Avenida Corrientes

Avenida Corrientes

Avenida Corrientes

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Avenida Corrientes
Buenos AiresArgentina
Corrientes Avenue Buenos Aires (21008).jpg
Avenida Corrientes, desde Leandro Alem, con el Obelisco al fondo
Mapa Avenida Corrientes.JPG
Los cinco barrios de Buenos Aires que recorre la Avenida Corrientes
Historial de nombres del Sol (siglo XVII)
San Nicolás (1738)
de Incháurregui (1808)
Triunvirato (en algunos tramos desde 1895 a 1937)
Longitud 8,7 km
Orientación Este a Noroeste
 • Este Avenida Eduardo Madero
 • Noroeste Avenida Federico Lacroze
Numeración 1 al 6.900
Principales puntos turísticos Luna Park, Palacio de Correos, calle Florida, calle Reconquista, Obelisco, Centro Cultural General San Martín, Abasto de Buenos Aires
Barrios que atraviesa San Nicolás, Balvanera, Almagro, Villa Crespo y Chacarita
Avenidas que corta Eduardo Madero, Leandro N. Alem, 9 de Julio, Uruguay, Callao, Pueyrredón, Medrano, Estado de Israel, Scalabrini Ortiz, Juan B. Justo, Dorrego, Jorge Newbery, Federico Lacroze
Líneas de colectivos 6, 19, 24, 26, 36, 42, 44, 47, 50, 62, 63, 65, 71, 76, 78, 87, 93, 99, 105, 108, 109, 111, 112, 123, 124, 126, 127, 140, 146, 168, 176, 180 y 184
Estaciones de Subte Leandro N. Alem, Florida, Carlos Pellegrini, Uruguay, Callao, Pasteur, Pueyrredón, Carlos Gardel, Medrano, Ángel Gallardo, Malabia, Dorrego, Federico Lacroze Línea B (SBA).svg Diagonal Norte Línea C (SBA).svg 9 de Julio Línea D (SBA).svg.
A inaugurar Corrientes Línea H (SBA).svg

La Avenida Corrientes es el eje de la vida nocturna y bohemia de la Ciudad de Buenos Aires y con la que más se identifica el porteño. En sus bares y teatros se acuñó el tango, y a lo largo de su historia lo interpretaron en ellos las grandes orquestas y cantores, entre ellos el ídolo popular Carlos Gardel, quien vivió a su vera. Sus desaparecidos teatros Politeama Argentino, Apolo y el viejo Ópera, fueron escenario de los más altos exponentes de la lírica mundial, así como del nacimiento del considerado teatro nacional: el drama gauchesco Juan Moreira.

Su nombre actual le fue dado oficialmente en 1822 en homenaje a la ciudad argentina de Corrientes en reconocimiento a su fervor por la causa de la Revolución de Mayo.

Fue calle angosta hasta que en 1931 comenzó su ensanche, concluido en 1936.

Su primer tramo transcurre en una zona mayoritariamente financiera, hasta que al cruzar la peatonal calle Florida se transforma en un polo de diversión que tanto los porteños como numerosos turistas recorren a toda hora entreteniéndose con sus espectáculos artísticos, culturales, librerías de lance (libros al alcance de la mano), confiterías, y pizzerías. Por todo esto el periodista Roberto Gil popularizaría en los 50 la frase la calle que nunca duerme al referirse a ella.

Unas 11 cuadras luego, al cruzarse con la Avenida Callao, se transforma en una avenida netamente comercial, con negocios de todo tipo, hasta llegar al tanguero barrio del Abasto, otro foco de turismo y diversión, para luego continuar absorbiendo las características de cada barrio y finalizar en el cementerio más grande de Buenos Aires, el de la Chacarita.

En su recorrido de 8,6 km la numeración varía desde el 1 al 6.900, y entre sus 70 cruces se cuenta el que tiene con la Avenida 9 de Julio, donde se alza el ícono porteño por excelencia, el Obelisco.

Nace en la avenida Eduardo Madero 402, junto a Puerto Madero y se extiende hacia el oeste y posteriormente hacia el nornoroeste, hasta concluir en la avenida Federico Lacroze al 4200, en el barrio de Chacarita. La circulación vehicular, salvo en sus tres últimas cuadras en que es de doble sentido, es de oeste a este.

Por un sector de ella circuló el primer ferrocarril argentino, así como el tren y el tranvía "de la muerte", durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871. En la actualidad es acompañada por debajo de toda su trayectoria por la línea B de subterráneos.

Diversos estilos arquitectónicos pueden hallarse en ella, desde el frío academicismo hasta el entretenido art nouveau, del neogótico moderno pasando por el francés borbónico al rascacielo moderno de vidrio u hormigón.

La Asociación Amigos de la Calle Corrientes colabora con la planificación urbanística de la avenida, y fue la responsable de la colocación, en 40 de sus esquinas, de placas recordatorias de las ilustres figuras del tango que la animaron.

¡Corrientes, por la noche! Mientras las otras calles honestas duermen para despertarse a las seis de la mañana, Corrientes, la calle vagabunda, enciende a las siete de la tarde todos sus letreros luminosos, y enguirnaldada de rectángulos verdes, rojos y azules, lanza a las murallas blancas sus reflejos de azul de metileno, sus amarillos de ácido pícrico, como el glorioso desafío de un pirotécnico.
La calle que se quiere, que se quiere de verdad. La calle que es linda de recorrer de punta a punta porque es la calle de vagancia, de atorrantismo, de olvido, de alegría, de placer.
Roberto Arlt
Aguafuertes porteñas

Contenido

Historia

Corrientes angosta

Corrientes desde Carlos Pellegrini hacia el este

En el siglo XVIII, lo que hoy es una de las más importantes avenidas de Buenos Aires, sólo era un simple sendero de tierra denominado del Sol, alejado de la pequeña aldea de Buenos Aires. Se abría paso desde la línea de la costa del Río de La Plata (que llegaba a la altura de la actual avenida Leandro N. Alem) y se desdibujaba entre los campos del oeste. En 1729 Domingo de Acassuso fundó donde hoy se emplaza el Obelisco, el templo de San Nicolás de Bari (más adelante se detalla al respecto), sobre el cual, según se afirma, se izaría en 1812 la bandera argentina por primera vez en Buenos Aires.[1] Debido a la instalación de dicha iglesia, comenzaron a llamar a la calle San Nicolás.

En 1768 los cabildantes anexaron siete cuadras del ejido para incorporarlas a la planta urbana. De esta manera la calle pasó a ser su límite norte y ganó algo de importancia.

En 1808, como consecuencia de haber derrotado a los británicos durante las Invasiones Inglesas, se decidió llamarla de Inchaurregui en homenaje al regidor José Santos de Inchaurregui, que se destacó combatiendo al enemigo. De hecho ese nombre duró poco, pues tras la Revolución de Mayo un grupo de patriotas borraron los nombres de las calles que homenajeaban a realistas y comenzaron a llamarla Corrientes, según se cuenta debido a que esa ciudad era considerada como la primera que adhirió a la causa de la Independencia. Este nombre se oficializó recién en 1822.[2]

En 1895 se llamó Triunvirato al tramo entre la avenida Ángel Gallardo y Scalabrini Ortiz, continuando luego con el nombre de Corrientes hasta la avenida Congreso. En 1900 directamente Triunvirato desde Angel Gallardo hasta Congreso; en 1927, Corrientes, desde la Avenida Congreso; y en 1937 (y hasta la actualidad) Corrientes desde Av. Eduardo Madero hasta Federico Lacroze quedando el nombre de Triunvirato hasta la Av. Ricardo Balbin.[3]

En 1872 se inauguró en Esmeralda y Suipacha el Teatro Ópera y, entre Maipú y Esmeralda, el Teatro Odeón y el Politeama Argentino (estos dos últimos ya no existen). Hacia principios del siglo XX se instalaron varios cafés y restaurantes que se mantenían abiertos por la noche a los que concurrían muchos músicos de tango. También en esta época muchos judíos procedentes de Alepo se instalaron en negocios desde la actual calle Uriburu hasta Centroamérica (hoy Avenida Pueyrredón), en la zona que se conoce como el Once. Lo mismo hicieron a partir de 1914 los sirios, armenios libaneses y judíos sefardíes y de la Europa Oriental, perseguidos por causas religiosas o como consecuencia de la Primera Guerra Mundial.

En julio de 1890, durante la llamada Revolución del Parque, fueron lugares de cruentos combates la azotea del desaparecido teatro Politeama, los techos de la hoy también desaparecida Iglesia de San Nicolás, y la esquina de la calle Paraná.

El ensanche

El espíritu de la calle Corrientes
no cambiará con el ensanche

Es inútil que traten de reformarla.
Que traten de adecentarla.
Calle porteña de todo corazón,
está impregnada tan profundamente
de ese espíritu nuestro que aunque
le poden las casas hasta los cimientos
y le echen creolina[4] hasta la napa de
agua, la calle seguirá siendo la misma...
La recta donde es linda la vagancia
y donde hasta el más inofensivo infeliz
se da aires de perdonavidas y de
calavera jubilado.

Roberto Arlt

El gobierno de Bernardino Rivadavia había decretado en 1822 que se convirtiera en una avenida de 30 varas de ancho (26 m), pero esto no se llegó a realizar. En 1910 una ordenanza del intendente Joaquín Samuel de Anchorena dispuso ensancharla, de manera que a partir de ese año las nuevas construcciones comenzaron a levantarse siguiendo una nueva línea de edificación. Sin embargo hubo que esperar a la década del 30, en que se vio la necesidad de adecuar el diseño urbano al crecimiento de la población y a los nuevos medios de transporte, para que, así como Corrientes, se ensancharan las avenidas Santa Fe, Córdoba, Independencia y Belgrano; y se construyera la Avenida Roque Sáenz Peña, que corta a Corrientes en diagonal.

La calle dejó entonces de ser angosta demoliendo edificaciones que estaban en la vereda norte. Las obras comenzaron en 1931 y la primera cuadra elegida fue la que se extiende entre las calles Uruguay y Paraná, siendo intendente José Guerrico.

La obra se completó en 1936, durante el gobierno del Intendente Mariano de Vedia y Mitre, al celebrarse el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza, perdiendo además Corrientes la cuadra en la que actualmente se cruza con la avenida 9 de Julio. En dicha cuadra se demolieron entre otros edificios la mencionada iglesia de San Nicolás y se construyó el que se convertiría en ícono de Buenos Aires: el Obelisco, de 67,5 metros de altura.

Obelisco de Buenos Aires. Cruce de las avenidas Corrientes y 9 de julio.

Al avanzar las obras fue necesario demoler el Circo Hippodrome, en la esquina con Carlos Pellegrini. En él actuaron figuras muy populares, entre ellas el payaso, acróbata y director circense Frank Brown, nacido en Inglaterra y muy querido por los porteños de varias generaciones, algunos de lo cuales disfrutaron siendo niños su costumbre de repartir golosinas luego de la matiné.[5]

En 2003 se iniciaron nuevas obras que tuvieron que ver con su ancho, y que finalizaron en 2005. En este caso se ensancharon sus veredas de 3,5 m a 5 m eliminando un carril para automóviles. Se renovó también el mobiliario urbano —teléfonos públicos, quioscos, refugios para colectivos— en las cuadras que van desde el 1100, en su intersección con Cerrito, hasta el cruce con la avenida Callao en el 1800. Se invirtieron 7,5 millones de pesos.[6] En 2009 el ensanche continuó en la zona de Callao hasta Pueyrredón.

En marzo de 2007, organizada por la Subsecretaría de Industrias Culturales del Ministerio de Producción de la ciudad, se realizó la primera Noche de las Librerías, en la cual se cerraron al tránsito las cuadras de la avenida entre Callao y Uruguay, transformándolas en un gran espacio peatonal con stands de libros y sillones para leer sobre la calle.[7] Se tiene la intención de repetir este evento todos los años.

Trenes, tranvías y subterráneo

En 1857 circuló por ella, desde la actual Riobamba hasta Pueyrredón, el primer ferrocarril argentino, llamado Ferrocarril Oeste de Buenos Aires. En 1873, debido a la gran urbanización de la ciudad, este tren dejó de circular por el mencionado trayecto, retirándose las vías desde 1892.

En 1871, durante la epidemia de fiebre amarilla; y con la finalidad de evacuar con mayor rapidez los cadáveres de la ciudad, se incorporó un tramo del Ferrocarril Oeste desde Pueyrredón hasta un cementerio que se habilitó al efecto, en donde actualmente se encuentra el Parque Los Andes (y que luego se trasladaría al actual de la Chacarita). La construcción del tramo, que se concluyó en dos meses, la dirigió el ingeniero Augusto Ringuelet. Al tren que cumplía la lúgubre misión de transportar los cadáveres se lo conocía como de la muerte o fúnebre, al igual que a las tres estaciones en la que se depositaban los mismos para ser trasladados: la Bermejo, en la esquina sudoeste de la calle homónima (hoy Jean Jaurés) con la avenida Corrientes, la que se encontraba en la esquina sudoeste de Corrientes y Medrano; y la de la esquina con Scalabrini Ortiz (entonces llamada Camino Ministro Inglés).

Al mencionado tren lo sucedió el tranvía Fúnebre y a partir de éste, en 1887, la compañía Lacroze obtuvo una concesión para extender vías por donde circularía el llamado tranvía Rural, de tracción a sangre como todos los de esa época, desde la actual Pueyrredón hasta la Chacarita, por la actual Corrientes, y de este último punto hacia Belgrano y de aquí ramales a la provincia. Este contrato se le otorgó con la condición de que además de pasajeros debían llevar cadáveres hasta el cementerio. Eran tranvías de techo abierto y asientos de madera y fue principalmente gracias ellos que las viviendas se fueron extendiendo sobre las quintas y los hornos de barro que aún existían.

Interior de un vagón de la línea B de subtes que corre por debajo de la avenida

En cuanto al subte, en 1912 el Congreso de la Nación Argentina sancionó la ley para la realización de la línea que debería unir el Correo Central y la intersección de las calles Triunvirato y Elcano y que recibiría el nombre de línea B.

El 17 de diciembre de 1927 se firmó en Nueva York el convenio financiero para construirlo y se otorgaba la concesión de la línea de pasajeros, encomiendas y cargas a la compañía Lacroze Hermanos.

El primer tramo, entre Lacroze y Callao, fue inaugurado el 17 de octubre de 1930 y medía 7,021 km. El 22 de junio del año siguiente fue extendido hasta la estación Carlos Pellegrini. Finalmente la línea se completó el 1 de diciembre de 1931 cuando el subte llegó hasta la estación Leandro N. Alem. Estos tres tramos se realizaron en su totalidad por debajo de la avenida e incluyen 19 curvas y 13 estaciones.

Lugares de interés

Acceso a la estación de subte Leandro N. Alem en el cruce con la avenida homónima. Detrás: edificio Comega

Para el habitante de Buenos Aires Corrientes es, desde pibe,[8] un faro de la cultura y el entretenimiento, donde es posible encontrar cines y espectáculos de teatro o revista de todos los países y épocas, y debatir luego sobre lo visto en uno de sus tradicionales cafés, o cenando pizza con cerveza a altas horas de la noche en un restaurante o pizzería. O, si se está solo, pasear por los corredores de las librerías-"disquerías", modernas o "de viejos". Es en una de esas librerías que Umberto Eco se inspiró para escribir su famosa obra "El nombre de la rosa", tal como el autor lo dice en su prólogo.

Puestos de flores y los llamados "manteros" (artesanos que sobre una manta exhiben sus productos sobre las veredas) completan el cuadro animado de esta gran vidriera comercial.[9]

Barrio de San Nicolás

Lo más bohemio y preciado de la calle Corrientes se halla en este barrio, particularmente desde su intersección con la calle Esmeralda —la esquina del tango— hasta la Avenida Callao. La paralela calle Lavalle, peatonal desde Leandro N. Alem hasta Cerrito, la acompaña por su lado norte, con sus cines y entretenimientos propios, aportándole así, a la "que nunca duerme", un gran caudal de noctámbulos y bohemios.

La zona financiera

El Luna Park marca el inicio de la Avenida Corrientes.

En su inicio, entre la Avenida Eduardo Madero y la calle Bouchard, se halla el Luna Park, Monumento Histórico Nacional construido en 1934 (Chiappori y Quiroz), que fuera un estadio cubierto de box llamado también "Palacio de los Deportes". Allí pelearon boxeadores de primera línea, tales como Carlos Monzón, Nicolino Locche y Pascual Pérez, por mencionar sólo algunos de los tantos boxeadores argentinos que consiguieron títulos mundiales en sus categorías.

En él, Eva Duarte conoció a quien sería su esposo y tres veces presidente de la Nación Argentina, Perón, en 1944 en un acto político–solidario con el fin de recaudar fondos para las víctimas del terremoto que asoló la ciudad de San Juan. En la actualidad se realizan también actividades religiosas, políticas, artísticas, deportivas y sociales. Además es utilizado para la presentación de espectáculos y otros eventos sociales (por ejemplo, recitales de variados géneros musicales, el festival G3, Holiday on Ice y hasta la realización de la fiesta de casamiento de Diego Armando Maradona).

Hotel Jousten

En la cuadra siguiente, entre Bouchard y la Avenida Leandro N. Alem, se encuentra otro Monumento Histórico Nacional: el monumental Palacio de Correos, que en la actualidad se está transformando en el Centro Cultural del Bicentenario. Exponente clásico de la arquitectura del academicismo francés, obra inicialmente concebida por Norbert Maillart, fue inaugurado en 1928.

Cruzando Alem (o "del Bajo") se trepa Corrientes por lo que hasta el siglo XIX fuera la empinada barranca sobre la costa del Río de la Plata. En la primera cuadra, del lado sur, hay sólo dos edificios: el primero es el Comega (de Douillet y Joselevich), de 85 m de altura y fachada lisa revestida de mármol travertino italiano, un exponente del estilo racionalista construido en 1932, y una de las más importantes obras del modernismo argentino.

La arquitectura sobria del Comega se contrapone con la del edificio vecino, en esquina con la calle 25 de Mayo, que albergó al "Hotel Jousten", (hoy NH) de estilo renacentista español, neoplateresco, inaugurado por el presidente Marcelo T. de Alvear en 1928. En este hotel el General Arturo Rawson dirigió a un grupo de conspiradores, al que se lo conoció como los generales del Jousten, que durante la llamada Revolución del 43 derrocarían mediante un golpe militar al gobierno de Ramón Castillo, nombrando al mencionado Rawson en su reemplazo.

Corrientes y Reconquista, edificio de la SIGEN

Corrientes y la calle Reconquista (peatonalizada en 2009) marca un punto neurálgico dentro de la zona financiera de Buenos Aires. En la esquina noreste se encuentra el edificio que actualmente es sede de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y que obtuviera en 1947 el Premio de Arquitectura Ciudad de Buenos Aires, en la categoría de carácter administrativo. De arquitectura racionalista, llama la atención la supresión de la ochava de la esquina, que se logró retirando el frente de la línea de edificación. Su reloj, a 45 metros de altura, es el tercero más alto de la ciudad.[10]

En la esquina opuesta se halla la Plazoleta de San Nicolás, de 35 metros de frente por 50 de fondo,[11] punto de encuentro y recreo de los trabajadores del llamado microcentro porteño. Allí se encuentra una Comisaría del Turista, donde oficiales especializados hablan diversas lenguas foráneas y se presta auxilio al turista en caso de delitos comunes o extravío de documentos. La plazoleta, mayormente plaza seca, se sitúa junto a un edificio de frente vidriado y dos arcos adintelados de granito negro sudafricano: se trata de la casa central en Buenos Aires del Banco de Tokio. Al estar recostado sobre la medianera sur su frente deja lugar a una plaza de 16 metros de profundidad que se une al espacio libre de la plazoleta.

Corrientes y Florida, ex casa de Elortondo Alvear

En la cuadra del 400, se halla el edificio Safico, de estilo racionalista y gran simetría. Con sus 26 pisos alcanza los 100 metros de altura. En él funcionan muchas de las agencias noticiosas extranjeras.

El cruce de Corrientes y la peatonal Florida es uno de los puntos más transitados de Buenos Aires. En la esquina suroeste se encuentra un edificio de dos pisos que fue el palacio de la familia Elortondo Alvear. Construido en 1870 su arquitectura es de un estilo neogótico veneciano, poco común en la ciudad.

En el número 718 el templo de la Iglesia Metodista llama la atención por su arquitectura, también de estilo neogótico. Erigido en 1874, su fachada, retirada unos metros de la línea de edificación, es asimétrica, ya que del lado oeste posee una esbelta torre que termina en una aguda flecha. Llaman también la atención sus vitrales exteriores e interiores. En su interior cuenta con un órgano de más de un siglo de antigüedad.

La calle que nunca duerme

Buenos Aires - Avenida Corrientes - Teatro Opera.jpg

Las luces se encienden,
calle Corrientes,
se llena de gente,
que viene y que va,
salen del cine,
ríen y lloran,
se aman,
se pelean,
se vuelven a amar
y en la Universal[12]
fin de la noche,
moscato, pizza y fainá,
moscato y pizza.
"Moscato, pizza y fainá"
de Memphis la Blusera

Desde comienzos del siglo XX la avenida ha sido la columna vertebral de la cultura y el entretenimiento de la ciudad, en especial en el tramo que va desde la llamada "esquina porteña", en la intersección con la calle Esmeralda, hasta la aristocrática avenida Callao.

En efecto, en estas cuadras la vitalidad de su movida cultural es un imán tanto para el turismo como para los propios porteños. Y junto a las estridentes marquesinas de los teatros se suman comercios de los más diferentes rubros, en especial los de libros y gastronómicos, lo que la convierte en un enorme emporio comercial.

Por todo esto, en la década del 50, Roberto Gil, periodista y conductor de un programa de radio llamado "Calle Corrientes", transmitido por LR4 Splendid, la bautizó como, "La calle que nunca duerme", denominación que se hizo muy popular y sigue teniendo vigencia.

Librería Gandhi

Quien camine entre las calles Cerrito y Callao puede entretenerse largo tiempo en sus librerías, abiertas hasta altas horas de la noche, muchas de ellas especializadas en vender libros usados y antiguos con descuentos. Las hay con modernos escaparates, que invitan a entrar y, en muchos casos, se puede tomar un café en ellas mientras se lee, sin obligación de compra, un libro de sus estanterías. Y están las otras, que venden libros usados diversos, ordenados en cajones y estantes que cualquiera puede revisar circulando por entre sus estrechos corredores; y que utilizan precarios locales con una simple persiana metálica a la calle que pueden hacer creer, equivocadamente, de la imposibilidad de encontrar allí un ejemplar valioso e importante, ya sea de un libro, de un CD o de un disco usado. La Librería Gandhi-Galerna, en el 1743, se especializa en ciencias humanas y revistas culturales. Otras son Antígona, La Cátedra, Zivals, Liberarte, Losada, Hernández, Cúspide, Dickens, Fausto, etc.

El entretenimiento y la cultura
Entre Esmeralda y Av. 9 de Julio
Avenida Corrientes.svg

Si bien este tramo se caracteriza por el entretenimiento, la cultura y la gastronomía, aún hay gran cantidad de edificios utilizados exclusivamente para oficinas comerciales. Uno de ellos es el imponente República, concebido originalmente por el arquitecto Federico Peralta Ramos para la empresa telefónica ENTel, y que hoy es propiedad de Telefónica. Se encuentra en la esquina noroeste de Corrientes y Maipú, en la cual también se hallan sobre la acera dos kioscos de revistas: uno de ellos posee publicaciones de todos los países del mundo y el otro de todas las provincias argentinas.

El teatro Maipo queda a menos de 50 m de la avenida, en el 449 de la calle Esmeralda. La tradicional sala le ha dado y le da cierto misticismo a la esquina de Corrientes y Esmeralda, desde varios puntos de vista: el de la música, el de la política, el de las canciones, y el de las bellas mujeres. Es el representante de un tiempo de decir y sentir popular. En el pasado como espacio para la revista y el monólogo político. En la actualidad como sitio para que gane lugar la forma teatral.

Dos colosos símbolos porteños del cine-teatro se enfrentan en el tramo de Corrientes al 800: el Gran Rex y el Ópera. El primero se halla en la vereda norte, y es el teatro de los grandes espectáculos musicales, que recibe a los artistas más consagrados, nacional e internacionalmente. Su capacidad para 3.300 espectadores hace casi imposible en las noches de los fines de semana caminar por sus veredas desbordadas de peatones y vendedores ambulantes que ofrecen productos relacionados con los espectáculos que se están exhibiendo. El edificio, de 1937, es un exponente arquitectónico del estilo racionalista, obra de Alberto Prebisch, el mismo arquitecto que creó el Obelisco que se encuentra a dos cuadras de allí. Su imponente fachada es un sencillo rectángulo de gran volumen con superficie vidriada y que carece de motivos ornamentales.

Junto al Gran Rex, se halla el Tabaris, cuya cartelera está dedicada al llamado Teatro de revista. Primitivamente se llamó "Royal Pigall", y llegó a ser un club nocturno de categoría. Fue el primer lugar público en tener aire acondicionado.

Corrientes y Maipú: edificio República

El Teatro Ópera es en parte el responsable inicial de que Corrientes adquiriera su importancia cultural. En efecto, el origen de este teatro se remonta a 1871. En ese año el empresario Antonio Petalardo vislumbró que esta calle, entonces estrecha y alejada de la ciudad, se animaría con la instalación de teatros. Así nació el Ópera, que tenía unas instalaciones asombrosas y llegó a tener una usina eléctrica propia. En 1935 se decidió demoler el primitivo edificio y el arquitecto belga Alberto Bourdon concibió el actual, de fachada sobria y original, con capacidad para 2.500 personas, escenario apto para diversos espectáculos y una pantalla de cine de grandes dimensiones. Allí actuaron Ava Gardner, Edith Piaff, el Folies Bergère, el Lido de París, etc. En su interior el techo simula un cielo estrellado y los laterales una arquitectura callejera, dando así esa misma sensación de libertad nocturna que tiene la avenida. En el Petit Opera de su subsuelo se dan preestrenos cinematográficos y se realizan reuniones culturales.

Teatro Gran Rex
Teatro El Nacional

En 1906, uno de los patriarcas del teatro argentino, Jerónimo Podestá, inauguró en lo que hoy es Corrientes 960 un teatro al que llamó Nacional. En 1910 lo compró Pascual Carcavallo, quien lo transformó en la "catedral del género chico criollo". Fue el responsable del acceso a la ansiada calle Corrientes de muchos autores nacionales. En 1933, año en que Carlos Gardel cantó allí por última vez en Buenos Aires, quedó en manos de Enrique Muscio, quien unido en 1952 a Carlos Petit, transformó al Nacional en un templo de la revista porteña. En 1961 Alejandro Romay se convirtió en el nuevo dueño y le construyó en 1973 cinco escenarios suntuosos, hasta que, el 22 de julio de 1982, la sala fue consumida por el fuego mientras se representaba una revista con la popular "diva" Susana Giménez, que parodiaba a la dictadura militar en uno de sus números. Sólo se salvaron el frente y la marquesina que ocupaba los 25 metros del edificio. Nunca se determinó si el incendio había sido intencional. Romay reabrió el teatro el 1° de marzo de 2000 e instaló la tradición de poner en escena al menos una gran comedia musical por año. En el 2006 se lo alfombró a nuevo y se le dio a la sala un aspecto de cabaret de los años 20.

Teatro Opera

El Broadway, en el 1155, es otro cine-teatro de importancia. Ocupa una construcción de estilo art decó, realizada por el arquitecto Jorge Kálnay. Fue considerada una de las más importantes obras de Sudamérica. Constaba de una perfecta acústica sin resonancias ni ecos.

La Confitería Ideal si bien no se halla sobre la avenida misma, se encuentra a menos de 50 metros, en Suipacha 384, y contribuye a su actividad cultural, de entretenimiento y gastronómica. Fue fundada en 1912 por el pontevedrense Manuel Rosendo Fernández y construida por C.F. González. Conserva su prestigio y romanticismo en sus dos plantas con balaustradas, pilastras e iluminación de estilo itálico y mantiene el frente y ornamentos de origen: arañas de Francia, sillones de Checoslovaquia, vitrales de Italia, "boiserie" de roble de eslovenia, etc. La flor de lis aparece en numerosos motivos, entre ellos en los dos óvalos de bronce de su entrada. Al segundo piso, donde hoy día se dictan clases de tango en su salón de baile, se accede por una lujosa escalera de mármol o por su gran ascensor.
En el pasado se reunía en ella la colectividad inglesa y lo más próspero de la burguesía porteña. Carlos Gardel, Tita Merello, Hugo del Carril y Raúl Lavié son algunos de los grandes cantores de tango que la frecuentaron. Entre los ilustres visitantes destacamos a Vittorio Gassman y Maurice Chevalier.

Llegando a Cerrito, sobre el lado sur, pueden obtenerse datos sobre paseos y entretenimientos de Buenos Aires en el puesto de información turística de la ciudad.

Vista desde la cuadra del 1300 al Obelisco

En la intersección con la Avenida 9 de Julio se yergue sobre la Plaza de la República el Obelisco de Buenos Aires, de 67,5 metros de altura, que fuera construido con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de la ciudad. Punto de reunión de grandes concentraciones políticas, deportivas, artísticas y de protesta de la historia argentina, debajo del monumento se cruzan las líneas B, C y D de subterráneos.

De Av. 9 de Julio a Callao
Cine Lorca

En lo que a cine se refiere, se destacan, entre Esmeralda y Callao, el Lorca al 1400, el cine-teatro Premier al 1500, construido en 1944 con tres pisos visibles a través de un gran ventanal con vidrios enmarcados en varillas de bronce en su frente y dos estatuas del escultor Ferrari que se yerguen a ambos lados. El Premier fue acondicionado en 1980 para que fuera el escenario de la final mundial de ajedrez entre el exiliado ruso Víctor Korchnoi y su compatriota Lev Abramovich Polugaievsky.

Por último, llegando a avenida Callao, el cine Los Ángeles, que se especializa en exhibir películas para público infantil y fuera la primer sala en el mundo en pasar películas exclusivamente de Walt Disney. Fue declarado sitio de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Teatro Lola Membrives
Teatro Metropolitan

El teatro y la revista son rubros que distinguen a la avenida en el tramo del 1100 al 1700. En el 2007 se contabilizaron en estas siete cuadras 25 teatros.[13] El Lola Membrives, en el n.º 1280, comenzó su historia en 1914 cuando se construyó un edificio destinado a salas de espectáculos llamado Smart Palace. En 1921 este teatro se modernizó y tres años después lo tomó a su cargo Blanca Podestá (sobrina del dramaturgo argentino José Podestá) y Alberto Ballerini. El Smart Palace se trasladó a la vereda de enfrente, y en el edificio que quedó vacío se instaló en 1927 el Teatro Cómico, que tuvo su etapa de oro cuando actuaba Lola Membrives, quien desde 1936 tomó a su cargo la dirección. Cuando murió, tomó su mando una sociedad que tenía por principal accionista a su hijo Juan quien en 1978 lo vendió con la condición de que recibiese el nombre de su madre.

Paralelamente, el teatro Smart tuvo temporadas brillantes con las interpretaciones de Blanca Podestá, por eso, al morir ésta en 1967, cambió su nombre por el de la actriz. Por su escenario pasaron grandes figuras como Florencio Parravicini, Gloria Guzmán, Mecha Ortiz, Alberto Closas, Margarita Xirgu, Miguel de Molina y María Antinea. En 1933 se conocieron en él Carlos Gardel y Federico García Lorca.

El Multiteatro, que funciona desde 1975, tiene su sede de dirección y programación en el n.º 1283. Son 4 modernas salas que tienen capacidad para 131, 320, 369 y 417 espectadores, con los últimos adelantos arquitectónicos en la materia. Al 1300 se encuentra el Metropolitan con un frente de estilo Art decó.

Pero el centro cultural más grande e importante es el Teatro San Martín, situado en la vereda sur del 1500 e inaugurado en 1944. En 1950, en ocasión de cumplirse un siglo del fallecimiento del Libertador de América, se le dio el nombre del prócer argentino. El actual complejo de teatros, conocido como Centro Cultural San Martín, es una construcción en hormigón armado, cristal y carpinterías metálicas que se comenzó a gestar en 1954, derribando el antiguo teatro y edificios linderos. Si bien simbólicamente se lo inauguró el 25 de mayo de 1960, al celebrarse los 150 años de la Revolución de Mayo, la verdadera inauguración ocurrió en octubre de 1961. Alberga tres salas teatrales equipadas con moderna tecnología, la mayor con capacidad para 1.700 expectadores, un cine y una fotogalería. Sus 30.000 m² cubiertos se reparten en cinco subsuelos, cuatro niveles y tres cuerpos, de doce pisos. Posee talleres donde se confecciona el vestuario, la escenografía y los decorados. En él se realizan conferencias, espectáculos musicales y teatrales, exposiciones plásticas y otros eventos culturales.

Junto al San Martín se halla el teatro Picadilly, y en frente, tras una moderna fachada vidriada y murales de artistas plásticos, el Centro Cultural de la Cooperación. Se inauguró en 2002 y en él se presentan obras de teatro, exposiciones, debates y conferencias. Su planta baja cuenta con una librería y café. También en esta cuadra, el Teatro del Nudo y Liberarte (declarado de interés cultural por la Legislatura de la ciudad) son locales polifuncionales con salas de teatro mezcladas entre bares y librerías.

También a esta altura de la avenida, más precisamente en el n.º 1553, Carlos Gardel tuvo un domicilio desde el año 1904 junto a su madre Berta.

Entre Montevideo y Rodríguez Peña, en la vereda norte, se halla el cine–teatro Astral, con fachada de estilo Luis XVI oculta por los carteles. Se contrapone con su interior decorado con figuras geométricas "futuristas". Es obra de Alberto Bourdon, el mencionado belga que construyó el Opera.

Junto al Astral se halla un clásico de la música y el teatro argentino: el Presidente Alvear, inaugurado en 1942, con capacidad para 1.000 espectadores y dotado de moderna infraestructura, cuenta con talleres de escenografía, luminotecnia, sonido y sastrería.

En el n.º 1660 se halla el complejo cultural y comercial Paseo La Plaza, con cinco salas de teatro (la mayor para 530 espectadores), más de veinte comercios y 12 restaurantes, además de estacionamiento propio. Se erigió sobre un antiguo mercado modelo inaugurado en 1989. Mantiene las columnas y los pórticos del antiguo mercado incorporándolos a un diseño contemporáneo. En su interior unos caminitos sinuosos rematan en el centro en una torre.

Llegando a Callao, en el 1723, se encuentra el Museo Social Argentino, institución que había sido fundada en 1911 en el local de la Sociedad Científica Argentina. Su objetivo es el de recoger y transmitir en forma gratuita información sobre Economía Social y aconsejar a las personas e instituciones que tengan por objeto el mejoramiento de la situación moral y material de los trabajadores.

Por otra parte, la avenida en este tramo es de una gran atracción para los proyectos de oficinas, hoteles y comercios.[14] Uno de los emprendimientos estará emplazado en un terreno libre ubicado en Corrientes y Paraná, donde se comenzó la edificación de una torre vidriada de 30 pisos.

Otro proyecto se encuentra al 1750, junto al mencionado cine Los Ángeles. Aquí se construirá Corrientes Park, una torre de 13 pisos destinados a oficinas, con plantas de 490 m². También en esquina Callao, se levanta un edificio de sólo dos dos pisos, pero con 4.000 m² de obra.

También se proyectan hoteles. Por ejemplo, junto a la conocida pizzería Güerrín, a dos cuadras del Obelisco, se edifican dos hoteles de cuatro estrellas, con una inversión total de 25 millones de dólares. (En estos terrenos estaban el cine Libertador y la histórica pizzería Serafín).

Los locales comerciales también acompañan el crecimiento, ya que hay muy pocos disponibles y su alquiler en el 2007 es de unos 30 mil dólares mensuales. La mayoría son de marcas de primera línea, de indumentaria o electrodomésticos.

La gastronomía
La Giralda
Café La Paz, en la esquina con Montevideo
El Gato Negro, Corrientes 1669
Arcor Center
Bombonella

De Esmeralda a Callao hay numerosos cafés, restaurantes (casi todos pizzerías) y confiterías tradicionales. Entre los primeros se destacan, El Foro en la esquina con la calle Uruguay; en el 1453; La Giralda, reconocido por preparar buen chocolate con churros, que puede tomarse en sus mesas de madera y mármol. Lugar de encuentro de la intelectualidad porteña, su estilo ha sobrevivido a las corrientes modernizadoras. En la esquina de enfrente se levanta el café Ramos, hoy día remodelado, que fue un bar artístico en donde se reunían actores, periodistas y cineastas.

En la esquina con Paraná la confitería Politeama tiene el nombre y un estilo que recuerdan al desaparecido Teatro Politeama Argentino, que funcionaba en el n.º 1490.

El café La Paz en Corrientes y Montevideo, fue reducto de muchos bohemios y socialistas, especialmente durante la década de 1960. En él se reunieron escritores y músicos como David Viñas, Ricardo Piglia, Enrique "Mono" Villegas y el desaparecido por la dictadura Rodolfo Walsh. Hoy es un sitio frecuentado por artistas y público de los teatros cercanos.

El café El Estaño, en la esquina con Talcahuano, es un café tanguero, en el que trabajó Aristóteles Onassis cuando llegó como refugiado a la Argentina. Una anécdota cuenta que el magnate, trabajando como mozo, le sirvió un café a Carlos Gardel, allá por 1924.[15] En Corrientes y Callao el restaurant-bar La Opera, es un clásico lugar de reunión de familias, gente de negocios y parejas.

En cuanto a los restaurantes, los hay de todo tipo y bolsillo, como por ejemplo las pizzerías situadas en la cuadra del 1300, Güerrín, enfrente Los Inmortales por la que pasaron muchos intelectuales, artistas y bohemios retratados en ella; y Banchero Centro desde 1932, en esquina con Talcahuano. A su iniciador Agustín Vanchero, se le atribuye ser el creador de la fugazza con queso. En el 838 Las Cuartetas es una pizzería legendaria que en 1932 se hallaba junto al Teatro Tabarís. En la década del 40 impulsó innovaciones en la pizza, al agregarles ingredientes como salsa blanca, jamón con morrones, etc.

El Palacio de la Papa Frita, en Corrientes 1612, es un reconocido restaurante con comida internacional, variedad de vinos finos y salón de fiestas.

Otro clásico restaurante es el Pippo, que si bien no está sobre Corrientes, se halla en Paraná 356 a menos de 100m de la avenida. Tiene un estilo "bien porteño" y es ideal para comer rápido, bien y barato ya sea sus pastas caseras, acompañadas con variedad de salsas, entre ellas la más famosa de tuco y pesto; o sus carnes de exportación asadas a la parrilla.

En la cuadra del 1400 se encuentra la bombonería Bombonella, fundada en 1941, que produce todo tipo de chocolates en forma artesanal; y la lujosa Lion d’Or, con sus cajas artesanales que guardan chocolates elaborados con materias primas de calidad. En Corrientes 1669 se halla El Gato Negro, una tradicional tienda de especias, con buen ambiente porteño e ideal para tomar un café con algo dulce. Su fundador fue el español Victoriano López Robredo, que había vivido cuarenta años en Ceilán, Singapur y las Filipinas. El negocio estaba en 1926 en donde hoy se sitúa el Teatro Presidente Alvear.

Heladería El Vesubio

Mención aparte es el local de Arcor Center, con una superficie de más de 400 m², en Corrientes 1325: un paraíso para los niños por las golosinas de todos los colores, gustos y formas. Se exhiben y comercializan los productos de la compañía y se ofrecen originales presentaciones para regalar, además de contar con un lugar para tomar algo o saborear un helado de la marca.

La primer heladería de la ciudad existe aún en el n.º 1181 de Corrientes y se llama El Vesuvio. Fundada en 1902 por el matrimonio italiano Cocitore, incorporó luego el servicio de cafetería. Desde 2007 cuenta a su lado con un resto-bar. Eran asiduos concurrentes Carlos Gardel, Juan Manuel Fangio, Tita Merello, Julio de Caro, Luis Sandrini y Jorge Luis Borges, entre otros ilustres argentinos. Su interior está decorado con fotografías antiguas de los más importantes exponentes de la cultura argentina, y con vitrales que recuerdan paisajes italianos. Horacio Ferrer y Astor Piazzolla recuerdan a El Vesuvio en la letra del tango La Última Grela, describiendo la noche porteña repleta de nostalgia y amor.

Balvanera

Cruce con Av. Callao, se puede ver el monumento a Alberto Olmedo

El barrio de Balvanera se divide en tres zonas que popularmente se denominan "del Congreso", "Once" y "del Abasto".

De aquí en más la avenida se halla arbolada especialmente con plátanos (Platanus × acerifolia), de corteza amarillo verdosa.

A partir de la calle Paso la avenida baja abruptamente debido a que en el pasado en dicha calle, entre Corrientes y Lavalle, existía una laguna que daba origen a un arroyo llamado Manso.

Callao a Pueyrredón: Congreso y el Once

Esta sección se caracteriza por los negocios y galerías de todo tipo de mercaderías y por los carteles multicolores de publicidad. Cuando los comercios cierran, sólo le dan vida algunos centros culturales que también se encuentran en este barrio. Los edificios son heterogéneos, tanto en su formato como en su estilo y altura.

En la primer cuadra, del lado sur, se halla el edificio Corman, inaugurado en 1978 como el hotel Bauen, que tiene su entrada principal por Callao.

Peatonal Enrique Santos Discépolo
Galerías comerciales entre Paso y Larrea. En el centro de la cuadra: edificio de V. Colombo

La peatonal Santos Discépolo sorprende a la avenida por el lado norte, en el cruce con Riobamba: se trata de un pasaje en zigzag, huella del recorrido del que fuera el primer ferrocarril argentino, ya mencionado en la sección de historia. Este partía de la actual plaza Lavalle, y por la calle homónima llegaba hasta Callao, donde cambiaba de rumbo hacia el suroeste gracias a esta doble curva y continuaba por Corrientes hasta Pueyrredón. En el pasaje unos murales del artista plástico Marino Santa María y una placa de bronce recuerdan el paso del tren.

En la siguiente cuadra, del lado norte, se halla La Casona del Teatro, y una cuadra más al oeste hay dos centros culturales que se destacan:

  • Centro Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, dedicado a la extensión universitaria y al cultivo del arte experimental.
  • ex Cine Cosmos, vecino del anterior, en el 2046, se halla sobre lo que fuera el teatro Cataluña, obra de Alberto Bourdon (el mismo del Ópera). En la década del 60 se convirtió en el Kosmos 70 y se especializaba en dar películas soviéticas. Cerró el 24 de marzo de 2009, por problemas económicos.

A medida que se camina hacia la intersección con Pueyrredón, los negocios se incrementan. Dicho punto es el centro comercial del llamado barrio del Once, en el que abundan los comerciantes de la comunidad judía, dedicado a la venta de ropa por mayor y menor, así como los comercios de gente de variadas nacionalidades, especialmente coreanos. Una de las cuadras de mayor actividad comercial es la que se encuentra entre Paso y Larrea. En dicho tramo, del lado sur, se hallan tres galerías muy grandes con locales comerciales:

  • La Imperial, de 1.000 m² de superficie y 60 m de profundidad, consta de tres niveles. Es característica por sus pisos conectados por puentes exteriores.
  • Del Siglo, en el n.º 2550, con calles internas y frente amplio.
  • Del Sol.

Entre las dos primeras se halla el edificio diseñado por Virgino Colombo, de estilo art nouveau, aunque conservando una simetría propia del academicismo, y con un original decorado.

Pueyrredón a Anchorena: "del Abasto"

Corrientes y Pueyrredón, esquina noroeste

La esquina noroeste de Corrientes y Pueyrredón, donde se levantaban antiguamente los talleres del Ferrocarril Oeste, es dominada desde 1908 por un majestuoso edificio de estilo academicista, de planta baja y nueve pisos, construido para la Caja Internacional Mutual de Pensiones por Clark Dumant (autor de la Catedral de San Isidro) y Gastón Mallet (quien construyó la sede del Centro Naval de Florida y Córdoba).[16] Ocupa casi un cuarto de manzana y consta de varios cuerpos que en los pisos altos posee departamentos de 10 y 12 ambientes. La planta baja está ocupada por diversos locales comerciales. Su basamento está compuesto de dos niveles y su tratamiento le otorga una imagen sólida. El énfasis está colocado en la esquina, donde remata con una cúpula acompañada por un tratamiento decorativo de carácter.

Erróneamente se ha dicho que este edificio inspiró a Baldomero Fernández Moreno para escribir su famoso poema Setenta balcones y ninguna flor. En verdad, tal como fue comentado por el escritor y periodista Roy Bartolomew, se basó en uno situado en el Paseo de Julio (hoy Leandro N. Alem), a la altura del desaparecido parque de entretenimientos llamado Jardín Japonés.[17] [18] [19]

Al cruzar la avenida Pueyrredón hacia el oeste nos adentramos en la llamada "patria chica" de Carlos Gardel, el morocho del Abasto. En efecto, el gran cantor vivió en este barrio su juventud, pues habitó a pocos metros de la avenida, junto con su madre, en la calle Jean Jaures, actual paseo del fileteado, en una casa que hoy es el museo que lleva su nombre.

Abasto Plaza Hotel

En la manzana delimitada por Corrientes, Agüero, Lavalle, y Anchorena, sobre una superficie de 21.135,3 m²,[11] se halla el imponente centro comercial Abasto, uno de los más grandes en tamaño de Buenos Aires.[20] El edificio en el que se encuentra, de cinco pisos y tres subsuelos, fue inaugurado en 1934 y fue sede del antiguo Mercado mayorista del Abasto, que funcionó allí hasta 1984. En 1998 se lo recicló y convirtió en el actual centro comercial. En él se encuentran, además de los negocios, salas de cine, patios de comida, un gran salón de entretenimientos, y el Museo de los Niños Abasto.

En la esquina sureste con la calle Anchorena se levanta el Abasto Plaza, primer hotel de cinco estrellas temático de tango en América. Construido durante los últimos años del pasado siglo, consta de 126 habitaciones y su decorado está íntimamente relacionado con dicho estilo y danza musical. En sus suites El día que me quieras y Mi Buenos Aires Querido los huéspedes pueden disfrutar de clases de tango así como de exhibiciones "tangueras" en su restaurante. Cuenta además con un tango boutique donde se pueden encontrar diseños temáticos en indumentaria profesional, libros, artesanías y talabartería en general.

Almagro

Iglesia Universal del Reino de Dios

Este es un tranquilo barrio de edificios de departamentos. El centro de su actividad comercial se halla en las intersecciones con la Avenida Medrano y con la calle Bulnes.

Al 4200, del lado sur, se encontraba el Mercado de las Flores, que comercializaba 400.000 canastos de flores por año.[21] El terreno que ocupaba, de 5.000 m², fue comprado por 8 millones de dólares por la Iglesia Universal del Reino de Dios, en 2003. Esto supuso el traslado del Mercado y la posterior reutilización de su edificio, que llevaba funcionando en el barrio desde 1952.[22] En el terreno se erigió un templo evangélico: la Iglesia Universal del Reino de Dios, en el marco de un gran avance de dicha religión en la Argentina.[23] El edificio posee amplios frentes sobre la avenida y sobre su calle lateral Francisco Acuña de Figueroa, disponiendo de varias entradas.

Templo de Jesús Sacramentado

Al 4400, del lado norte, entre las calles Pringles y Yatay, se encuentra el templo católico de Jesús Sacramentado. Su construcción fue alentada por la Madre María Benita y la obra fue realizada por los arquitectos Merry, Raynes y Sackmann. Fue inaugurado en mayo de 1904, el estilo exterior es neogótico formal, mientras que su interior responde al renacimiento italiano. Consta de una nave de 34 m de largo por 14 m de ancho; dos grandes capillas laterales formando crucero con el presbiterio de 14 m por 10 m y otras cuatro de menor tamaño. Su órgano, de caja de roble macizo con dos pedaleras y veinte registros, proviene de la fábrica alemana de Walter, en Lundinburg.

Villa Crespo

El Sol delata a ciegas la edad de las mujeres
embrica en las fachadas grises del barrio
o rueda al subterráneo de la calle Corrientes
y va a verter su vino dorado a Villa Crespo.
Se baña en el arroyo que cruza Triunvirato,
gira reverberando sobre el eje del día
y al promediar la tarde regresa a consignar

sus redondas monedas en el Banco Israelita
"Sol Semita"
de Israel Zeitlin y César Tiempo

La avenida cambia su rumbo hacia el nornoroeste al atravesar Villa Crespo. Además, al aproximarse al circular Parque Centenario, toma un aspecto laberíntico al cruzarse en diagonal con las calles, formando alguna plazoleta diagonal e intersecciones con cinco esquinas, como en el cruce con la avenida Ángel Gallardo - Estado de Israel, las calles Carril y Aguirre; o en el cruce con Lavalleja, Vera y Ramírez; o Scalabrini Ortiz y Luis María Drago.

Paso a nivel con las vías del Ferrocarril San Martín

En este tramo (antes llamado Triunvirato) transcurre buena parte de la novela Adán Buenosayres (1948) de Leopoldo Marechal. Fue zona de cafés, que en su momento tenían relevancia, por diferentes causas.

Hacia 1905 comenzaron a trasladarse cerca del actual cruce de la calle Gurruchaga con Corrientes un grupo de inmigrantes sefarditas, convirtiéndose desde entonces esta zona en un tradicional barrio judío, en el que se puede encontrar pan sin levadura para Pésaj y otras especialidades todo el año. También sirios libaneses, árabes católicos u ortodoxos, se instalaron cerca del cruce con la actual Scalabrini Ortiz (ex calle Canning), intersección en donde hoy día se encuentra la pizzería Imperio, enclave tradicional del barrio.

Plazoleta Osvaldo Pugliese

En el mencionado cruce se encuentra además una plazoleta triangular que separa a la avenida de la calle Luis María Drago sobre la que se levanta un monumento dedicado a Osvaldo Pugliese, pianista, compositor y director de orquestas de tango. Fue realizado en 1998, tres años después de su muerte, por Paula Franzi, con caricaturas en hojalata y telgopor. El lugar no fue elegido por capricho: en Corrientes 5375 Pugliese estudió piano en el Conservatorio Musical Odeón con Antonio E. D'Agostino; y vivía con sus padres a una cuadra, en lo que hoy es Scalabrini Ortiz 392. En 2005, a 100 años de su nacimiento, le erigieron un monumento en bronce.

Al cruzar la avenida Juan B. Justo está en verdad circulando por encima del entubado arroyo Maldonado, que antiguamente era un inmenso lodazal, abierto y bravío que inundaba al barrio.

Entre la calle Humboldt y la avenida Dorrego se encuentra el paso a nivel del ferrocarril General San Martín, y allí mismo, la estación Chacarita.

Chacarita

Parque los Andes y feria artesanal
Monumento Los Andes, de Luis Perlotti

Al cruzar la avenida Dorrego, del lado suroeste, se encuentra el parque Los Andes, dividido en dos secciones: la primera, subdividida a su vez por la calle Concepción Arenal, que va desde la mencionada avenida hasta Jorge Newbery, y la segunda, de forma triangular, desde Newbery a la Avenida Federico Lacroze. La primera sección de esta plaza tiene un nacimiento lúgubre: en efecto, como consecuencia de la mortandad de personas producida en la ciudad durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871, el gobernador de Buenos Aires, Emilio Castro, creó un cementerio en el actual solar de la plaza. En 1886 se colmó su capacidad y fue clausurado. Pasados once años, se trasladaron los restos humanos desde el ya llamado cementerio de la Chacarita vieja al cementerio de la Chacarita nueva, situado en el lugar del actual. Fue entonces cuando se planificó el parque que en un principio se llamó Rancagua, pero que en 1904 fue bautizado con el nombre actual. Sobre la vereda de Corrientes que se encuentra a la vera del parque se hallan ejemplares de tipas (Tipuana tipu), de flor amarilla y ramas gruesas ondulantes y oscuras. Durante los fines de semana se arma una gran feria de artesanías y otros objetos varios.

Debajo de la segunda sección del parque se hallan, desde 1925 en que se inició la construcción del Línea B (Subte de Buenos Aires), los talleres Rancagua del mismo.

Fin de la Avenida Corrientes, al fondo Estación Federico Lacroze, del F.G.U.

En el parque también se encuentra, al borde de la avenida, el monumento de Los Andes, realizado en bronce en 1941 por el escultor Luis Perlotti. Define a las razas calchaquí, tehuelche y ona, que de norte a sur habitaron la zona de la cordillera andina.

En la intersección con Jorge Newbery se encuentra el Hito de la argentinidad n.º 10 (ver la sección Hitos y placas).

Después de cruzar dicha avenida, Corrientes tiene en sus últimas tres cuadras doble sentido de circulación vehicular, aunque separados por un ancho bulevar de locales comerciales.

Así Corrientes termina en la estación de tren Federico Lacroze, del Ferrocarril General Urquiza, junto al Cementerio de la Chacarita.

Para el recuerdo

La voz y la memoria de Corrientes

El polifacético Edmundo Guibourg (1893-1986), caricaturista, periodista, director, crítico, etc., alias Pucho, fue considerado popularmente como el "inventor" de esta calle, no sólo por ser un personaje más de la misma, en sus cafés y tertulias, sino fundamentalmente por haber sido el creador de una columna en el diario Crítica llamada "Calle Corrientes". Conoció a grandes personajes, nacionales y extranjeros, desde Federico García Lorca a Roberto Payró y Luigi Pirandello, de Leopoldo Lugones a Evaristo Carriego, y en sus reportajes, agudos y con pinceladas de humor, demostró su amor y orgullo por la avenida.

Lugares que ya no están


Inscripción en el
frente norte del
Obelisco
de Buenos Aires


Frente norte
EN ESTE SITIO
en la torre de San Nicolás
fue izada por primera vez
en la ciudad
LA BANDERA NACIONAL
el XXIII de agosto de
MDCCCXII.

Se ofrece aquí una breve descripción de lugares de la avenida Corrientes que en su época fueron de gran importancia histórica, cultural o de entretenimiento pero que ya no existen más.

Iglesia de San Nicolás de Bari

El español Domingo Accasuso comenzó a levantar en 1721 esta iglesia, en donde hoy se levanta la Plaza de la República, del lado norte. Fue designada vice-parroquia en 1731, cuatro años después de la muerte de Acassuso y un año antes de completarse la obra. Poseía una sola torre cuadrada con campanario y reloj, que remataba con una pequeña cúpula en mosaicos azules que sostenía una cruz visible desde toda la ciudad. En 1769 fue jerarquizada como parroquia. En 1904 el arquitecto Arturo Prins la italianizó al borrar sus rasgos típicos y modificar la torre. Debido al trazado de la Avenida 9 de Julio y de la diagonal norte Roque Sáenz Peña se la expropió para demolerla en 1931. Lo último en caer fue la torre donde en 1812 había flameado por primera vez en Buenos Aires la bandera argentina.

Palace Theatre

Se encontraba en Corrientes n.º 753, y tenía también una salida a la calle Lavalle. Inaugurado en 1911 fue en su época el mejor cine de Buenos Aires. Era lujoso y como las películas que en él se exhibían eran mudas, la trama era acompañada por la orquesta de Charles Marchal. Se exhibían en él las "actualidades de Max Glücskmann", una de las primeras empresas de cine y fotografía en el país.

La Helvética

Era una construcción sencilla con planta baja y primer piso, en la esquina sudoeste con San Martín, que durante 115 años fue restaurante y reducto de periodistas, políticos, escritores y dignatarios como Bartolomé Mitre, Roberto Payró, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Eduardo Mallea, Carlos Tejedor, el nicaragüense Rubén Darío y otros. Se trataba de un salón alargado con elementos de bronce en un rincón. Cerveza suelta, vajilla inglesa, jarras francesas y copetines impecablemente servidos se podían hallar en él. Por razones políticas fue bombardeado en 1955. Al reabrir al poco tiempo Ernesto Sábato dijo: En este lugar sagrado, donde acude tanta gente, que el cañón ha derrotado, brindemos eternamente. En 1975 cerró sus puertas definitivamente por razones económicas.

Librería Pigmalión

Era vecina a La Helvética, en Corrientes al 512, y había sido inaugurada en 1942 por la refugiada alemana Lilí Lebrach, quien difundía allí literatura no nazista. Fue un sitio de reunión para quienes amaron la música, la cual podía conseguirse en su subsuelo de todas las épocas y lugares.

Empire Theatre

En la esquina noreste con Maipú, recibió antes el nombre de Ateneo. En este teatro, que difundía canciones y couplés, actuó entre otros la bailaora sevillana, Pastora Imperio, muy querida por políticos y escritores; Antonia Meré y Carmelita Ferrer. En él cantó además Carlos Gardel. En 1938 el teatro fue reemplazado por un edificio de seis pisos.

Teatro Odeón

Se encontraba en Corrientes y Esmeralda, y su propietario fue Emilio Bieckert, inmigrante proveniente de Estrasburgo, Alsacia. El edificio se erigió en 1872 con el nombre de Edén, luego Variedades, y en 1891 se inauguró el Odeón realizado por el arquitecto alemán Fernando Moog. Fue considerado como una avanzada en la arquitectura del momento y se convertiría en uno de los principales teatros de Buenos Aires, con capacidad para 1.800 personas. El 28 de julio de 1896 se exhibió en él la primera pieza cinematográfica realizada en Argentina. En 1940 adquirió un frente estilo art decó. En 1982 se encontraba muy deteriorado y un tal Luis Rusconi lo rescató. Se transformó en una esquina porteña por excelencia. Por su escenario pasaron personalidades como Leopoldo Lugones, Jean Jaurés, Margarita Xirgu, entre muchos otros. En 1985 fue declarado por el Ministerio de Educación y Justicia de La Nación como Monumento Histórico Nacional, teniendo en cuenta, entre otras razones, que fue uno de los más importantes escenarios de la historia del país y que esa esquina, gracias a los versos de Celedonio Flores, se conformó como el corazón del tango. Pero a principios de la década del 90, durante la gestión del intendente Carlos Grosso, se dejó sin efecto esa protección y se autorizó la demolición del teatro. Hoy, la mítica esquina es apenas un estacionamiento de autos a cielo abierto.[24]

Confitería Real

Al 1300 (esquina con Talcahuano), decorada estilo art nouveau. Solía acudir allí Florencio Parravicini, razón por la cual a esa esquina en 1959 se le dio el nombre de dicho actor. También pasaron por ella reconocidos tangueros como Carlos Raúl Muñoz (conocido cómo Carlos de la Púa), Aníbal Troilo, Julio de Caro, Angel D'Agostino y otros.

Confitería de ambidextros, de Corrientes y Talcahuano, nosotros somos los maestros y de la Púa el gran decano.
Café Domínguez

En su local, abierto las 24 horas y sito en el n.º 1537, tocó en 1923 la primer mujer bandoneonista: Paquita Bernardo, "la flor de Villa Crespo". Admirada y solicitada, tuvo una vida efímera, ya que falleció en plena fama a los 25 años de edad. En el café, la orquesta tocaba situada en un palco alto y bien visible. Un famoso tango de Ángel D'Agostino lo recuerda.

El teatro Apolo

Había sido construido en 1886 e inaugurado en 1892, en el actual n.º 1382, entre Talcahuano y Uruguay. Estuvo consagrado a brindar espectáculos de raíz criolla y fue famoso por las distintas obras de autores destacados interpretadas por actores de relevancia, como las dirigidas por Ezequiel Soria: Canción Trágica, de Roberto J. Payró y Piedra del Escándalo de Martín Coronado e interpretada por Pablo Podestá; o como Jesús Nazareno de Enrique García Velloso. En 1958 iba a ser demolido, sin embargo, una movilización de la gente perteneciente al teatro y la campaña realizada por los periódicos, logró que el Congreso sancionase la ley n.º 14.800 que prohibió la demolición de un teatro existente a menos que se construyera en el mismo sitio uno nuevo de igual capacidad. Por esta razón, si bien en la década del sesenta fue finalmente tirado abajo, en su sitio se levantó una galería comercial de su mismo nombre y en cuyo interior, para cumplir con dicha ley, se construyó el Cine Teatro Lorange.

Teatro Politeama

En la esquina suroeste con la calle Paraná. Fue creado por el empresario italiano César Ciacchi, quien en 1878 firmó con un tal Zamudio, dueño del terreno, un convenio por diez años para construir un teatro que, con frente de ladrillos rojo, fue inaugurado al año siguiente. Allí actuaron los integrantes de la familia Podestá, estrenando en 1884 una obra gauchesca que fue un enorme éxito "Juan Moreira en pantomima", de los hermanos circenses Carlo, siendo José J. Podestá quien encarnó el personaje principal. También fue el escenario del mencionado payaso Frank Brown, de la actriz Eleonora Dure y de Sara Bernhardt, entre otros. En 1898, al terminarse el contrato, estuvo a punto de ser demolido, hasta que en 1936 María Luisa T. de Balbín lo reconstruyó, manteniendo la estructura de la sala, de buena acústica, pero cambiando el frente por uno más sobrio y elegante; con una gran marquesina. Su hall estaba revestido en mármol de tonos verde a negro y el escenario poseía un disco giratorio y reflectores accionados desde un puente al efecto. En 1921 Andrés Chazarreta obtuvo un gran éxito considerado como el éxito nacional del folclore. El teatro dejó de existir y en su lugar hubo una playa de estacionamiento hasta 2007 en que se inició la obra de un enorme complejo de oficinas, hotel, viviendas y teatros.

Café Politeama

Al lado del teatro, pero cruzando la calle Paraná, fue frecuentado por cantantes que buscaban la gloria. En la actualidad, en el lugar del café, se halla la confitería del mismo nombre.

Corrientes y el tango

Mi linda calle Corrientes!
sos de todos y de nadie,
vas cruzando Buenos Aires,
con tu ritmo diferente,
segura, tranquilamente,
coqueta, vivaz, risueña,
como una piba porteña,
que no ha cumplido los veinte!

Sos hija de luna park,
con avenida Madero,
y te acunan los carteros,
frente al correo central,
y después que te ajustás,
el talle con Leandro Alem,
saltas del Jousten Hotel,
a conquistar la ciudad.

Te paran en San Martín,
silbando, los mensajeros,
y el seco repiqueteo,
de máquinas de escribir,
y te encontrás que al seguir,
sobre tus hombros y hastío,
cae un mantón que el tronío,
te lo trajo de Madrid...!

Y te paras en Florida,
para ver que hay de nuevo,
si ves pasar un modelo,
se lo copiás enseguida,
y ya después más tranquila,
cuando llegas a Maipú,
recibís del "Marabú",
un tango de bienvenida...!

Y ya más señora y dueña,
sos Corrientes la que manda,
y en la esquina de Esmeralda,
bajo las luces que sueñan,
presentás tu línea media,
"Maipo" "Odeón" y "Tabaris",
y me avisas si París,
no pide la contraseña...!

Mezclás escalera real,
con generala servida,
Opera, Rex, pizzería,
Obelisco y Diagonal,
bolero sentimental,
milonga con variaciones,
trajes con dos pantalones,
y Teatro Nacional...!

Salpicás rotiserías,
con cafecitos cortados,
del semillón de parado,
a sunday con leche fría,
olor a panadería,
mezclado con cambalache,
y empleados de rh,
que pasan de recorrida.

Corrientes, sos el pincel,
que disimula pesares,
imán de los arrabales,
que todos te quieren bien,
te acordás cuando Gardel,
el "morocho del abasto",
encontraba entre canastos,
su casa de Jean Jauré.

Sos hija del Luna Park,
con avenida Madero,
te canto porque te quiero,
banderín de la ciudad,
si tu punto terminal,
es el mio, Chacarita,
donde un coro de floristas,
nos cantan el funeral...!

Héctor Gagliardi
Cartel fileteado en Corrientes 348 recordando el primer verso del tango A media luz

La calle Corrientes es tema de diversos tangos, se transcriben aquí algunos fragmentos de los más conocidos:

  • Corrientes tres cuatro ocho,
    segundo piso, ascensor.
    No hay porteros ni vecinos.
    Adentro, cocktail y amor...

    A media luz
    Carlos César Lenzi
  • Calle Corrientes de mis amores, calle Corrientes donde nací
    y entre las luces de mil colores aquella noche la conocí.

    Calle Corrientes
    Alberto Vaccarezza
  • Todo pasa en esta vida, te cambiaron Corrientes Angosta, ya nos sos la calle posta donde un día supe andar. Yo tampoco soy el mismo, ni la pinta ya tengo de antaño.

    Corrientes angosta
    Ángel Gatti, 1952
  • Esquina porteña, este milonguero te ofrece su afecto más hondo y cordial.
    Cuando con la vida esté cero a cero te prometo el verso más rante y canero
    para hacer el tango que te haga inmortal.

    Corrientes y Esmeralda
    Esteban Celedonio Flores, 1933
  • Esta es mi calle Corrientes,
    la de la dulce bohemia,
    que con su encanto se adueña
    de mi alma sentimental.
    Mi linda calle Corrientes,
    amiga fiel de mi vida,
    que cuando tengo una herida
    le das consuelo a mi mal.

    Tristezas de la calle Corrientes
    Homero ExpósitoDomingo Federico, 1942
  • Café Domínguez, de la antigua Corrientes cuando era angosta y su gente
    se saludaba de vereda en vereda
    Enrique Cadícamo

Hitos y placas

La Asociación agregó además una para el mismísimo Ben Molar en Suipacha y La Asociación Gardeliana otra a Celedonio Flores en la esquina con Esmeralda.
  • Justo Suárez: sobre la pared del Luna Park, esquina Bouchard, se recuerda al "Torito de Mataderos", ídolo argentino en el boxeo.
  • Ensanche de la Avenida Corrientes: una placa colocada en la esquina con Leandro N. Alem recuerda las obras de ensanche realizadas entre el 22 de febrero de 1935 y el 12 de octubre de 1936.
  • Ana Díaz: una placa de bronce sobre el palacio que fuera de Elortondo Alvear, en la esquina suroeste de Florida, recuerda que en ese solar vivió la única mujer del conjunto de los 65 fundadores de Buenos Aires, en la expedición de Juan de Garay.
  • Esquina con Carlos Pellegrini
    • Homenaje a los caídos en Malvinas: se trata de un soporte de mármol, en la vereda impar, con una placa de bronce con la inscripción: Homenaje a los caídos en la guerra del Atlántico Sur en homenaje a los soldados argentinos caídos durante la Guerra de las Malvinas en el primer aniversario, 2 de abril de 1983.
    • Enrique Febbraro: una placa sobre una pared, también del lado impar, recuerda al argentino creador del Día internacional del Amigo.
    • Homenaje a Carlos Gardel y sus acompañantes de la trágica gira: otro soporte de mármol con placa de bronce, en la acera sur, que dice:
      La Asociación de Amigos de la Calle Corrientes y el diario Clarín, en homenaje a Carlos Gardel en el 40 aniversario de su desaparición; 24 de junio de 1975.
      Más abajo figuran los nombres de los acompañantes que murieron con él en el vuelo: Guillermo Barbieri, Alfredo Le Pera, Domingo Riverol.
    • Carlos A. Petit (por ARGENTORES), Alberto Vaccarezza, Manuel Belnicoff y Osvaldo Pugliese (SADAIC) son recordados por sendas placas de bronce sobre la pared, a unos 20 metros de la esquina.
  • Tita Merello: en el actual n.º 1318, vivió esta destacada actriz de radio, teatro, cine, televisión y cantante de tango, cuyo nombre de nacimiento era Laura Ana Merello. Una placa colocada en 1993 sobre una columna de ladrillo por la Asociación de Amigos de la calle Corrientes recuerda este hecho.
  • Enrique Cadícamo: Similarmente, otra columna de ladrillo con placa de Asociación de Amigos de la calle Corrientes recuerda el lugar del domicilio de Cadícamo en el 1330.
  • Alberto Olmedo: una columna baja, en Corrientes 1753 (donde se encontraba el cine-teatro Alfil), hecha en ladrillo por José Martínez, tenía en su parte superior las huellas en cemento de las manos del popular cómico rosarino que realizó en el mencionado teatro su última temporada teatral en la ciudad. Fueron robadas en 2009 y en un acto de desagravio se colocó una nueva en agosto de ese mismo año. La placa en la parte inferior dice:
¿Qué quiero que quede de mí? Una estatua a mis manos en la calle Corrientes para que miren y digan: "Chau negro". Nada más.
Alberto Olmedo
  • Osvaldo Pugliese: como ya se comentó, se lo homenajea en una plazoleta en el cruce con Scalabrini Ortiz y Luis María Drago, con un monumento de bronce y figuras en telgopor y metal. Hay allí numerosas placas, la mayoría de la "República de Villa Crespo". También del Club Atlanta, del Partido Comunista (del cual fue uno de los primeros afiliados), del Banco Credicop y del Honorable Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires.
  • Aníbal Troilo: Sobre la esquina de la calle Aníbal Troilo, en Villa Crespo, un mural de José María Basile con la figura del "Bandoneón Mayor de Buenos Aires" recuerda al bandoneonista, compositor y director de orquestas de tango. Junto al mural se halla una placa del fileteador Luis Zorz, en homenaje al llamado cariñosamente "Pichuco".
  • Hito de la Argentinidad n.º 10, Reconquista de Buenos Aires: monumento situado en 1977 en una plazoleta triangular donde convergen las avenidas Corrientes, Forest y Jorge Newbery, por la comisión Pro Demarcación Marcha de las Tropas Reconquistadoras de Buenos Aires. Se trata de un monolito con una placa que recuerda que desde allí partieron tropas que estaban asentadas en los edificios del barrio de Chacarita para luchar contra el enemigo británico durante la Primera Invasión Inglesa:
Hito de la argentinidad nº 10
Chacarita de la Reconquista:
Para enfrentar al invasor extranjero los criollos de Chacarita en 1806 combatieron en la Reconquista integrados en la sublevación de la campaña. También en 1807 pelearon heróicamente en la defensa de Buenos Aires. Era la lucha del gaucho por su tierra y se estaba gestando la patria.
1806-agosto-1977
Exhibe además, como en todos los hitos colocados por la mencionada comisión, una mayólica de la Virgen de Luján y una inscripción que recuerda que de los colores de dicha virgen fueron tomados los colores patrios y que fueron utilizados como distintivos en 1806 por los gauchos comandados por Juan Martín de Pueyrredón.
El soporte está realizado con ladrillos provenientes de la chacra de los Márquez, en San Isidro (Buenos Aires), que en 1806 fue cuartel general de la Reconquista.

Referencias en la cultura popular

  • El grupo argentino Prietto viaja al Cosmos con Mariano, en su álbum homónimo, tiene una canción llamada "Avenida Corrientes", donde se hace referencia a una visita a esta avenida durante una noche de sábado.

Referencias

  1. Hay quienes sostienen que en realidad no fue un izamiento, tal como se entiende dicha ceremonia hoy en día, sino un embanderamiento. (Para más detalles leer p72, de Buenos Aires nos cuenta nº 7)
  2. En el "Manual de Buenos Aires" (1823) (documento que explicaba el origen de los nombres de plazas , calles, etc. y que acompañaba a un plano topográfico de Buenos Aires) se menciona que en 1822 se le asignó oficialmente ese nombre y se agrega textualmente: los hijos de Corrientes no tardaron en abrasar la causa de la Independencia de la Patria, proclamada en Buenos Ayres en 1810, sino el tiempo que fue preciso para que les llegase la noticia; y auxiliaron con gente de armas y otros recursos, en cuanto estuvo á sus alcanzes , á espedición de esta Capital destina al Paraguay en aquel mismo año.
  3. "Sepa el porqué de los nombres de nuestras calles", por Horacio Ramos y Emilio Zamboni. En "La chacrita on line"
  4. Desinfectante
  5. Diario La Nación. 28/9/71.
  6. Página del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: La Avenida Corrientes festeja 21 primaveras en democracia.
  7. Diario Clarín: La avenida Corrientes, un gran escenario literario .
  8. En Argentina: niño o joven
  9. Como una gran vidriera Diario La Nación, 08/09/2007.
  10. Tras 20 años, volvió a funcionar el tercer reloj más alto de la Ciudad, Diario Clarín, 25/10/07
  11. a b Mapa interactivo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
  12. La Universal, tradicional pizzería ubicada en Avenida Rivadavia al 8800 (Floresta)
  13. Diario La Nación, 06/08/07, "Avenida Corrientes como una gran vidriera"
  14. Un perfil urbanístico que se remueva. La avenida Corrientes vuelve a ser la de los hoteles y las oficinas Diario La Razón 28/11/2007.
  15. Revista "Panorama", febrero de 1966.
  16. Buenos Aires y Alrededores Diego Bigongiari. Editorial Rumbo Austral, 2008. (pag. 82)
  17. Buenos Aires antiguo.
  18. Diario La Prensa, carta de lectores, 8/9/1983
  19. Buenos Aires Nos Cuenta nº 8, Pág 46.
  20. Historia del Mercado de Abasto Proveedor.
  21. Almagro: Toda una Vida
  22. El Mercado de las Flores Cumplió 60 años
  23. Abrió un gran templo evangélico en el ex Mercado de las Flores - Clarín
  24. Por los edificios teatrales La ONG presentó un amparo contra el Gobierno por la ley 14.800. Diario La Nación 3/11/06
  25. Radar, Suplemento del diario Página Doce: Big Ben, según pasan los años (31/12/2006)

Fuentes consultadas

  • Cutolo, V. O. (1994). Buenos Aires: Historia de las calles y sus nombres. Buenos Aires: Elche. ISBN 950-99212-0-3.
  • Cutolo, V. O. (1996). Buenos Aires: Historia de los barrios de Buenos Aires. Buenos Aires: Elche. ISBN 950-99212-2-X.
  • Diego A. del Pino, Rafael E. Longo, Oscar B. Himschoot, Ricardo A. Ostuni, Edgardo J. Roca, Enrique H. Puccia, Luis J. Martín, Anibal Lomba (1999). Buenos Aires: Los cafés, sencilla historia. Librerías Turísticas. ISBN 987-9105-11-7.
  • Elisa Casella de Calderón (1986). Calle Corrientes, su historia en cinco barrios. Revista Buenos Aires nos cuenta n° 7, segunda edición. ISBN 987-9473-00-0.
  • Elisa Casella de Calderón (1988). Calle Corrientes, su historia en cinco barrios (2ª parte). Revista Buenos Aires nos cuenta n° 8, segunda edición. ISBN 987-9473-03-5.
  • Todo Tango
  • Observatorio Turístico de la Universidad Nacional de Lanús. Introducción al Turismo 2006.

Enlaces externos

Obtenido de "Avenida Corrientes"

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