://www.ciencia.net/VerArticulo/Calcol%C3%ADtico?idArticulo=dse5os1ncnxx5qyqh17ft9.

Véase también

Enlaces externos

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